Corte falla contra Lula y lo deja con un pie en la cárcel

Por 6 votos contra 5 el Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó el recurso presentado por la defensa del ex mandatario para evitar la prisión. La decisión implica un duro revés judicial y podría poner en riesgo su futuro político de cara a las elecciones de octubre.


Por seis votos contra cinco, el Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó el recurso de habeas corpus presentado por la defensa del exmandatario de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva para evitar la prisión.

El fallo del máximo tribunal, de seis votos en contra del habeas corpus y cinco a favor, deja a el expresidente muy cerca de ir a la cárcel,  tras ser condenado a 12 años de cárcel por corrupción.

En lo que fue una jornada maratónica, el juez Gilmar Mendes, uno de los 11 miembros del STF, argumentó que la posibilidad de detener a un acusado tras la segunda instancia dejó de ser una opción para convertirse en un "principio inflexible" de dictar "prisiones automáticas". Así, propuso una solución intermedia: que la condena sea ejecutada solo después del tercer grado (Superior Tribunal de Justicia), lo cual permitiría a Lula seguir libre al menos varios meses, hasta que esa corte emita su fallo.

Pero en una decisión que se consideraba clave, ya que previo a la votación se proyectaba que su opinión rompería un supuesto empate 5-5 en el STF, la jueza Rosa Weber se pronunció contra el habeas corpus para Lula. "La interpretación judicial de la ley debe reflejar la equidad del debido proceso legal", justificó. "He negado recursos similares en respeto a lo que en 2016 había decidido el pleno de la corte", y "lo hice incluso en contra de mis convicciones personales", declaró Weber, quien apuntó que en este caso "no podría ser de otra manera".

En el plano electoral el diario O Estado de Sao Paulo aseguraba que esta decisión del STF no debía impedir el registro de la candidatura de Lula de cara a las elecciones presidenciales de octubre. Esa era la evaluación de Cristiano Vilela, especialista en derecho electoral, quien explicó que sólo después de la evaluación del registro de la candidatura del petista por parte del Tribunal Superior Electoral (TSE), la Justicia decidiría si Lula es o no inelegible. "En tesis, hasta ese momento, no hay impedimento para el registro y eventual campaña", dijo Vilela.

¿Pero cómo se explica que Lula, que enfrenta otras causas judiciales, siga liderando la carrera por el sillón de Planalto? Mauro Paulino, director general de la encuestadora Datafolha, explica a La Tercera las razones detrás de este fenómeno. "Los brasileños son sometidos todos los días a noticias sobre corrupción que involucran a casi todos los partidos. Estas acusaciones dejaron de involucrar sólo al PT y pasaron a alcanzar a todos los demás. Con eso, a los ojos del elector, la mayoría de los políticos roba. Los segmentos más pobres acaban 'perdonando' a Lula, aun sabiendo de las acusaciones, pues lo asocian a un período en que la vida mejoró. Este es el principal motivo que lo mantiene líder de las intenciones de voto. A los ojos de un tercio de la población, Lula es el único que puede devolver las conquistas que elevaron la calidad de vida de ese segmento", afirma.

El propio Lula dijo en enero que la decisión del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4) de Porto Alegre, que ratificó, de manera unánime, la condena en su contra por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco del caso Petrobras, era una "venganza" por haber modificado la realidad económica y social de Brasil durante su presidencia (2003-2010). "Esto es una venganza por sacar a tanta gente de la pobreza", afirmó.

Al comenzar su primer mandato (2003-2006), Lula puso el eje en el ambicioso plan Hambre Cero que consolidó en la llamada Bolsa Familia, el faro de su política social. A través de este plan, hizo posible que 30 millones de brasileños salieran de la pobreza. En el plano internacional, la vocación de protagonismo de Lula lo llevó a profundizar la participación de Brasil en iniciativas mundiales, desde un rol clave en el G-20 y el grupo de potencias emergentes BRICS, hasta proyectos en África y una mayor participación en operaciones de paz de la ONU.

Personaje central

Con estos logros a su haber, no extraña que Lula aún mantenga un alto respaldo popular, especialmente en el nordeste de Brasil, una de las regiones más pobres del país y bastión electoral del PT. Según la última encuesta de Datafolha, el petista se ubica a la cabeza de las preferencias, con un 36% de intención de voto, seguido del diputado de ultraderecha del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro, con 18%. La preferencia por Lula se sitúa por encima de la media entre los brasileños que estudiaron hasta la enseñanza básica (47%), en segmento de los más pobres (47%) y en las regiones Norte (46%) y, principalmente, Nordeste (60%).

"Lula permanece como personaje central del proceso político electoral brasileño. Es el liderazgo político más popular e influyente del país. Esto se debe al éxito de sus gobiernos, aclamados en la época por todos los segmentos de la sociedad, al recuerdo positivo de sus acciones junto a los más pobres y a su carisma personal que facilita la comunicación con votantes de baja escolaridad", sostiene Mauro Paulino. "Hasta ahora no ha surgido un liderazgo que haga frente a la popularidad de Lula", enfatiza.

A juicio del director de Datafolha, "la impugnación de un ex presidente que dejó el gobierno con un 83% de aprobación y que, podría seguir liderando en intención de voto mientras sea candidato, se vuelve más extraña a los ojos de la opinión pública cuanto más próxima se esté de las elecciones".

En el caso de que finalmente Lula fuera privado de libertad, "el PT seguirá siendo competitivo en las elecciones con el apoyo de Lula en la cárcel. El mito Lula será más poderoso para su base social", dijo a La Tercera Lincoln Secco, historiador de la U. de Sao Paulo y autor del libro "Historia del PT". En caso de necesitar un plan B, el PT optaría por el ex alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad o el ex gobernador da Bahía, Jacques Wagner. "Entre los que tienen intención de votar por Lula, cerca del 30% votaría a un candidato apoyado por él", asegura Paulino.

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