Obispo de Punta Arenas: "Una Iglesia con llagas es capaz de comprender las llagas del mundo"

Obispo de Punta Arenas
El obispo de Punta Arenas Bernardo Bastres, al centro, junto al Papa Francisco. (Foto: Iglesia.cl)

Previo a viajar a Roma a reunirse con el Papa Francisco, el prelado Bernardo Bastres, envío una carta a los fieles de su comunidad.


Ayer comenzaron a llegar a Roma los obispos chilenos para reunirse con el Papa Francisco a dialogar sobre las conclusiones del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado especial a Chile para recopilar antecedentes sobre Juan Barros.

Se espera que la cita se dé entre el lunes 14 y el jueves 17 de mayo, y en la cual estarían presente 32 de los 33 prelados que tiene nuestro país. En ella se podrían definir algunos cambios de obispos.

Dentro de este contexto es que uno de los asistentes a esta reunión, el obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres, envió una carta a los fieles de su comunidad.

"El Papa Francisco, hace unos días, nos hizo llegar una carta, a los Obispos de Chile (...). Esta carta, la recibimos, con vergüenza y dolor, al tiempo que nos invita a asumirla con magnanimidad y humildad", sostuvo el prelado.

Agregó que "una Iglesia con llagas es capaz de comprender las llagas del mundo de hoy y hacerlas suyas, sufrirlas, acompañarlas y buscar sanarlas. Una Iglesia con llagas no se pone en el centro, no se cree perfecta, sino que pone allí al único que puede sanar las heridas y tiene nombre: Jesucristo".

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A juicio de Bastres "la conciencia de tener llagas nos libera, nos hacen solidarios, nos ayudan a derribar los muros que nos encierran, a tender puentes e ir a encontrarnos con tantos sedientos del mismo amor misericordioso que sólo Cristo nos puede brindar".

En la misiva el obispo de Punta Arenas también indicó que "en estos años, como Pastor de esta Iglesia, he tratado de realizar de la mejor manera el encargo que me ha dado la misma Iglesia, por ello, que me someteré nuevamente a la voluntad de Pedro, quien tiene por misión velar por la santidad del Pueblo de Dios".

Concluye su carta pidiéndole a la comunidad estar en estado de oración, señalando que "partiré en estos días a Roma, con plena libertad y dispuesto a colaborar desde la fe, para realizar aquel discernimiento que nos pide el Señor por medio de Pedro, para que pronto podamos "restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar, en lo posible, el escándalo y restablecer la justicia".

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