Claudio Orrego: "Estoy comprometido con Goic para que no le pase lo que me pasó a mí"

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El intendente de la Región Metropolitana recuerda su experiencia como candidato a las primarias oficialistas. Dice que hubo falta de lealtad de la DC: "En 2013 no le hicieron daño a Claudio Orrego, le hicieron un daño al partido".




Claudio Orrego (DC), actual intendente metropolitano, recuerda con cariño su candidatura a las primarias de la Concertación en 2013. Aunque admite en esta entrevista que se sintió sólo porque varios en sus partidos optaron por sumarse a la opción de Michelle Bachelet, no se arrepiente de haber participado. "La derrota no fue peor de lo que esperaba. Y, aunque tuvimos problemas, entendí que en la vida política había que saber perder y reinventarse", reflexiona. Sin embargo, espera que la DC también haya aprendido una lección: "actuar con lealtad".

¿Cómo ve a la DC en esta etapa de definiciones?

La directiva tiene un gran respaldo de las bases del partido y se ha generado una convicción de que nuestro mejor nombre para las presidenciales es Carolina Goic. Espero que la junta nacional del 11 de marzo la proclame como candidata, porque, además, ella tiene un liderazgo muy especial e inclusivo. Pero, como siempre, tenemos que hacer las cosas bien.

¿Qué significa hacer las cosas bien?

En materia presidencial, tenemos que aprender de las elecciones de 2013. Sólo con mucha convicción y lealtad la DC tendrá un buen resultado electoral.

¿En 2013 faltó convicción y lealtad con su candidatura?

Absolutamente. En una comunidad democrática, cuando uno toma decisiones, todos tenemos que estar detrás de esas decisiones: el militante de base, el alcalde, el parlamentario. Cuando eso se resquebraja interna y públicamente, le hacen un tremendo daño no sólo a quien está ahí, sino que al partido.

El daño se lo hicieron a usted.

Era yo, pero es circunstancial. Le pasó antes a Andrés Zaldívar, a Soledad Alvear, y yo estoy absolutamente comprometido con Carolina Goic para que no le pase lo que me pasó a mí. Es decir, tomada la decisión el 11 de marzo, si proclamamos a Carolina Goic, espero a todas y a todos los democratacristianos con lealtad y convicción. Y no es un tema sólo de disciplina, sino de lealtad hasta el final. Pero también hay que reconocer que las circunstancias políticas eran distintas en 2013.

¿Por qué?

Había una candidata que tenía el 80% de la popularidad y que nos ganó a los cinco candidatos alternativos sumados.

Pero cuando un partido proclama a un candidato lo que todos esperan es que sus militantes se sumen.

La falta de lealtad y de convicción son requisitos para el fracaso político. Nos hubiera gustado dar la batalla con todos nuestros parlamentarios y dirigentes peleando hasta el final, y espero que la DC haya sacado la elección correcta del 2013: cuando uno tiene un partido unido, hay altas probabilidades de tener un buen resultado. Me sumaré con todo para que Carolina no sienta que se representa a sí misma, sino a las ideas de la DC.

¿No podría pasar de nuevo que varios militantes de la DC se sumen a otra candidatura?

La opinión pública tiene un juicio muy duro de lo que pasó. Por eso es muy importante que la DC se mantenga unida detrás de la persona que elijamos para competir. Eso hace que la alternativa DC sea potente, leal y con probabilidades de éxito. Si eso se quiebra y cada uno toma las decisiones que le convienen o que le gustan, estamos mal. En 2013 no le hicieron daño a Claudio Orrego, le hicieron un daño al partido.

De todas formas, hay diferentes posturas sobre si ir a las primarias o a primera vuelta.

Creo que quienes tengan diferencias al respecto las planteen legítimamente en la junta nacional y tengan la dignidad y la lealtad de acatar el resultado mayoritario.

¿Goic debería ir a las primarias oficialistas o a primera vuelta?

Mi convicción es sí a una primaria, pero sin cheque en blanco. Tenemos que apostar a tener una coalición de centroizquierda con candidato único, pero eso no basta: hay que tener programa, pacto electoral parlamentario y una manera de dirimir las diferencias.

Varios sectores de la DC propusieron un plebiscito para definir este tema. ¿Le gusta la idea?

