Manuel José Ossandón: "La ley de identidad de género no me gusta, pero no vivo en una burbuja"

Imagen Manuel Jose Ossandon 02

Principal oponente de Sebastián Piñera en las primarias presidenciales de Chile Vamos y uno de los personeros de centroderecha más críticos de su primer gobierno, el senador de Renovación Nacional Manuel José Ossandón se muestra hoy alineado con la postura del Mandatario en uno de los temas que entrampa la convivencia al interior del bloque. El parlamentario se abre a permitir el cambio registral de género a partir de los 14 años de edad, advirtiendo que el sector no cuenta con los votos en el Congreso para defender el ideal que, a su juicio, sería solo después de los 18 años de edad. Llama a flexibilizar posturas para evitar que esto se transforme en "chipe libre".

¿Qué evaluación hace del proceso de instalación de este segundo gobierno de Piñera?

Las instalaciones de gobiernos siempre son complicadas. En 2010 fue todavía más complicada porque había que hacerse cargo del terremoto y porque no teníamos experiencia en el gobierno nacional. Ahora tenemos experiencia y no hay terremoto. Mi opinión es que las cosas se están haciendo bien. Todos hemos aprendido lecciones y estamos haciendo un mejor trabajo. Además, nos ayuda que la oposición está dividida y desordenada. Algunos quieren cooperar, otros quieren obstaculizar. Cuando el

otro equipo juega mal, hay que aprovechar las ventajas que nos dan.

¿Qué diferencias advierte respecto del primer gobierno de Piñera?

El Presidente ha aprendido, está más tranquilo, más cauteloso, Esta vez no dijo eso de que en 20 días habíamos hecho más que los otros en 20 años. Son los de enfrente los que dicen eso. Piñera lo está haciendo bien, cometiendo menos errores, consultando más y escuchando más. Hoy puedo decir que tengo comunicación directa con el Presidente y estamos trabajando juntos por nuestro país, y el Presidente no ha dudado un minuto los compromisos que adquirió con la ciudadanía.

Usted ha sido crítico de una mirada economicista que primó en la primera administración y que aún domina en ciertos sectores de la derecha. ¿Existe un riesgo de que el gobierno nuevamente caiga en esa mirada?

Naturalmente que es un riesgo. Pero no podemos negar que el gobierno tiene ahora una mirada mucho más social que la primera vez. No puedo dejar de alegrarme de que el tiempo nos dio la razón. Pero me alegro mucho más porque ahora el gobierno está haciendo las cosas mejor y eso significa que a la gente le va a ir mejor. Así que mejor no voy a hacer alarde de que nosotros siempre dijimos que este era el camino. Lo importante es que ahora vamos por el camino correcto y eso significa que los chilenos salen ganando.

Usted ha levantado las banderas de la denominada "derecha social". ¿Siente que esas ideas están siendo defendidas por el gobierno?

Sí, es innegable que las banderas de la derecha social están ahora mucho más presentes que hace ocho años. Claramente vamos avanzando, ahora hay que concretar los compromisos adquiridos durante la campaña.

Una de las claves que selló su respaldo a Piñera para la segunda vuelta fue la apertura del entonces candidato a ampliar la gratuidad. ¿Siente que ese compromiso va por buen camino?

El gobierno anterior nos dejó un tremendo hoyo fiscal. Hay que ser muy responsable con el gasto. No podemos empezar a pedir plata prestada para cumplir las promesas. Porque eso es pan para hoy y hambre para mañana. La gratuidad universal es mi norte. Yo aspiro a llegar allá. Pero los árboles no crecen de un día para otro. Hay que ir cuidándolos y acompañándolos en su crecimiento. Tenemos que arreglar además el lío legal que dejó el gobierno anterior. Así como están las cosas, la gratuidad se puede convertir en una pesadilla, en un nuevo Transantiago. Tenemos que arreglar esto para que la gratuidad sea una realidad que le haga bien a la gente, que ayude a abrir oportunidades y que sea sustentable en el tiempo. Para eso tenemos que trabajar todos.

¿Qué le ha parecido el debut del ministro de Educación?

El Presidente tiene el derecho de nombrar a sus ministros. Yo no le voy a cuestionar sus nombramientos. Varela es un gran abogado y eso me gusta. Pero necesita desarrollar otras habilidades también para convertirse en el gran ministro que Chile necesita. Lo que me deja tranquilo es que ha quedado claro que la gratuidad llegó para quedarse.

¿Qué le pareció el fallo del TC, que permite que los controladores de las universidades puedan lucrar?

Yo estoy contra el lucro en la educación. No me gusta. Entiendo que haya empresas con fines de lucro que se dedican a otros rubros que puedan querer tener colegios sin fines de lucro. Lo que no me parece es que haya empresas

con fines de lucro educacionales que sean dueños de instituciones educacionales sin fines de lucro. Eso no lo entiende nadie.

¿Qué futuro le avizora a las comisiones que ha convocado el Presidente Piñera para sellar cinco grandes acuerdos nacionales?

Es una señal de que el Presidente quiere escuchar y que ya entiende que él no se las sabe todas. Eso es bueno. Ahora vamos a ver qué capacidad tenemos aquellos que estamos en las comisiones para ponernos de acuerdo y hacer propuestas ambiciosas, razonables y factibles. Es un lindo desafío.

