Congregación de Hermanos Maristas crea "Comisión de Verdad" frente a los casos de abusos

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En un año marcado por denuncias contra sus religiosos, la orden revisará sus últimos 50 años en Chile. "Y todo lo que allí descubramos", se dijo. Mientras, la investigación eclesiástica fue asumida por un sacerdote franciscano.




"Este año ha sido muy malo", reconoce una de las autoridades de la Congregación de Hermanos Maristas. "Pero estamos tratando de salir adelante", agrega. Con sigilo. Pidiendo anonimato. Reserva. Cuidado. Con una enorme mochila a cuestas.

Una de las medidas aprobadas recientemente por la institución religiosa es la constitución de una Comisión para la Verdad, "integrada por personas externas, de reconocido prestigio e idoneidad, cuya misión será recabar información y antecedentes de todas las comunidades educativas maristas del país", se informó (ver recuadro).

¿El objetivo? Uno solo. Investigar si hay más abusos sexuales. Dónde, cuándo y cómo.

"En principio, se ha estimado que esta comisión debería recopilar información de los últimos 50 años, aunque el periodo definitivo dependerá de los avances que se vayan verificando", se explicó en la entidad a La Tercera.

Esa y otras determinaciones de la orden han ido tomando forma durante las últimas semanas, junto con la ratificación de que recientemente se entregaron a la fiscalía los antecedentes de un cuarto caso de un religioso denunciado por abusos sexuales. Hechos de otro tiempo, de otra época, pero que recién ahora están saliendo a la luz pública.

Escenario complejo

La palabra "abuso" ha marcado el año de este instituto religioso, que hace más de un siglo, en 1911, fundó en Chile su primer colegio, en Los Andes. Actualmente, son 12 los establecimientos que administra a lo largo del país: cinco subvencionados y siete pagados, con una cobertura de más de 15 mil niños y niñas, bajo la mirada de 800 educadores.

Los problemas comenzaron el pasado 28 de agosto, cuando la congregación emitió un comunicado haciendo público el caso del hermano Abel Pérez. Según su propia confesión, el religioso habría abusado de ex alumnos del Instituto Alonso de Ercilla y del Colegio Marcelino Champagnat, en periodos intermitentes, desde la década de 1970 hasta el año 2000. En total, habría abusado de 14 víctimas.

"Esta situación nos duele profundamente, por cuanto afecta seriamente la trayectoria de nuestra congregación educacional. Creemos con toda sinceridad que debemos estar, en todo momento, al servicio de las víctimas y hacia ellas generar actitudes de perdón, justicia y reparación", expresaron los Hermanos Maristas en aquella oportunidad.

Luego, el 7 de septiembre, también mediante un comunicado de prensa, la congregación dio cuenta de una nueva denuncia por presuntos abusos sexuales. Esta vez, los delitos habrían sido cometidos por Luis Humberto Cornejo Silva, otro religioso a cargo de menores en un colegio.

En el texto se explicó que la hermandad tomó la resolución de "denunciar cualquier situación de abuso sexual que afecte o haya afectado a cualquier niño, niña o adolescente de nuestras comunidades escolares, según lo dispone la normativa vigente y atendiendo al deber de garante que nos asiste como congregación educacional".

Este religioso, de 40 años, permanece hoy en estado vegetal, tras ser asaltado durante un viaje a Bolivia.

El tercer caso se conoció hace pocos días e involucra al hermano Armando Alegría, quien fue denunciado por un ex seminarista de la congregación por hechos supuestamente ocurridos en 1980, en Los Andes, Región de Valparaíso.

Del cuarto caso no se han dado nombres, pero la información ya está en poder del fiscal Guillermo Adasme. Y respecto de todos ellos, la orden asegura que fueron suspendidos de sus tareas docentes y espirituales, que no tendrían relación con alumnos y que están viviendo en la casa de la congregación, en Santiago, vigilados las 24 horas.

Medidas

Desde la hermandad se informa que, en paralelo a las denuncias e investigaciones, han ido intentando avanzar en protección y prevención.

La semana pasada, por ejemplo, fue designado el sacerdote franciscano Saúl Zamorano para conducir una investigación eclesiástica y elaborar un informe para el consejo provincial marista, encabezado por Saturnino Alonso Ortega.

Esta semana, además, el mismo consejo comenzará a analizar posibles sanciones, que pueden llegar hasta la expulsión de la congregación. En ese caso, la medida debe ser consultada al Vaticano.

Otro de los cursos de acción que se trabaja en la orden es una mesa de trabajo, denominada "Nunca más", presidida por el representante del provincial (el laico Ernesto Reyes) e integrada por laicos, religiosos y actores de todos los estamentos de la comunidad marista, desde estudiantes hasta directivos. Su objetivo es "enriquecer las normativas de prevención, a través de programas de formación y capacitación para directivos, docentes, alumnos y administrativos, en todos los colegios".

También se creó un "Equipo de Apoyo", que asesora al delegado provincial en Chile en esta materia, integrado por profesionales y especialistas en prevención de abusos.

En los colegios, en tanto, el tema no ha sido fácil. La mayoría de los centros de apoderados prefirió no participar en este reportaje. Otros, como la comunidad de ex alumnos (Ceira), han sacado comunicados condenando lo sucedido y lamentando el daño, pero también, en lo grueso, respaldado la obra institucional marista.

Víctor Vidal, presidente del Centro de Padres y Apoderados del Instituto San Martín de Curicó, comentó que "para todos los padres y apoderados fue una sorpresa conocer esta información, sobre todo una indignación. La comunidad completa lo sintió así. Pero estamos confiados en que una vez hechas las denuncias, la justicia va a actuar con el mayor rigor". Agregó que "en los colegios se están realizando una serie de acciones para que esto no se vuelva a repetir".

Por ahora, la comunidad marista sigue bajo la lupa.

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