U. Iberoamericana: rector renuncia por grave crisis financiera y aplazan inicio de clases

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El plantel, que suma una matrícula de 2.900 alumnos, arrastra deuda de $ 1.200 millones. Sueldos de funcionarios están impagos. Además, renunció casi la totalidad de la junta directiva.




Un nuevo episodio que revela la fragilidad de la educación superior chilena quedó en evidencia ayer. Esto debido a la severa crisis financiera e institucional que llevó a la Universidad Iberoamericana a suspender el inicio del año académico, que debía comenzar ayer. Los problemas de sustentabilidad de este plantel se suman a los de la Universidad Arcis, que fue declarada en quiebra la semana pasada por el Cuarto Juzgado Civil de Santiago.

Así, los 2.900 alumnos de U. Iberoamericana se enteraron a través del sitio web del plantel que "debido a ajustes administrativos" el calendario académico sería modificado, aplazándose para el 13 de marzo el ingreso de los alumnos nuevos y para el 15 el regreso de los antiguos.

¿Qué hay detrás de esta suspensión? En diciembre del año pasado, el plantel figuraba con una deuda de $ 1.200 millones y los conflictos al interior de la asamblea de socios, que se acrecentaron este verano, llevaron a que actualmente la universidad no cuente con capital para funcionar. De este modo, la institución mantiene impagos los sueldos correspondientes a febrero de los casi 250 funcionarios, además de estar en morosidad con la mayoría de sus proveedores.

Esta situación llevó a Félix Viveros, quien hasta ayer era el rector de la U. Iberoamericana, a entregar su carta de renuncia. Pero no fue el único, pues otros cuatro miembros de la junta directiva también abandonaron sus cargos, dejando solo al actual presidente de dicho órgano, Roberto Belmar. "Esto se produce por la imposibilidad absoluta de dar continuidad al proyecto educativo", aseguró Viveros a La Tercera.

Los conflictos financieros de la U. Iberoamericana se explican, mayoritariamente, porque no cuentan con capital. A inicios de este año se desintegró la asamblea de socios. Esta estaba compuesta por Gladys Cárdenas, en representación de Filomena Narváez, fundadora e investigada por presuntos delitos tributarios; más los tres hermanos Cárdenas Narváez.

A principios de febrero, Gladys renunció a ser parte de dicha asamblea, y el resto de los miembros tomó el control de la instancia, en un contexto en que la institución necesitaba urgentemente sumar nuevos fondos.

"Los socios acordaron que ya no quedaría en manos del rector la posibilidad de nuevos inversionistas o de una fusión, sino que sería tarea del presidente de la asambleas de socios, Jorge Cárdenas. Eso ya trajo durante febrero alta inestabilidad, porque no fue posible seguir asegurando flujos ni tampoco conseguir alguna alianza estratégica", comentó Viveros.

Sin embargo, según la ex autoridad académica del plantel, los socios nunca anunciaron la inyección de capital, ni propio ni a través de otros inversores. Se esperaba que Filomena Narváez aportara alrededor de $ 1.000 millones, pero de ellos solo se entregaron, en distintas cuotas, $ 525 millones.

"Actualmente, hay una deuda financiera de $ 1.260 millones y existen compromisos cercanos a mil millones más: $ 600 millones que se debe devolver del CAE y pagos a proveedores directos por unos $ 400 millones", explicó Viveros, quien enfatizó que "con el apoyo monetario de la asamblea de socios, la universidad es un proyecto viable. Es su responsabilidad que no pueda funcionar".

La institución había perdido la acreditación en 2013, y en octubre del año pasado logró recuperarla, certificándose por dos años. Viveros dijo que esto se logró porque "la universidad comenzó a recuperar el ritmo y creyó en su modelo educativo". Ayer el ex rector notificó al Mineduc, a la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y al Consejo Nacional de Educación (Cned) de su renuncia.

Hasta el cierre de esta edición La Tercera intentó contactarse con los socios de la asamblea sin resuiltados.

Negocio familiar

A principios del año pasado, el Servicio de Impuestos Internos (SII) interpuso una querella por presunto delito tributario contra Filomena Narváez, fundadora de la Universidad Iberoamericana en 1989 y dueña de la inmobiliaria Iberoamericana. La universidad se encontraba en esos momentos sin acreditación.

Las acusaciones del SII se sustentaban en que, en los años tributarios 2009, 2010 y 2011, la empresa de Narváez habría omitido la declaración de impuesto a la renta, mientras que en 2015 habría presentado una declaración incompleta. La sospecha recaía en que, además, los inmuebles ocupados por el plantel eran de propiedad de la inmobiliaria.

En 2014, según Viveros, la universidad comenzó un profundo cambio de gobernabilidad: se conformó una junta directiva autónoma que está integrada exclusivamente por académicos y que se relaciona con la asamblea de socios para temas presupuestarios. "Separamos radicalmente la universidad de los negocios de la familia. Actualmente no tiene ninguna relación con el plantel, desde diciembre de 2014 que no se paga arriendo por los campus a la inmobiliaria", aseguró Viveros.

La historia de Narváez y sus hijos no solo se reduce a su participación en la Universidad Iberoamericana, también figura como socia en una serie de corporaciones que sostienen colegios subvencionados, como el establecimiento Los Andes Country Day, que anunció su cierre en 2015 por motivos económicos.

El conflicto familiar que actualmente se vive en la asamblea de socios de la U. Iberoamericana data de mucho antes: en 2012 los hijos de Narváez trataron de declararla interdicta.

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