Jorge Pizarro: "Todo esto nos puede llevar a un muy mal resultado y a un suicidio político"

Jorge Pizarro

Senador dice que ir a primera vuelta dañará a la DC y beneficiará a la derecha: "Esa experiencia ya la tuvimos con Piñera y Frei". Sin embargo, agrega que si la junta opta por primarias, habrá un "descabezamiento de la conducción política de la DC".




"La gente que votó por nosotros ya se fue con Piñera hace rato". Jorge Pizarro, jefe de senadores de la DC y ex presidente de ese partido, dice esta frase para contrastar lo planteado por Mariana Aylwin, quien advirtió que un sector de la colectividad podría apoyar a la principal carta de la derecha. A juicio de Pizarro, sin embargo, hay un grupo del electorado que alguna vez respaldó a la DC y que ya se cambió de bando, lo que explicaría la merma electoral de su partido y el alza de la oposición, desestimando que los actuales adherentes de la falange vayan a optar por un candidato ajeno a la Nueva Mayoría.

El senador analiza ese y otros factores que cruzan la decisión que debe adoptar hoy la DC en su junta nacional, la misma instancia en la que él anunció, hace 13 meses, su renuncia a la presidencia de la colectividad. Dice que si el órgano interno decide apoyar las primarias, el efecto será que Carolina Goic abandone no sólo su postulación a La Moneda, sino que también la conducción del partido.

¿Qué se juega la DC en esta junta nacional?

El partido debe ratificar su línea política de los últimos 25 años. ¿En qué sentido? Primero, en tener claridad de que para hacer gobiernos que sean eficaces se requieren mayorías estables y que den gobernabilidad. Y eso pasa por acuerdos con otras fuerzas… Se requiere un acuerdo parlamentario para consolidar las reformas que se necesitan y un liderazgo potente que a los ciudadanos les permita creer que es posible seguir por esta senda. Ese liderazgo único, según los acuerdos del partido, se define en primarias o por acuerdo político, de manera de hacer una campaña conjunta con las otras fuerzas.

Parece que esto no va para allá…

Ese hecho hoy no es posible por la decisión que ha adoptado nuestra candidata, Carolina Goic, en el sentido de ir directamente a una primera vuelta. Eso genera efectos políticos complejos. Primero, se genera una competencia al interior de la coalición. Segundo, se termina en la práctica con lo que ha sido la Nueva Mayoría. Y se plantea una nueva etapa, una nueva forma de relacionarse. El riesgo que tiene esto es que, producto de las campañas parlamentarias y presidenciales separadas, lo que se hace es agudizar las diferencias. Y eso hace muy difícil que después, en una segunda vuelta o ya constituido un gobierno, se pueda trabajar en un programa común o en unir fuerzas con tanta facilidad.

¿Cuál es la motivación que ve usted?

No conozco las razones de Carolina, ni ella ha clarificado los objetivos, pero entiendo que es producto del debate interno. Hay varios dirigentes que han planteado ir a una primera vuelta solos y con una lista parlamentaria propia, porque entienden que hay que recuperar la identidad del partido y que tiene que volver a ser el partido de centro que conoció el país en los años 60 o 70. Es una tesis que yo creo que la gran mayoría del partido no comparte. Entonces, nos vemos enfrentados a tomar una decisión que reafirme nuestro compromiso con las fuerzas de centroizquierda o ir solos con nuestras propias banderas y que establezcamos un testimonio de lo que nosotros somos, con el riesgo de facilitar, por la división de nuestras fuerzas, el triunfo de la derecha y debilitar la representación del partido y de la Nueva Mayoría. Además, la junta va a definir con un elemento de presión que no encuentro para nada bueno. Los delegados están presionados a que si no apoyan ir a primera vuelta, Carolina puede renunciar -o debe renunciar- no sólo a la candidatura, sino que también a la conducción del partido, porque quiere decir que su tesis perdió y no fue respaldada por las bases. Eso genera un vacío y un problema más grave para la DC, y también para un futuro acuerdo programático con otras fuerzas.

A diferencia de ahora, Goic siempre fue partidaria de primarias, muy lejos del planteamiento que impulsaban la ex ministra Mariana Aylwin y otros referentes de la DC. ¿Cómo se explica su giro?

