Más controles

Velocidad


Se aprobó la ley que limita a 50 km/h la velocidad máxima en zonas urbanas. Una involución, porque hace años un movimiento ciudadano transversal había logrado que se incrementara a 60 km/h, a la par que se subió el límite en carreteras a 120 km/h.

Es que la gente estaba aburrida que les pasaran partes por circular a velocidades normales para los vehículos modernos, perfectamente controlables a niveles de 60 km/h. Circular a menos exige andar conteniendo el auto. Dicha involución se ha defendido con un argumento que es una obviedad que no justifica nada: que el impacto a 60 kms causa exponencialmente más daño que a 50 kms, con especial efecto en peatones y ciclistas. Por cierto, y también que a 40 o 25 kms. ¿Por qué, entonces, no fijar el límite en 10 kms?

Es la típica solución chilena a todo: prohibir, restringir y controlar. No se ha tenido en consideración que circular a 60 km/h no es la principal causa de los accidentes, sino que la imprudencia muchas veces de los peatones, que no respetan los semáforos en las esquinas o que cruzan a mitad de cuadra; de los ciclistas, que piensan que las leyes del tránsito no se les aplican; y de los conductores que circulan a grandes velocidades o que no respetan el "paso de cebra". En vez de propender a mejorar el acatamiento de las leyes existentes y apuntar a las causas de fondo, mejor establecer una restricción que sabidamente no se cumplirá por exagerada, comprar una "pistolita radar" y recaudar; porque en esto se va a traducir la nueva norma, no en ciudades más vivibles o "ciudadanas".

Pero lo lamentable es que esto se aprobó a pesar que el Senado lo había rechazado en la ley de ciclovías hace unos meses. Se presentó de nuevo el proyecto de ley y unas organizaciones de ciclistas fueron a hacer presión, y varios senadores cambiaron su voto. Cuando el asunto de las bicicletas es un mito apoyado por un grupo de elite que le gusta pasear y posar de modernos; y por un razón muy simple, al menos en Santiago que es una ciudad con grandes diferencias de cota por la inclinación, de modo que el traslado de un sector a otro a "pulso" en bicicleta muy pocos lo pueden resistir. Es fácil irse con el "vuelito", pero no así volver. Por la puerta de mi hogar pasa una ciclovía y la tasa de uso es muy baja; y lo que es peor, los ciclistas suelen circular en contra del sentido del tráfico establecido en ella.

Otra vez un grupo minoritario pero ruidoso logra imponerse. En Chile los parlamentarios no representan a sus votantes cuando ello les significa pagar costos y nadie les pasa la cuenta. Esto es particularmente cierto en los de centroderecha, que tienen un voto cautivo con el argumento que si no vota por mí, sale la izquierda. Cuando le pasen un parte por andar a 56 Km/hr medite si ese argumento amerita dar otra vez un cheque en blanco en la próxima elección.

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