Josh Klinghoffer, guitarrista de Red Hot Chili Peppers: "La energía que el público latino le brinda a la banda no tiene comparación"

El músico habla con La Tercera del nuevo álbum del grupo estadounidense, que retrata su búsqueda y adultez.




Antes de convertirse en el guitarrista oficial de los Red Hot Chili Peppers, Josh Klinghoffer fue para el grupo uno de esos músicos invitados -anónimos y geniales- que operan discretamente en la retaguardia de la tarima.

En 2007 fue solicitado por la banda californiana para que la acompañara en el final del tour de Stadium Arcadium, su noveno disco. Klinghoffer se ubicaba por detrás de John Frusciante (el entonces guitarrista titular del grupo, gran amigo suyo y socio musical en varios proyectos paralelos) y desde ahí se ocupaba de la segunda guitarra, los teclados y los coros. La de Stadium Arcadium sería la última gira de Frusciante junto al grupo.

En 2009, luego de una pausa de dos años que se tomaron los músicos, ocurrió lo evidente: Josh Klinghoffer, el multiinstrumentista discreto que conocía a la perfección el repertorio principal de la banda, fue invitado a reemplazar a John Frusciante.

El miembro más joven de los Red Hot Chili Peppers (36 años, mientras que el resto promedia los 50) es un hombre afable y con un aura serena. Estuvo en París hace unas semanas junto a sus compañeros para promocionar The getaway, el undécimo álbum del grupo, estrenado a mediados de junio y el primero, desde Mother´s milk (1989), que no fue producido por Rick Rubin, el legendario productor de la banda.

The getaway fue producido por Brian Burton, mejor conocido como Danger Mouse, uno de los productores más cotizados de la última década, capaz de imponer su huella personal -vintage, algo siniestra y llena de reverberaciones fantasmagóricas- en artistas tan diversos como Norah Jones, Beck y The  Black Keys.

En una habitación del lujoso hotel George V, Klinghoffer recibió a La Tercera y recordó que cuando estuvo en Santiago en el festival Lollapalooza 2014, alguien le enseñó a gritar "chi-chi-chi-le-le-le. ¡Viva Chile!".

¿Cómo describiría el trabajo del productor Danger Mouse y cuál considera que fue su principal aporte a este álbum?

Lo diferente fue el método con el que las canciones fueron grabadas. Desde la creación de la banda, las canciones eran escritas con anterioridad y luego todo el grupo iba a una sola habitación en el estudio y las grababa en vivo, pero en esta ocasión, por primera vez, las hicimos instrumento por instrumento, parte por parte, y ese es un acercamiento diferente a la construcción de los temas y a la grabación. Algunas canciones fueron incluso construidas en el estudio, lo cual fue nuevo para el conjunto.

Antes de que Danger Mouse se uniera como productor, ustedes tenían escritos más de 20 temas. Al llegar, él les dijo que los dejaran de lado y que prepararan unos nuevos. ¿Qué desafío les significó eso?

Teníamos muchas canciones, Brian las escuchó y no es que no le gustaron per se, sino que se preguntó cómo podía involucrarse en ellas, así que escogió algunas que pensó que le dejaban un espacio para mejorarlas. Sin embargo, creo que, en general, él prefiere unirse a la banda y crear temas desde el comienzo, por lo que quizás el desafío para nosotros fue lograr sentirnos conectados emocionalmente con una pieza musical que acabábamos de crear, cuando habíamos estado viviendo hasta dos años con algunas de esas otras canciones.

¿Cuál fue su papel específico en la concepción de este álbum?

Cada canción es diferente en su modo de construcción. Yo puedo llegar con un tema completo en cuanto a estructura y acordes, y luego cada miembro le añade su parte; pero otra puede salir de la nada a partir de una improvisación. Hubo el caso en que Chad (Smith) y Brian estaban escuchando una vieja compilación de música psicodélica y luego Chad empezó un ritmo de batería, Flea le puso bajo y entonces yo, frente a esa disponibilidad de sonidos, tuve libertad para hacer lo que quisiera. Mi papel fue el mismo desde el primer día que me uní a la banda. Yo puedo proponer canciones y en general todo es bastante colaborativo.

A pesar de los años transcurridos, con frecuencia se le compara con John Frusciante. ¿Cuán difícil ha sido encontrar un lugar propio dentro del grupo?

Para mí eso no ha sido difícil. Como lo mencioné, desde que entré a la banda mis compañeros fueron muy acogedores y muy abiertos a mis aportes, a mi sonido y a mis opiniones acerca de la música y acerca de todo. Jamás podré agradecerles lo suficiente por eso. Pero en relación a lo que otras personas piensan al respecto, no tengo el control. Sé que hay gente que todo el tiempo me compara con John, lo cual es ridículo. Yo no soy él, no me convertí en guitarrista de la misma forma que él. El estudió de manera meticulosa desde muy joven, se convirtió en un guitarrista increíble y se enfocó en ese instrumento específicamente. Yo no. Yo era baterista y tomé la guitarra cuando ya no quería tocar más la batería. No leo tanto en internet, pero sé que hay muchas discusiones sobre este tema. Es agradable que la gente se interese lo suficiente como para discutir sobre la música, pero yo trato de mantenerme alejado.

Permítame salirme del campo de la música. ¿Cuál es tu sentimiento respecto a la matanza ocurrida recientemente en Orlando?

Es desgarrador y creo que las cosas se van a poner cada vez peor. Creo que este mundo está permitiendo que gente sin educación y sin el criterio para entender las opciones que existen, haga cosas como estas, al menos en el país en el que yo vivo. No quisiera entrar en una discusión política acerca de las armas, pero ojalá pudiéramos vivir en un mundo sin ellas. Sé que es fácil decirlo, pero hay otros países donde no existen en el mismo grado que en el mío.

¿Tienen planes de ir a Latinoamérica con la gira de este nuevo disco?

Por ahora no tenemos planes, pero tenemos planes de tener planes. Yo tengo muchas ganas de ir, me encanta tocar en Latinoamérica. Creo que la energía que el público de allá brinda a la banda no tiene comparación.

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