Carlos Schiappacasse, oftalmólogo: "Debo manejar mi impulsividad, pero no soy una mala persona"

Hace un mes se divulgó un video que lo mostraba agrediendo a un perro lazarillo y empujando a una asesora del hogar. Hoy lo asume como un "error" y rearma su vida.




La citación que recibió por parte del Servicio Nacional de Menores (Sename), para defender el estado sicológico de sus dos hijas, hizo tocar fondo al oftalmólogo Carlos Schiappacasse, quien por estos días busca en la música algo de distracción. También cuenta que el espacio para ese pasatiempo llegó sólo gracias al 80% menos de consultas que ha tenido, desde que se divulgara su reacción en un ascensor. Conducta que califica como “torpe” y “un error”.

El caso es conocido. A fines de septiembre, a través de redes sociales y medios de comunicación, se difundió un video, registrado por las cámaras de seguridad de su edificio, que lo mostraba tomando a una perra lazarilla y arrojándola fuera del ascensor, y empujando a la asesora del hogar que la llevaba.

A un mes del hecho, el oftalmólogo asegura que intenta reparar su error en la salud pública y que sigue una terapia sicológica para equilibrar lo que él mismo define como “mal carácter”.

“Si bien soy mal genio, nunca he sido así de agresivo. Tuve un descontrol, fue irracional y me di cuenta, porque el mismo día ofrecí disculpas”, relata en su casa, un departamento amplio de un piso 18, al cual se entra directamente desde el ascensor. Allí, aún luce nervioso con el tema.

También tuvo una denuncia de una paciente discapacitada...

Es distinto. Lo que pasó con esa niña es que mis equipos no permitían atenderla, no era porque no quería. Pero sí influyó mi carácter, me faltó empatía, ser más cuidadoso  en la manera de decírselo, yo pude haber hecho el contacto con otro colega, me faltaron detalles para que ella no se sintiera mal.

Su viaje a Miami tras el incidente del ascensor, ¿fue un error?

Estaba programado desde hace tiempo, era mi décimo aniversario de matrimonio, ese sábado fue mi cumpleaños, pero llegando allá supe lo que estaba pasando, por los improperios y amenazas  en redes sociales. De celebración no tuve nada, me devolví antes, no lo pasamos bien.

¿Cuál ha sido el momento más difícil?

Cuando el Sename anunció una investigación para ver la situación sicológica de mis hijas. Se me apretó el estómago, me descompensé. Cuando volvimos una de mis hijas me contó que vio el video.

¿Qué le explicó?

Le dije que la señora Patricia (la asesora) no me había perdonado por lo que hice, y que estaba haciendo cosas para tratar de revertir la situación, como apadrinar perritos y atender a asesoras de casa sin costo.

¿Cuántas veces ha visto el video?

Uf, unas 20 ó 30.

¿Y qué siente?

Me da pena, porque me veo haciendo algo que no está bien. No me reconozco, yo no soy así. Por querer proteger a mi hija, que gritó cuando vio al perrito, me porté mal. Se me mezcló miedo, impotencia y frustración de no controlar a mi hija. Me puse muy nervioso. Me di cuenta también que a ella la tenemos que tratar para superar su fobia.

¿Considera que discriminó a la mujer que iba con la mascota?

No, en ningún momento le dije que se bajara  ni que no era su lugar. Mi problema fue con el perrito que estaba sin bozal y me asusté. Si hubiera sido un vecino habría reaccionado igual.

¿Cree que fue injusto su trato hacia el animal?

Totalmente, no sólo lo traté mal a él, sino que me di cuenta, con todos los twitter, que había dañado a quienes quieren a los animales; por eso es que ahora soy padrino de una casa de acogida de perritos, asegurándoles comida mensual.

¿Ha hablado con Patricia?

Lo he intentado, pero ella no quiere. Conversé también con el Sindicato de Trabajadoras de Casas Particulares de Viña de Mar, para ofrecerles atención gratuita a sus miembros, pero no me han respondido. Espero que acepten.

¿Cómo enfrenta hoy su rol como médico oftalmólogo?

Manché la imagen que la gente tiene del médico y de los oftalmólogos. Me demoré 20 años en construir mi carrera y en un segundo se destruyó. He tenido conversaciones con algunos, me han aconsejado.

¿Los pacientes también lo castigaron? Su consulta bajó...

El primer martes que volví a trabajar tenía un 80% de las consultas canceladas, incluso cirugías Auge. El linchamiento virtual no es menos doloroso que el legal,  porque mi actitud pasó a ser más importante que lo profesional. Espero que de a poco pueda revertirlo. Estoy trabajando en eso. Tengo sensibilidad social, sólo que tengo que manejar la impulsividad, pero no soy una mala persona.

¿Cuál es el objetivo de las acciones sociales que está realizando?

Me di cuenta de mi error, me arrepentí y consideré hacer algo más. Somos cerca de 100 especialistas en la zona y soy el único que opera en hospital público, así es que buscaré bajar lista de espera de cirugías no Auge. Hay gente que espera desde 2011. Trabajaré todos los lunes en ello.

¿Le parece correcto el castigo social que recibió?

Nunca imaginé el poder de las redes sociales, pero es la realidad y hay que aceptarlo. Ahora uno no puede cometer errores, nadie perdona y hay que asumirlo. Sólo que no me parece que se enjuicie a mi señora, hijas y cercanos.

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