Creo que tenemos órganos suficientemente representativos y soberanos como para tomar una decisión electoral. Hay varias tesis muy respetables en la DC. Lo que muchos temen de una primaria es que termine pasando que el ganador se lo lleve todo. Si queremos una coalición de centroizquierda, quienes representamos el centro tenemos que tener garantías, mecanismos o programa que confirmen que esta coalición nos representará a todos.

En el oficialismo reconocen que el programa de Bachelet fue ambiguo. No hubo consensos concretos, y eso se notó en este gobierno.

Cuando uno quiere hacer una nueva oferta a la ciudadanía, debe hacerse cargo de los activos y pasivos. Y por eso tenemos que ponernos de acuerdo antes y saber cómo vamos a dirimir las diferencias y qué mecanismos tendremos para eso.

¿La DC entregó un cheque en blanco en 2013?

Pienso que debemos debatir no solamente lo que queremos hacer, sino también cómo queremos hacerlo. Eso garantiza un mejor gobierno. En la DC debemos poner nuestras condiciones, nuestras ideas programáticas y ver cómo nos relacionaremos con nuestros aliados con un nuevo trato con la centroizquierda.

¿Ese nuevo trato tiene que estar antes de las primarias legales del 2 de julio, entonces?

Sí, claro.

¿Pero cómo los mismos que no se pusieron de acuerdo la vez anterior van a poder hacerlo ahora?

No basta con definir un ámbito de trabajo, porque hay que entrar en el área chica. Los énfasis deben ser distintos: un futuro gobierno debe poner énfasis en el crecimiento económico y emprendimiento.

¿Eso fue lo que faltó a este gobierno?

Así como hemos puesto importancia a los temas de derechos de los ciudadanos, para el futuro debemos pensar en las responsabilidades cívicas de los ciudadanos en temas como la limpieza de las ciudades o el medioambiente.

¿Qué es intransable para la DC en esta pasada?

La DC siempre ha creído en un equilibrio entre la libertad y la igualdad. De la misma forma, debe existir la justicia social con el crecimiento económico. Los chilenos quieren gratuidad para estudiar en la educación superior, pero también quieren libertad para elegir dónde estudiar. La gente quiere salud ojalá gratuita y de calidad, pero también quiere libertad para poder emprender y generar ámbitos de desarrollo. Ese equilibrio la DC lo debe resguardar.

Al igual que en 2013, ¿no debería haber otra primaria interna en la DC para calentar motores en el partido y convocar a la militancia?

Tengo la convicción de que el mejor nombre es Carolina Goic, y no han surgido más nombres.

En algún minuto surgieron nombres, incluso el suyo.

No es que uno renuncie para toda la vida, pero en esta vuelta el mejor nombre es el de Carolina Goic. Todos los otros nombres que estaban disponibles, como Ximena Rincón o Ignacio Walker, han dicho lo mismo.

¿Pero ve convicción en la DC de competir?

Veo convicción de competir como le decía: a la primaria, pero sin cheque en blanco.

Muchos comparan a Guillier con Bachelet: un candidato muy empático y cercano a la ciudadanía. ¿Cómo lo ve usted?

Todos los candidatos tienen virtudes y defectos, y Alejandro tiene ambos. El tiene empatía. Lo que no me gustó fue su declaración sobre Cuba. A mí no me gusta mucho la ambigüedad, y siento que hay cosas que uno tiene que decir. Hay que decir sí o no.

¿Cómo ha visto la relación de la DC con el PC? Hace poco, lo de Cuba generó un nuevo conflicto.

Este es un problema con el gobierno cubano, que negó el acceso a Mariana Aylwin para un acto completamente pacífico.

Pero a la DC le molestó que el PC no se sumara al reclamo.

Ninguna declaración ambigua de escabullir el bulto o de defender a Cuba me agrada. Y eso no sólo ha sido el PC, han opinado varias personas.

Pero estos conflictos siempre generan reticencias en la DC de quienes piensan que no es bueno seguir en el bloque.

Los problemas que ha tenido la Nueva Mayoría no son sólo el PC y la DC. No podemos simplificar el problema. O nos ordenamos todos y aprendemos a ser leales, concurrimos con los votos sin esta "discología" de que cada uno vota como quiere, o para qué vamos juntos.

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