El ascenso del hijo de Raúl Castro en el régimen cubano

Alejandro Castro, de 51 años, participó esta semana en el Congreso del Partido Comunista.




En medio de los mil delegados que participaron en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, sin llamar la atención, con lentes y con su uniforme de coronel del Ministerio del Interior, estaba alguien que para muchos es un firme candidato a ser el sucesor de Raúl Castro al frente del poder: su hijo, Alejandro Castro, de 51 años. Por eso llamó la atención que su nombre no figurara entre los nuevos miembros del Comité Central, ya que habría sido el primer escalón en un eventual ascenso en el escalafón del partido único.

Su participación en la cita como delegado quedó confirmada cuando el diario oficial Granma del domingo pasado sostuvo que en la comisión uno, de las cuatro que tuvo el congreso, sobre conceptualización del modelo económico y social cubano,  “el delegado de la capital, Alejandro Castro Espín, propuso, en el enunciado que refleja que este proceso se desarrolla bajo las fuertes restricciones que imponen el bloqueo y la persistencia de la intención de subvertir nuestro socialismo, sustituir intención por las acciones. Fue aprobado por unanimidad”.

Alejandro Castro Espín, nació el 29 de julio de 1965, en La Habana. Pese a que es hijo de Raúl Castro y de Vilma Espín, la máxima dirigente femenina de la Revolución Cubana hasta su muerte, en 2007, su vida se desarrollaba ajena a la política. Así, Castro Espín estudió ingeniería en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae). Sin embargo, en cuanto se graduó, inició su carrera militar como oficial del Ministerio del Interior (Minint).

Por este motivo y, posiblemente impulsado por su padre para que comenzara hacerse un currículum, fue enviado a Angola en los 80 para cumplir una misión militar. Pero estando allá sufrió un accidente con un arma de fuego por lo que perdió buena parte de la visión de un ojo. De cualquier forma escaló posiciones en el Ministerio del Interior y llegó hasta coronel. Con su uniforme militar y con ese rango acudió al funeral de su madre, donde aparte de Raúl estuvieron presentes sus hermanas, Deborah, Nilsa y Mariela, esta última la más mediática de los hijos del Presidente cubano, ya que aparte de ser diputada de la Asamblea Nacional es directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba.

Con un master en relaciones internacionales y presentado como investigador de temas de defensa y de seguridad nacional, poco a poco ganó posiciones una vez que Raúl Castro asumió formalmente la jefatura de Estado en 2008, tras el retiro de Fidel a causa de una grave enfermedad intestinal.

Así, luciendo una barba de chivo, que con los años se ha ido tiñendo de blanco, comenzó a aparecer detrás de su padre en sus viajes y reuniones con líderes extranjeros. Fue con Raúl, como asesor, a Rusia y Argelia,  y apareció en segunda fila en encuentros con Hugo Chávez y Daniel Ortega. Incluso en 2009 presentó su libro, El imperio del terror, publicado por la editora del Ministerio del Interior, donde analiza críticamente la política exterior de Estados Unidos.

Sin embargo, su preponderancia tomó altura cuando se le vio presente en las reuniones que Raúl Castro sostuvo con el Presidente Barack Obama, tanto en Panamá, en abril de 2015, como en La Habana, en marzo pasado. Entonces se le mencionó como asesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional.

“Fidel lo entrena a diario”

Por todo esto, su nombre comenzó a ser mencionado como un posible sucesor de Raúl Castro, una vez que deje el mando de la isla en 2018, con lo que desplazaría al actual vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel. El escritor cubano Norberto Fuentes dijo a La Tercera que veía a Díaz-Canel como una “figura de transición” y a Alejandro Castro “con mejores perspectivas”. “Fidel lo entrena a diario. La consolidada metáfora de Don Corleone con Michael”.

Pero para Alcibíades Hidalgo, ex jefe del despacho político de Raúl Castro y ex vicecanciller, la idea de Alejandro Castro como sucesor de su padre es algo “exótica”. Hidalgo dijo a este diario que Raúl Castro posiblemente lo está promocionando a “posiciones de mucho relieve” como podría ser como ministro del Interior, para relevar al actual titular, el general Carlos Fernández Gondín, quien asumió ese puesto sólo en octubre pasado.

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