Ecuador y Chile se medirán este martes en Quito. La Roja, de hecho, ya arribó a la capital del país del Guayas. Lo hizo con la intención de adaptarse a la altitud, un factor que, a decir verdad, nunca ha complicado en demasía a los futbolistas nacionales y, también, con la idea de aunar fuerzas después de traumáticos episodios, como el empate frente a Paraguay y la posterior salida de Eduardo Berizzo.

La Roja también podrá palpar in situ el ambiente en el país al que quiso sacar del Mundial de Qatar por la vía administrativa, al cuestionar la elegibilidad de Byron Castillo, pero al que solo consiguió menguarle la opción de clasificarse al que organizarán Estados Unidos, México y Canadá en 2026. Después de una intensa y extensa batalla legal, el último antecedente es el dictamen del Tribunal Federal Suizo, que ratificó la sentencia del TAS y condenó a la FEF a una multa de 100 mil francos suizos y, lo más doloroso, a la resta de tres puntos en el actual proceso. La magra campaña que cumplió Chile de la mano de Eduardo Berizzo no solo equilibró la diferencia. También puso a Ecuador sobre el combinado nacional en la tabla de posiciones.

Alerta máxima

En la federación ecuatoriana intentan bajarle la intensidad al choque. De hecho, buscan, al menos desde el punto de vista formal, remitir la disputa al campo de juego. Sin embargo, basta recordar que cuando Arturo Vidal visitó el país en 2022, para disputar la final de la Copa Libertadores que, finalmente, le ganó con el Flamengo a Athletico Paranaense, recibió constantes muestras de repudio. Las más suaves, las pifias que cayeron desde los sectores del estadio del Barcelona de Guayaquil, donde se disputó el compromiso.

Eduardo Carlezzo, protagonista del proceso de Chile contra Ecuador. (Foto: Agenciauno)

Ahora, con el último fallo, e incluso con el recuerdo aún fresco de las gestiones que realizó la ANFP, con la asesoría del abogado brasileño Eduardo Carlezzo, se teme que se produzcan algunos brotes que, de cualquier forma, perjudicarían más al dueño de casa que al visitante, considerando que tanto Conmebol como la FIFA están pendientes al detalle de la organización de los encuentros y de eventuales irregularidades. Chile, de hecho, ha pagado las consecuencias de los excesos de sus fanáticos, al menos en materia de cánticos discriminatorios.

Precaución

En la federación ecuatoriana remiten a la Dirección de Seguridad y Competiciones respecto de la organización del espectáculo. “Todos los partidos de las Eliminatorias son duros, en muchos aspectos. La organización es uno de ellos, así que están trabajando en brindar el mejor espectáculo posible para quienes asistan. La seguridad es un tema delicado en toda Latinoamérica estos días, así que hay que hay que esforzarse para hacer un buen espectáculo”, responden a El Deportivo desde Ecuafútbol, una de las denominaciones que recibe la organización que preside Francisco Egas.

La prioridad es dar un buen espectáculo”, refuerzan, con la idea de ofrecer garantías de normalidad. Eso sí, en la entidad estiman que la escasa presencia de hinchas chilenos, al menos de acuerdo a sus proyecciones, disminuirá la tensión.

La ANFP confía, ciertamente, en la efectividad del equipo que envió con días de antelación. Hasta la capital ecuatoriana, de hecho, viajó anticipadamente un equipo de seguridad y logística, encabezado por Felipe de Pablo. Al personero, de hecho, se le vio revisando piso por piso los lugares que la Roja transitará en el Sheraton Quito Hotel, enclavado en avenida República de El Salvador, uno de los sectores más exclusivos de la ciudad. El lugar está cercado con rejas y custodiado por la policía local. Además, sus ingresos tornan difícil el acceso de intrusos. Solo pueden pasar quienes acrediten que tienen la autorización para hacerlo.

Hay una particularidad llamativa: en el recinto está habilitada una red de acceso privado de internet: Chile 2023. A ella solo pueden acceder los integrantes de la delegación nacional.

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