Si todo sigue igual

Foto: AGENCIA UNO.

Los gastos permanentes del Estado deben ser financiados con ingresos permanentes del Estado. En el mundo desarrollado esos ingresos permanentes provienen de impuestos progresivos y así lo muestra este informe de la OECD.



Un informe de la OECD sobre Chile fue entregado hace una semana (Revenue Statistics 2017 – Chile, OECD). Entre las cosas interesantes que abordaba, está el análisis de la estructura tributaria chilena.

Primero, la carga tributaria de Chile está 14 puntos porcentuales bajo el promedio de la OECD. Mientras en Chile lo que se recauda dividido por el PIB es 20%, en la OECD ese promedio es de 34%. No solo eso, sino que Chile es el segundo país de 35 países que tiene la menor carga tributaria: el primero es México con 17,2%, siendo los más altos Dinamarca y Francia con más del 45%.

Lo interesante además es que el informe muestra que esta diferencia de 14 puntos ha sido relativamente estable desde el año 2000. De hecho, el año de mayor carga tributaria fue el 2007, con 22,7%, en el cual el PIB creció al 4,9%, mientras que el año 2000 por ejemplo el PIB creció al 6,3% y la carga fue 18,8%. Claro que en un año muy malo como el 2009, en el cual el crecimiento del PIB fue negativo de -1,6%, la carga fue de 17,3%. Pero entonces, ¿cómo puede ser posible que alguien crea que puede financiar derechos sociales con crecimiento económico y no con mayor carga tributaria? Eso es un error o una mentira. Los gastos permanentes del Estado deben ser financiados con ingresos permanentes del Estado. En el mundo desarrollado esos ingresos permanentes provienen de impuestos progresivos y así lo muestra este informe de la OECD.

Otro dato interesante es la forma en la cual Chile recauda impuestos en comparación al promedio OECD. Se comparan impuestos a los ingresos personales, ingresos corporativos, contribuciones a la seguridad social e IVA. Hay diferencias muy significativas en todos estos. Primero, la mayor parte de la recaudación tributaria de Chile empeora la distribución de los ingresos porque proviene del IVA, que es un impuesto regresivo, 41% versus 20% en la OECD. Segundo, Chile prácticamente no tiene seguridad social ya que mientras en la OECD el 26% es contribuciones de la seguridad social, en Chile en solamente 7%. Eso se debe a que en Chile el sistema de pensiones no es seguro social sino capitalización individual y ese 7% es fundamentalmente el seguro de desempleo, el cual sí tiene características de seguridad social. Tercero, en Chile los más ricos no contribuyen lo suficiente a la sociedad, ya que hay una menor proporción de recaudación por impuestos a los ingresos y la riqueza. Por impuestos a la propiedad en Chile se recauda 2%, mientras en OECD 4% del total y por impuestos a los ingresos personales y utilidades se recauda 10% mientras en OECD, 24%.

La comisión económica que elaboró propuestas tributarias para financiar el programa del Frente Amplio avanzaba justamente en todos estos sentidos. El gobierno que recién comienza tiene el deber de decir lo correcto con honestidad. Si no aumenta los impuestos de forma progresiva, que es la forma más eficiente y que contribuye a reducir desigualdad, no habrá más derechos sociales. Si no se crea un sistema de seguridad social no habrá seguridad social. Si no disminuye la importancia del IVA en la recaudación, no tendremos una sociedad más justa. Por lo tanto, todo seguirá bastante igual cuando todo debería ser bastante diferente.

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