Derecha ecológica

bolsas plásticas


La comisión de medioambiente del Senado aprobó la indicación del Ejecutivo que prohíbe el uso de bolsas plásticas en el comercio y que convierte en norma general la disposición local de algunos municipios. En definitiva, la medida apunta principalmente a proteger el mar, destino final de una cantidad enorme de plástico en diversas formas. Hay críticos que miran la medida como si fuera única, cuando en realidad hay que verla como un paso en el largo camino del cuidado al medioambiente y del cambio cultural que ese objetivo requiere.

Una agenda activa en esta materia tiene dos elementos fundamentales: primero, que el cuidado de la naturaleza, el reciclaje, la descontaminación, no son meras cargas que nos impone la responsabilidad con las generaciones futuras, también y principalmente produce un impacto positivo en la calidad de vida presente; y, segundo, que avanzar en la lógica de la economía circular que ha planteado la Ministra Cubillos es indispensable para la sustentabilidad de nuestro modelo de desarrollo.

El gobierno ha planteado el objetivo de dejarnos en las puertas del primer mundo al concluir su cuadrienio, eso significa, entre muchos otros parámetros, alcanzar un nivel de ingreso per cápita cercano a los 28 mil dólares. Pues bien, una sociedad así no resiste los mecanismos de disposición de residuos que mantenemos en muchas partes o las condiciones que padecen algunas comunidades que sufren diversas formas de contaminación; la escasez hídrica también tiene directa relación con el tema medioambiental, porque en un futuro no lejano se volverá acuciante la repotabilización del agua, así como que su tratamiento no genere residuos. La demanda de plantas desaladoras que provea de agua las faenas productivas también será creciente, de forma tal que se respete la preferencia que goza el consumo humano.

Uno de los cambios más sorprendentes de la sociedad contemporánea es el valor que han adquirido los procesos como fuente de legitimidad social. La necesidad de migrar hacia sistemas de producción limpia será requisito de subsistencia para las empresas; además, esta es la única alternativa viable para enfrentar a los grupos de fanáticos que esgrimen la ecología como excusa para oponerse al desarrollo. Los partidarios del libre mercado tenemos que demandar la inversión en conocimiento y tecnología que haga cada vez más indiscutible la compatibilidad que existe entre producción y medioambiente limpio.

Entonces, la prohibición de las bolsas plásticas tiene también un potente contenido simbólico, que muestra la voluntad de gestionar el medioambiente desde la centroderecha y que supone impulsar una serie de cambios que son requisito y condición del desarrollo. El gobierno está tomando bien una oportunidad, el sector empresarial debiera hacer lo mismo.

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