El CEO de Uber pierde la ruta

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Demandas, protestas y problemas de actitud han marcado los últimos meses de Travis Kalanick.




El domingo 5 de febrero, la noche del Super Bowl en Estados Unidos, Travis Kalanick, CEO y cofundador de Uber, decidió hacer uso del servicio que el mismo creó para viajar a su hogar.

El auto que lo recogió era el de Fawzi Kamel, un chofer de 37 años que trabaja en la compañía desde 2011. El conductor aprovechó la oportunidad para demostrar su descontento con algunas de las políticas de la empresa, en concreto, por la constante baja de precios en las tarifas y el aumento progresivo de los requerimientos para ser parte de la flota. Kalanick intentó defenderse, culpando a la competencia pero la conversación claramente no mejoró y terminó con el CEO perdiendo los cabales y diciéndole a su propio chofer que "a veces hay gente que no le gusta hacerse responsable de su propia mierda".

Esa noche de furia quedó grabada en la cámara de seguridad del automóvil y entregada el sitio de Bloomberg por el propio Kamel para llamar la atención en favor de los conductores del servicio. Un video que podría ser considerado como una anécdota si no fuese porque los últimos tres meses de la compañía han estado plagados de escándalos y decisiones cuestionables.

Todo comenzó en diciembre, cuando tras haber lanzado con bombos y platillos su primer sistema de conducción automática para vehículos, la compañía debió retirar todos los autos con aquella tecnología del mercado, ya que no contaban con el permiso para hacerlos funcionar. Estos serían los mismos autos que causaron una demanda por parte de Alphabet (Google), porque estaban usando tecnología robada por un exempleado que terminó trabajando para Kalanick.

Uber tampoco se ha salvado de la coyuntura política: primero, no se sumó a una protesta en Nueva York que reunió a todos los choferes inmigrantes y luego, Kalanick fue nombrado parte del comité asesor en tecnología de Donald Trump. Esto motivó la creación de la campaña #DeleteUber, la que según el New York Times, causó la pérdida de 200 mil cuentas.

Pero los conflictos internos también pesan. La compañía ha demostrado tener serios problemas con su cultura laboral interna, sobre todo con el trato hacia las mujeres. Desde que la empresa envió a hacer chaquetas especiales solo para los hombres porque para las mujeres salía más caro, hasta denuncias de acoso laboral que no llegaban a nada porque el acusado era un empleado de "alto rendimiento", todo tipo de historias surgen para seguir alimentando el mito de que Kalanick en realidad no está a la altura de lo que su puesto pide.

Es quizás por la sumatoria de todos estos hechos, que tras la revelación del video, Kalanick lanzó una declaración en la que no solo pidió disculpas sino que reconoció que "ya es tiempo de madurar" y que es la primera vez que está dispuesto a asumir que necesita ayuda para ejercer su liderazgo, una situación que ha hecho que los taxistas ya no sean el principal problema para Uber, sino que al parecer están en su principal conductor.

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