Una legumbre, un hueso y un trozo de carbón reabren el debate sobre quién fortificó Jerusalén

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En lugar de probar que la ciudad data de mediados de la Edad de Bronce, como aseguran los arqueólogos, la degradación radiactiva del isótopo de carbono apunta a que los cimientos de la torre podrían ser de una época mucho más tardía, alrededor del siglo IX a.C.