Se le hizo la misma consulta en la campaña interna. Ella dijo que sólo era candidata a presidenta del partido, y luego nos comunicó que era candidata presidencial antes de la junta de marzo. Por lo tanto, esa junta, en la que teníamos que haber discutido estos temas, se transformó en la proclamación unánime de ella, en el entendido de que íbamos a primarias, con una propuesta de gobierno y acuerdo parlamentario. Y ahora nos notificó que tenemos que ir hasta el final. Esa es una forma de tomar decisiones y hacer política que es legítima de parte de cualquier liderazgo, pero que coloca a los dirigentes y a las bases del partido representadas en la junta en un pie imposible. Hay que decir sí o sí. No tienes otra alternativa. Hay gente que, sin duda, se va a sentir violentada por esta forma de tomar decisiones y de obligar a que otros decidan de una sola manera.

¿Qué tan compleja es esa posición en la que Goic puso al partido?

Es que, por ejemplo, ¿por qué se postergó la junta para esta fecha? Eso tiene que ver con la discusión de los contenidos programáticos y de la alianza con nuestros socios estratégicos hacia el futuro. Carolina, al plantear esto de esta forma, deja fuera de la discusión los temas de fondo. Ese no es el objetivo que tenía esta junta nacional. Esta junta debía discutir una propuesta previsional. De eso, ¡tu tía! La junta tenía que definir cómo implementamos el proceso de descentralización de forma más efectiva y rápida. De eso, ¡tu tía! En fin. Tengo la impresión de que de eso no se va a hablar. Por lo tanto, no vamos a tener definiciones que le podamos presentar a las otras fuerzas y al país con claridad. Y vamos a seguir, lamentablemente, colocando la carreta delante de los bueyes. Ojalá yo esté equivocado, pero todo esto nos puede llevar a un muy mal resultado y a un suicidio político si es que no se maneja bien.

Pero no se va a acabar la DC. No es para tanto…

Espero que no, pero las fracturas internas cuesta irlas retomando. Hace tiempo dije que Carolina tenía la gracia de haber unificado al partido en torno a su liderazgo para la mesa del partido. Pero, lamentablemente, con la misma facilidad con la que se unen las cosas se pueden dividir. Y siento que ahora estamos corriendo ese riesgo. Es un riesgo muy alto. Hay que considerar que, además, aquí se cruzan otras posturas al interior del partido. Hay quienes quieren terminar con la Nueva Mayoría, asumir un camino propio y que esto sea una cuestión testimonial para, hacia adelante, ir recuperando apoyo en los sectores moderados y humanistas-cristianos. Hay otros que dicen que no importa que decidamos en la junta ir a primera vuelta porque esto se va a evaluar en agosto: que si a Carolina le va bien, seguimos, y si le va mal, habría que evaluar si se baja y buscamos un acuerdo. Creo que esa última alternativa -que algunos plantean, pero que no lo dicen públicamente- es la más nefasta de todas para Carolina y para el partido. Además, ¿qué vas a negociar en agosto? ¿El tema parlamentario? Eso ya va a estar decidido. Los otros partidos ya van a armar sus listas. Y después no va a ocurrir que le digan a sus candidatos "oye, bájate porque viene la DC y tiene que entrar un democratacristiano a la lista". Y lo mismo para nuestros candidatos. No podemos decirles "llegamos hasta agosto, y ahora uno de ustedes seis va a tener que irse para la otra lista". Eso va a terminar de quebrar al partido.

¿Es similar esta situación a la que se vivió con Claudio Orrego?

Esa vez decidimos participar en la primaria, que es lo que corresponde. La diferencia está en que ahí hubo una cosa medio voluntarista y mesiánica más allá de lo razonable en la campaña de Claudio que hizo que muchos se restaran. Y el resultado fue malo. Salimos terceros. Y no sólo perdimos electoralmente, sino que perdimos en la propuesta.

¿Usted cree, como dijo Mariana Aylwin, que un sector de la DC podría votar por Piñera?

No, salvo ella y unos pocos más. La propia Mariana ha dicho que ella no votaría por Piñera, pero como ella planteó esa tesis, la sensación que queda es que a algunos les gustaría. Pero, mira, la gente que votó por nosotros ya se fue con Piñera hace rato. Se fue a la derecha hace rato, sino no se explica las votaciones que han tenido.

