Karol Cariola: "Hubo sectores que trabajaron desde adentro para autoinfligirnos una derrota"

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Cariola asegura que una de las principales causas del fracaso de la Nueva Mayoría fue la insistencia de sectores "restauradores" del bloque por evitar el avance de las reformas del gobierno. Además, llama a la articulación más amplia de la centroizquierda para enfrentar el mandato de Sebastián Piñera.




La diputada comunista Karol Cariola hace un balance de las causas de la derrota de la centroizquierda. Asegura que hay responsabilidades compartidas, pero subraya que la candidatura de Alejandro Guillier se alzó "contra la corriente de un sector que se daba por derrotado a priori". Además, advierte que uno de los factores más decisivos en el fracaso de la Nueva Mayoría fue el triunfo de los llamado sectores "restauradores" que, a su juicio, les acomodaba más un triunfo de Sebastián Piñera que seguir con la impronta reformista de la Presidenta Michelle Bachelet.

Ha pasado casi un mes desde la derrota presidencial del oficialismo. ¿Cuáles son las causas, a su juicio?

Son varios los factores. Hubo toda una contracampaña que se hizo permanentemente hacia la Nueva Mayoría a través de algunos medios de comunicación. La derecha generó toda una visión de que las reformas estaban mal hechas, que iban a perjudicar a la ciudadanía. También lo que significó el caso Caval. Eso le generó un daño al gobierno, lo desestabilizó anímicamente y la subjetividad de la Nueva Mayoría se vino abajo. Eso dio espacio para que en la interna se abrieran camino a aquellos sectores que de manera muy determinada, y desde el principio, trataron de poner piedras en el camino y meterle pelos a la sopa.

¿Quiénes específicamente?

Lo digo por aquellos sectores restauradores que nunca quisieron dar por muerta a la Concertación, que nunca quisieron entender que la Nueva Mayoría era un nuevo proyecto político y no la Concertación más el PC. Me queda la impresión de que desde lo interno hay factores que son muy importantes, por mucho tiempo se habló del fuego amigo. Y cuando la candidatura de Alejandro Guillier se muestra como la continuidad a los procesos de transformación, se liga a un gobierno que ya venía golpeado en su gestión política.

Se habló mucho de esa sensación de derrotismo en su momento…

Había muchas personas, incluso ministros y ministras que a mí me tocó escuchar antes de la elección presidencial, que daban por perdido el gobierno. Entonces, frente a una subjetividad de ese tipo, la candidatura de Guillier se levanta contra la corriente de un sector que se daba por derrotado en muchos espacios a priori. Hubo sectores, y que hoy día han salido del clóset, que trabajaron desde adentro para autoinfligirnos una derrota porque les parecía mucho más cómodo ser oposición que seguir con las transformaciones.

¿Qué sectores?

El sector que dejó la DC, encabezado por Mariana Aylwin, que claramente no estaba cómodo con el gobierno de transformaciones de la Nueva Mayoría, que lo boicoteó desde adentro permanentemente. Y hoy día ella logra salir del clóset y expresar una posición política más honesta respecto de su verdadera visión. Eso claramente le despejó el camino a Sebastián Piñera.

¿Y qué responsabilidad le cabe a Guillier?

Es evidente que un candidato tiene una responsabilidad central en el proceso que se lleva, pero no se le puede responsabilizar ni solo al candidato, ni solo a los partidos ni solo al gobierno. Cada uno aquí tiene una autocrítica que hacer. Guillier vivió experiencias muy duras, nunca se imaginó cuánto egoísmo, cuántas contradicciones, cuántas tensiones iba a tener que enfrentar con los partidos. Yo quiero recordar el nivel de presiones en cuestiones súper pequeñas. Yo misma, a mí me sacaron en algún minuto de la primera línea del equipo de campaña a raíz de los propios egoísmos y fines electorales de algunos actores de los partidos. Para nadie era un secreto la visión que tenía Gonzalo Navarrete, por ejemplo, a propósito de su candidatura parlamentaria. Cuestión que yo lamenté y que traté de superar para seguir siendo un aporte. Pero esas pequeñeces son también autogoles que no nos permitieron poner el foco donde teníamos que ponerlo.

¿Cómo ve el futuro de la coalición?

La proyección que tenemos hoy es súper incierta. Es evidente que la articulación que teníamos el 11 de marzo del 2013 no es la misma articulación que tenemos hoy día.

¿Y cómo se rearticulan las fuerzas?

Hay un espacio distinto donde nosotros, como PC, creemos que hay condiciones de articulación de la centroizquierda, más allá de los intereses anticomunistas que puedan primar en algunas personas. Nosotros donde estemos vamos a impulsar transformaciones más profundas y estructurales, porque creemos que a este modelo hay que hacerle transformaciones y que el neoliberalismo en su expresión, y tal como se está desarrollando, solo genera más desigualdad, más injusticia y, por tanto, más segregación de los trabajadores y su clase. Pero de que hay objetivos comunes, que incluso están antes de cualquier transformación más estructural, que es defender nuestra democracia y los avances que hemos logrado, los hay. Y esos objetivos nos van a impulsar a tener que encontrarnos en definiciones comunes para el periodo que viene.

Usted dijo que era un despropósito que la izquierda creciera a costa de la izquierda. ¿Cómo evalúa hoy la irrupción del Frente Amplio, que viene a disputar un electorado que también es del PC?

Yo pondría un poco en duda eso, porque electoralmente el PC mantiene su votación. Es evidente que el Frente Amplio no crece a costa del Partido Comunista. El Frente Amplio tiene una expresión mucho más ligada a la socialdemocracia, que hoy día tiene una estructura puesta en otros partidos que sí redujeron significativamente su expresión electoral. Pareciera ser que hay mayor ruptura hacia acá, pero el PC mantiene un electorado más o menos fijo en su desarrollo.

Pero sí capitaliza el electorado de la centroizquierda...

Claro, pero por eso es importante diferenciarlo, porque muchos vaticinaron que el PC poco menos que iba a dejar de existir con el Frente Amplio. Y lo que queda en evidencia es que eso no es así. El Frente Amplio se expresa hacia la centroizquierda. Y, evidentemente, en una disputa electoral yo hubiese preferido algo distinto, y por eso lo dije en su momento: es un despropósito que vayamos todos desunidos porque la expresión es concreta, el resultado es que gana la derecha.

¿Ve una posible alianza con el Frente Amplio?

Tengo una alta valoración por gran parte de las expresiones políticas que tiene en su interior el Frente Amplio. Para mí son compañeros, son compañeras y no me cabe duda de que con sus parlamentarios vamos a tener muchas expresiones en común. Yo creo que la política del próximo periodo parlamentario se va a hacer mucho desde el Congreso, porque la expresión política más diversa está ahí. Nosotros hemos llamado a la unidad más amplia de la centroizquierda, nadie por sí solo va a poder enfrentar a la derecha en el periodo que viene y nadie por sí solo va a poder defender las reformas que hemos logrado.

Generó incomodidad el encuentro de Guillier con Piñera. ¿Cómo lo ve?

Sí. Yo tomo distancia de eso, porque es una decisión personal. Nosotros no hemos decidido generar ningún tipo de encuentro y vínculo con Piñera. Tampoco estamos en la disposición de ser la piedra de tope y quitarle la sal y el agua al gobierno que viene. Pero cuando Piñera saque las garras para defender al grupo empresarial que representa, vamos a sacar las mismas garras de vuelta.

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