El regreso al estudio de Chancho en Piedra

Lejos de Santiago y de las claves del pop actual, el grupo graba su noveno disco, el primero sin sello y con nuevo material en siete años: Somos los únicos que llenamos un nicho que ya nadie quiere llenar.




A una hora de Santiago, en las faldas de un cerro perdido en los límites de la comuna de María Pinto, los cuatro integrantes de Chancho en Piedra se instalaron para planificar un regreso que se ha postergado por siete años. Un lapso de tiempo significativo para una fanaticada que se acostumbró al antiguo ritmo de producción discográfica del grupo, y que desde la aparición de Combo show (2009) ha debido conformarse con un ambicioso álbum de covers de folclor chileno (Otra cosa es con guitarra, 2011), un LP en vivo (La porcina comedia, 2013) y la constante actividad del conjunto sobre los escenarios del país.

Pero la pausa discográfica del cuarteto no parece haber afectado su  popularidad. El pasado 5 de abril, cuando anunciaron su regreso al estudio de grabación, la página de Facebook oficial de la banda se llenó de miles de visitas y comentarios de sus incondicionales seguidores -la autodenominada “comunidad marrana”-, que a la luz de los mensajes todavía esperan ese álbum que vuelva a sonar como Peor es mascar lauchas (1995) o La dieta del lagarto (1997), los primeros registros de una propuesta atípica para su época, anclada en el funk, el rock, el humor juvenil y el rescate de las tradiciones criollas: una fórmula que rápidamente los posicionó como uno de los nombres más vendedores y tocados en las radios nacionales.

“Hay que pensar qué queremos decir ahora”, señala el vocalista Eduardo “Lalo” Ibeas. “Ya no tenemos 17 años como en el primer disco, tenemos cerca de 40. Pero al mismo tiempo Chancho en Piedra tiene una personalidad que no se puede traicionar. No puedo llegar con mis preocupaciones de cuarentón a dar la lata, tiene que ser una mezcla de la visión juguetona del grupo con una idea más madura”, explica.

Es justamente ese balance el que busca Chancho en Piedra para su próximo álbum, un trabajo aún sin título definido que incluirá doce nuevas canciones, con fecha de salida tentativa para junio o julio de este año y cuya producción corre por cuenta del experimentado Guido Nisenson. En Estudio del Sur, el mismo donde en 2002 el grupo registró El tinto elemento,  el ingeniero en sonido argentino -quien ha trabajado junto a Andrés Calamaro, Luis Alberto Spinetta y Los Tres- ha puesto a prueba a los músicos con un régimen de trabajo casi monacal -los celulares están prohibidos en la sala- y eliminando algunos tics sonoros. “Nos ha hecho ver que hay cosas que hacemos automáticas y ha cuestionado cosas que uno ve como parte de nuestro estilo, le dio una vuelta de tuerca a los temas”, cuenta Ibeas.

“Nosotros nos hemos desafiado en cada disco a hacer algo nuevo. Sentíamos que si nos metíamos al estudio queríamos dejar pasar un tiempo para vivir experiencias y volver con algo nuevo que contar, con los cuatro en la misma sintonía”, añade el bajista Felipe Ilabaca, deslizando otra de las novedades al interior del clan marrano: mientras por un lado buscan recuperar el sonido más directo de sus primeros lanzamientos, el estreno en la paternidad de la mayoría de sus integrantes ha teñido buena parte del proceso compositivo, y ha instalado la idea de madurez en sus diálogos creativos.

“Estoy tratando de expresarme de otras formas, pero sigo siendo inmaduro en muchos aspectos. Hay gente, amigos, que me preguntan por qué sigo saltando en el escenario a los 40 años, pero la energía del público te hace sentir adolescente también”, dice Ibeas.

Independiente

El paso del tiempo no sólo se refleja en un grupo que ya cuenta 22 años de carrera, un público que se renueva e integrantes con preocupaciones paternales. La escena también cambió, y prueba de ello es el estreno de Chancho en Piedra en la producción ejecutiva: tras dos discos lanzados por Alerce y diez al alero de la multinacional Sony Music, el nuevo LP será el primero que el cuarteto editará sin sello.

“Ahora somos indie”, bromea el guitarrista Pablo “K-V Zón” Ilabaca, con un tono que deja en claro su distancia con ese concepto. Y es que pese a todos los cambios en la industria, los autores de Eligiendo una reina todavía se mueven -y promueven- parte del modelo que los vio nacer: el del bus girando por Chile, la importancia del trabajo colectivo en el estudio y la importancia de un single radial.  Por lo mismo, el grupo planea un lanzamiento en grande para el nuevo LP, con un concierto en el Teatro Caupolicán fijado para octubre.

“Tiene que ver con los tiempos que vivimos. Ahora todo es muy individualista y nosotros somos súper porfiados porque seguimos defendiendo la tribu. Creo que somos los únicos que estamos llenando un nicho que ya nadie quiere llenar. Todos los rockeros están en el under, en el subterráneo, nosotros siempre pusimos una pata en el pop, en lo popular, en lo radial”, comenta Felipe Ilabaca.

“En el verano tocamos en hartos festivales de pueblos chicos y la gente se sabe los temas, se sabe nuestros nombres. Es súper popular Chancho en Piedra, en el sentido que llega al pueblo chileno. Nos van a ver como cuando llegan unos amigos y eso es lo que nos llena de orgullo después de 22 años”, cierra Ibeas.

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