Hay un escenario en el que Goic, aunque no marque nada en las encuestas de aquí a agosto, vaya sí o sí a la primera vuelta. Hay sectores de la DC que creen que puede obtener un resultado más digno en noviembre que en una primaria frente a Guillier. Si se opta por eso, ¿qué tan alto es el riesgo de que sea la DC la que termine provocando que gane Piñera, ya sea en primera vuelta o en un balotaje?

La división de las fuerzas de centroizquierda en una elección presidencial facilita el triunfo de la derecha, no cabe duda. Mientras más diferencia haya entre el candidato que gane en la primera vuelta y el que sale segundo, más difícil es revertir eso. Esa experiencia ya la tuvimos con Piñera y Eduardo Frei el 2009. Entonces, es un error jugar esa carta. También, no hay que olvidar que el electorado empieza durante la campaña a abanderizarse por aquellos que representan con mayor nitidez determinadas posturas. Y también hay un electorado al que le gusta ir jugando a ganador. Entonces, en ese esquema una candidatura nuestra puede ser presa muy fácil de los grupos de izquierda y de los grupos más de derecha. Podemos quedar no sólo como el jamón del sándwich, sino que como la miga del pan. Ese riesgo es muy alto.

Por como lo plantea usted, la DC están en un zapato chino. Si esos son los escenarios y sus posibles resultados, ¿cómo cree que se llegó a esto? ¿Quiénes aconsejan a Goic?

Yo no sé quiénes están aconsejando o tomando las decisiones con Carolina. No lo sé. Lo que sí es efectivo es que hay muchos en el partido que, como dije antes, quieren terminar con la Nueva Mayoría. Y la forma de hacer eso es ir a primera vuelta y fijar un camino propio. En eso hemos escuchado a los "Progresistas con progreso". Hay otros en la DC -porque también lo he escuchado- que dicen "bueno, aquí se va a probar el liderazgo de Carolina, y si no le va bien murió el liderazgo y tendremos que buscar otros liderazgos". Y hay otros que tienen un problema con el PC, una cosa anticomunista más de piel que de fondo. Y otros hemos planteado que, siendo un partido que tiene un 12% del electorado, pensar voluntariosamente que somos un partido grande es un error que nos puede llevar a reducir más todavía nuestra influencia. Por eso, se requieren acuerdos con las fuerzas de centroizquierda. Eso se han visto obligados a aceptar algunos. Por ejemplo, en el voto político en el que aparece Mariana Aylwin se establece que el domicilio político de la DC es la centroizquierda. Eso es un avance, porque quiere decir que se dieron cuenta de que estaban en minoría absoluta.

Pero esa flexibilidad o matiz que plantearon es una forma de intentar que ese voto político gane en la junta y se imponga la primera vuelta. Ese grupo de dirigentes de la DC no ha renunciado al camino propio…

Bueno, pero cuando plantean eso es porque se dan cuenta de que la otra tesis que ellos plantean no tiene ninguna posibilidad de éxito. Ninguna. Y yo creo que el entorno de Carolina, la mesa fundamentalmente, ha llegado a la misma conclusión, porque siguen diciendo "vamos hasta noviembre", pero fortaleciendo las fuerzas de centroizquierda y buscando un acuerdo parlamentario. Hay una contradicción evidente ahí, porque la lógica indica que si llevamos dos candidaturas presidenciales, cada cual se va a ir con su candidato. Entonces, en vez de fortalecer, dividimos y debilitamos. Pero, bueno, la política es así. A mí lo que no me gusta es que esta decisión, comunicada así a través de los medios, declara interdicta a la junta nacional. Si se toma otra decisión, eso significa el descabezamiento de la conducción política de la DC y el debilitamiento de Carolina Goic. Y nadie espera eso. Entonces, creo que estamos como ese dicho cuando a alguien lo apuñalan: si me dejan el puñal adentro me muero, y si me lo sacan también me muero. Es muy lamentable la situación en la que nos encontramos. Esto se podría haber evitado con una mayor capacidad de diálogo interno y si se hubieran compartido las decisiones. Para mí ha sido muy doloroso y triste la renuncia de Ricardo Hormazábal a la militancia. Siempre he tenido diferencias con él, pero representa una visión que hay que considerar. Y eso no lo hemos conversado al interior de la DC, porque son miles los militantes que no se han refichado. Ese es un tema político en el que todos tenemos que asumir las responsabilidades.

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