Jorge González: "No tengo problemas en morir"

El artista habla con La Tercera acerca del accidente cerebrovascular que cambió su vida y su carrera. El músico dice que lo más duro ha sido aprender a caminar de nuevo y que la recuperación ha sido una etapa muy compleja.




Jorge González (50) saca el habla. Así lo hará esta noche en Movistar Arena, en el show homenaje que le preparan los más diversos nombres del cancionero local y en lo que marca su primera vez en un escenario luego de esa presentación de apenas 40 minutos del sábado 7 de febrero en Nacimiento. Fue la cita que antecedió el diagnóstico del infarto isquémico cerebeloso que hasta hoy lo tiene en rehabilitación.

Y también alza la voz en esta entrevista, la primera que realiza luego de su colapso de salud. En una conversación vía correo electrónico con La Tercera, el cantautor da cuenta del difícil proceso que ha  enfrentado durante este año y de cómo su vida personal y artística cambió para siempre.

Eso sí, lo hace bajo sus principios y su carácter. Cuando el inicio del diálogo apunta a indagar simplemente en cómo se ha sentido en los últimos 10 meses, sobre todo a pocas horas de cantar por primera vez en vivo desde febrero, el ex Prisionero responde: “Me he sentido muy bien, muchas gracias”.

¿Cómo ha imaginado que va a ser el concierto y qué ha pensado tocar?

Muchas canciones de mi nuevo disco, Trenes, y muchos clásicos.

¿Siempre proyectó que podía volver a presentarse en vivo o en algún minuto sintió que nunca más se subiría a un escenario?

No he sentido miedo, hago esto hace una buena cantidad de años.

¿Le gustaría seguir ofreciendo recitales o preferiría descansar por un tiempo de los shows? 

Ya tengo planificados shows en Perú y en Uruguay para el año próximo.

Volver a tocar, ¿fue iniciativa suya o alguien lo conminó a realizar este evento?

Nadie me ha forzado a hacer nada. Me he dedicado gran parte de la vida a esto.

¿Qué recuerdos tiene del concierto de Nacimiento y cómo estaba su salud en los días previos?

No tengo un recuerdo muy claro. Fue una vergüenza.

¿Qué ha sido lo más complejo de este proceso de rehabilitación? 

Aprender a caminar.

¿Qué es lo que más ha cambiado en su vida desde este colapso de salud?

Estoy muy casero.

¿Cómo es su rutina diaria en su actual casa de La Reina? ¿Ha descubierto actividades que antes ignoraba?

Dibujar y escribir han sido agradables descubrimientos.

En este momento tan duro, ¿se ha acercado o ha profundizado algún vínculo con alguna creencia espiritual?

Tengo una conexión profunda con mis antepasados.

¿Ha pensado también con algún grado de frecuencia en un concepto como la muerte?

No tengo problemas en morir.

Durante estos meses ha recibido la ayuda de fonoaudiólogos y kinesiólogos. ¿Cómo ha sido establecer una rutina que depende de ellos?

Un placer.

¿Cómo ha sido volver a aprender actividades tan naturales como caminar, cantar o tocar guitarra?

Muy difícil, en verdad.

Lo estamos pasando muy bien 

Más allá de las sesiones de recuperación que ha desarrollado con distintos profesionales y en visitas periódicas a un centro médico de La Reina -comuna donde reside desde julio, tras abandonar su vida en Berlín-, al menos desde hace dos meses el artista ha impulsado otro tipo de agenda: una serie de ensayos en una sala de Ñuñoa junto a su actual banda de músicos y a gran parte de los invitados que darán vida al tributo titulado Nada es para siempre.

Por el lugar han pasado nombres como Manuel García, Gepe, Roberto Márquez, Florcita Motuda, Zaturno, Cecilia Aguayo, Juanita y Claudio Parra (Los Jaivas), y Miguel Tapia, el baterista con el que inició Los Prisioneros en 1979 y con quien no hablaba hace cerca de una década, luego de la disolución definitiva del conjunto.

En los encuentros, los convidados han sido secundados por el grupo estable de González, el que integran los guitarristas Gonzalo Yáñez y Pedropiedra, el bajista Jorge DelaSelva, el tecladista Felipe Carbone y el baterista Eduardo Quiroz.

Además, una parte importante de los ilustres que hoy estarán en el recinto de Parque O’Higgins -elenco que también tiene a Beto Cuevas y Alvaro Henríquez- apareció a fines de octubre en un emotivo video donde revivieron el tema Fe, himno mayor de la vida solista del sanmiguelino, en otra de las variadas expresiones de apoyo que han circulado por la web en el último tiempo.

“Me siento muy honrado”, agradece el cantante ante el abrazo de sus pares.

¿Qué tal han avanzado los ensayos para esta noche?

Llenos de risas, pues estoy en una banda de importantes forros, aunque buenos ejecutantes de instrumentos, y sobre todo, grandes cantantes.

¿Cómo fue su reencuentro con Miguel Tapia?

Muy lindo ver al Miguel.

En este show estarán casi todos los que pasaron alguna vez por Los Prisioneros: Tapia, Aguayo,  Yáñez y Alvaro Henríquez. ¿Le habría gustado que hubiesen estado otros músicos igual de relevantes en la historia del grupo?  

No ha sido necesario invitar a nadie más.

Me gusta Chile

Como plan inmediato, el autor de Nunca quedas mal con nadie aún adeuda la salida de su disco Trenes, el que grabó a fines del año pasado en la capital alemana, antes que le revelaran sus problemas de salud, y del que ya se han estrenado dos singles: Nada es para siempre y Trenes trenes trenes.

La producción aún no tiene una fecha de edición definitiva, aunque sus representantes esperan que pueda salir antes de fin de año.

¿Por qué tomó la imagen de los trenes como inspiración esencial del disco?

No me he hecho esa pregunta. Es todo inspiración.

¿Cuál es la gran diferencia entre Trenes y su anterior trabajo, Libro (2013)?

La diferencia mas grande es que yo estaba bien enfermo al grabar Trenes.

Se quedará definitivamente a vivir en Chile. ¿Le gusta hoy la vida en el país?

Me gusta mucho vivir en Chile otra vez. Eso sí, se echan de menos los amigos de Berlín.

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