Semana clave en la guerra del acero

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Tras concluir el período de audiencias, donde las partes se acusaron de colusión y engaños, la Comisión Antidistorsiones emitirá en los próximos días su fallo.




En medio de acusaciones de colusión, acomodos, cálculos mal hechos y hasta contrabando terminaron las audiencias de la Comisión Antidistorsiones encargada de investigar eventuales prácticas de dumping en las importaciones de acero mexicano. Esta semana, el organismo podría definir si mantiene, elimina o aumenta la salvaguardia de 10,1% al alambrón proveniente de ese país, vigente desde abril pasado.

La Comisión Nacional Encargada de Investigar la Existencia de Distorsiones en el Precio de las Mercaderías Importadas (CNDP) analizó por última vez, el 17 de octubre pasado, el caso que incluso involucró al gobierno mexicano, que se hizo parte del proceso a través de su embajada.

La disputa comenzó en noviembre de 2015, con una denuncia de CAP y Gerdau -que controlan casi todo el mercado local- contra los dos únicos importadores de acero azteca -Ebema y FullAcero. Los acusó de vender barras de metal para la construcción a un precio menor al que vende en su país la firma que los provee, la mexicana DeAcero, que se sumó al proceso.

La CNDP, presidida por el fiscal nacional económico, Felipe Irarrázabal, fijó por seis meses la aplicación de salvaguardias y en las últimas semanas las partes reforzaron su artillería para anular a sus adversarios. CAP y Gerdau insistieron en pedir sobretasas y en el supuesto daño económico y laboral que produciría una eventual quiebra de los fabricantes chilenos. La contraparte acusó a ambas firmas de actuar de manera coludida para mantener su poder de mercado.

Prácticas anticompetitivas

"El mercado de rebar (barras de acero) en Chile sufrió por años e impunemente múltiples prácticas anticompetitivas", disparó el gerente general de Ebema, Miguel Korze, al inicio de su exposición.

En su testimonio, que aparece en el expediente del caso, el ingeniero civil relató que CAP y Gerdau se dividieron el mercado nacional por productos y zonas por décadas, entregando una serie de correos electrónicos que servirían como prueba. Entre éstos, dos mensajes fechados el 13 de marzo de 2014, con dos horas de diferencia, en que cada firma anuncia un alza de 8% en el precio de las barras de acero.

Además, les acusa de dividirse el país en zonas de influencia: "Norte: Gerdau; Centro: CAP y Gerdau, Sur: Gerdau", se lee en su presentación. Añade que "la lista de precios de Gerdau históricamente contenía valores para la zona norte, diferenciados de los precios para la zona centro-sur del país" y que "se dividen el canal de distribución con distribuidores propios (mantienen propiedad sobre ellos), distribuidores exclusivos (comercializan únicamente una marca) y distribuidores compartidos (comercializan ambas marcas)".

Korze asegura que pese a los esfuerzos realizados, Ebema "nunca logró ser simultáneamente distribuidor de ambas siderúrgicas" y que, a causa "de las prácticas anticompetitivas antes enumeradas de los más de 20 importadores de rebar que han existido los últimos 15 años, sólo uno de ellos -Petricio- ha subsistido en el tiempo".

En su alegato, añadió que la caída del valor del acero en Chile se debe "única y exclusivamente a una baja en el precio internacional no asociada a DeAcero".

Cifras diferentes

Acompañando informes de la consultora Gabriel Bitrán y Asociados, CAP y Gerdau solicitan una sobretasa de 27,5%, debido a que Ebema y FullAcero "compran barras a DeAcero a un precio menor del mercado distribuidor RM", añadiendo que ambas compañías "deben tener un margen bruto mayor el de otros distribuidores para mantener inventarios" y, además, "vender al cliente final por debajo de los precios de mercado para aumentar su participación (estimada en 2%)".

La presentación sostiene que "existe una clara relación causal entre el aumento de participación de mercado de las importaciones de México y la caída de aquella de los productores nacionales". Según sus cifras, la participación de mercado de acero mexicano pasó de 0% a 18% desde 2012, período en que los productores chilenos perdieron una cuota de 12% y los extranjeros (Turquía-España) otro 6%. La cifra es rebatida por los importadores del metal azteca, quienes dicen que, por el contrario, el gran ganador ha sido el acero turco, con un aumento de 145% desde 19.494 toneladas a 47.084 y una baja en los precios de 8,4%.

Los sindicatos de trabajadores del acero también intervinieron en los alegatos, alertando una eventual pérdida de empleos por el menor precio de las importaciones y pidiendo sobretasas retroactivas. Lo mismo dijo CAP en voz de sus abogados Nicole Nehme y Benjamín Mordoj, del estudio Ferrada Nehme.

Todo, en medio de los reparos del gobierno mexicano, que a través de la segunda secretaria de su embajada en Chile, Fabela Legaspi, alertó posibles vulneraciones a las normas y procedimientos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), dejando entrever que la relación bilateral podría verse afectada por este tipo de medidas.

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