Urbanismo caviar

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Foto: AgenciaUno


Escándalo generó la compra de un lujoso "chalet" de 600.000 euros por Pablo Iglesias, líder del movimiento de izquierda Podemos, que buscó ayuda a sus bases en vez se asumir que se había equivocado. Su error no fue comprar una casa acorde con su abultado salario familiar, sino que haber condenado a un ex ministro de Economía que hizo lo mismo, tildándolo de "millonario" e invalidándolo para ocupar su cargo ya que sería "entregar a un pirómano el ministerio de Medioambiente".

En la ciudad abundan estos dobles discursos. Muchos enemigos de las autopistas tienen autos con TAG en sus casas o los usan para llegar a dar clases sobre la importancia del transporte público, mientras que grandes críticos del centralismo son santiaguinos que no se mueven de la capital y exigen a otros que lo hagan para despejarnos la ciudad.

Con el arquitecto Marcelo Ruiz bautizamos esta corriente como "urbanismo caviar", ya que además de sus contradicciones entre prédica y práctica, fijan prioridades refinadas y alejadas de los problemas de los grupos excluidos que dicen representar.

Un ejemplo fue la desafortunada frase de un diputado del Frente Amplio (FA), que alertó sobre la "especulación inmobiliaria" que generaría el Metro a La Pintana, olvidando que se trata de una comuna pobre y segregada, donde algunos barrios son asolados por narcos con armamento de guerra, como aquellos que asesinaron al carabinero Galindo hace pocos días.

En dicho contexto la especulación que desvela al diputado ni siquiera es tema, al lado de los enormes beneficios que puede traer el Metro para sacar a La Pintana de su aislamiento, romper estigmas, generar plusvalía y atraer inversión privada que genere ingresos municipales y diversidad social.

Otro caso es Valparaíso, donde el municipio del FA cambió el plan regulador para limitar la altura de construcción de gran parte de los cerros a sólo tres pisos, cediendo a la presión de algunos vecinos. Con ello excluyó a mujeres, parejas jóvenes, inmigrantes o familias vulnerables que necesitan departamentos o viviendas sociales en altura, pese a que son los grupos que busca proteger el FA.

Estas contradicciones son parte de la condición humana, pero se vuelven intragables cuando van acompañadas de pedestales para dictar cátedra sobre moral y buenas costumbres, como ocurrió con el mismo Pablo Iglesias del chalet, que criticó al nuevo Presidente de España por citar a Ricardo Lagos como un ejemplo a seguir.

Sus socios del FA se unieron al coro olvidando que, a diferencia de ellos y Podemos, Lagos fue electo Presidente con una amplia mayoría social, redujo la pobreza, impulsó la vivienda social sin deuda, construyó parques y centros culturales en barrios de clase media y carreteras para integrar regiones y ciudades aisladas. Y en la última campaña presidencial, Ricardo Lagos propuso el Auge del Adulto Mayor y el Metro a La Pintana, que se materializarán en los próximos años, beneficiando a miles de familias.

Así se construye un país más justo y desarrollado. No desde la retórica de salón en la que se mueve el urbanismo caviar, que requiere con urgencia salir a terreno para conocer el Chile real y escuchar los problemas sociales que afligen a sus mayorías.

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