¿El hecho de que no sean vinculantes, no hace que en la práctica sean instancias simbólicas?

No tiene sentido que sean vinculantes. El Presidente tomará sus decisiones y luego enviará sus proyectos al Congreso. Si alguien quiere tener una voz vinculante en las decisiones de nuevas leyes que se hacen, que sea candidato al Parlamento y que gane un escaño. Los legisladores son los que legislan. Las comisiones proponen y después el Presidente y el Congreso disponen.

Un debate que ha copado la agenda de los últimos días es la ley de identidad de género. ¿Cuál es su postura sobre la ley?

Necesitamos una ley que se haga cargo de la realidad, pero no podemos convertir al Estado en un promotor de posturas ideológicas o militantes. La ley de identidad de género no me gusta, pero yo no vivo en una burbuja y conozco el drama que viven. Soy cristiano y no me olvido del principal mandamiento, ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo conozco esa realidad. Pero no podemos legislar para que algunos activistas logren su sueño de debilitar el equilibrio entre valores y tolerancia a la diversidad. Tenemos que hacer una ley que sea capaz de proteger con mucha responsabilidad el derecho de los transgénero a ser quienes son y a la vez proteger los valores de nuestra sociedad y fortalecer a la familia.

En particular, ¿qué posición tiene sobre el punto más controversial, que es el cambio registral en menores de 18 años?

Yo no quiero que el Estado decida por las personas y por las familias. Para mí, esta es una decisión muy difícil; reitero, es una mala ley, pero es el mal menor, tenemos que evitar el sufrimiento de algunas personas, no quiero que esto se traduzca en chipe libre. En palabras simples, si voto en contra se va a aprobar una ley sin restricción de edad, eso es mucho mas dañino para nuestra sociedad. Yo creo que debiese ser después de los 18 años pero en la realidad no tenemos los votos para aprobar mi postura y estoy obligado a votar por el mal menor. En esos casos tenemos que proteger el derecho de los menores y, con la tutela de un juez, esos menores podrán acceder a cambio registral de sexo que después podrán ratificar o revertir cuando cumplan 18 años.

Pero este tipo de discusiones me dejan un sabor amargo, la inmensa mayoría del país tiene otras problemáticas y espero que este, mi gobierno, pronto las impulse con la misma fuerza, como la Ley de Pesca que cada día es como un pescado fuera del congelador, huele mal. La deuda hospitalaria, la migración y el Sename.

Tras el éxito de la película Una mujer fantástica, el gobierno entregó señales de avanzar en la legislación y se abrió a incluir a los menores de edad. Hasta ayer, sin embargo, no había explicitado su postura.

Esto sería mucho más fácil si se tratara de casos solo como el de Daniela Vega. Pero como la presión es para legislar todos los casos, incluso los más complejos, de una vez... Las personas como Daniela Vega, cuyo caso es bastante más simple, tienen que esperar que se solucionen los problemas que suscitan los casos más complejos. Es una lástima. La situación de Daniela Vega y otros transgénero adultos podría estar solucionada ya. El problema es que tenemos que asegurarnos de proteger los intereses de los menores, los derechos y obligaciones de los padres y otros casos especiales que presentan desafíos legales y éticos más difíciles.

Un grupo importante de diputados de RN emitió una dura declaración, emplazando a Piñera a rechazar la inclusión de menores de edad y pidiendo al gobierno priorizar el consenso al interior de Chile Vamos. ¿Coincide con esa declaración?

Creo que es importante que Chile Vamos se exprese y sea escuchado. No hay una sola posición en Chile. Hay distintas posturas. Todas son válidas. Creo que el gobierno debe escucharlas a todas y después debe decidir. No va a haber consenso en Chile Vamos en esta materia. Valoro que todos hagan ver sus posturas y las hagan valer. Pero no vamos a poder esperar hasta que haya consenso, porque no lo va a haber.

¿Qué le parece que la presidenta de la UDI haya amenazado con llevar a la ley al Tribunal Constitucional si se incluye a menores?

Tiene todo el derecho a hacerlo. Pero creo que Jacqueline van Rysselberghe, como médico, entiende que hay que buscar una fórmula que proteja los intereses y el bien de los menores ante casos de padres irresponsables o activistas. Por eso me parece razonable introducir la condición de una ratificación del cambio registral cuando las personas cumplan 18 años.

¿La presión que ha ejercido la UDI y sectores de RN ha contribuido a agrandar la controversia y ha entrampado la agenda del gobierno?

Salvo excepciones, yo he visto un diálogo responsable y serio, respetuoso y con argumentos válidos. Eso me parece bien y adecuado. Somos una coalición que tiene posturas diversas y que puede dialogar. Ha habido algo de tensión a veces, pero hay lealtad y fraternidad. Tenemos que ser responsables cuando en el Parlamento no tenemos los votos para aprobar nuestra postura. Aunque no me guste, tenemos que buscar el mal menor.

Este debate ha vuelto a la palestra la forma en que se administran las diferencias al interior de Chile Vamos. ¿Cree que es positiva o negativa la diversidad de miradas en los temas valóricos?

Por supuesto que es positiva. La derecha es amplia y diversa, es tolerante. Yo defiendo con fuerza mis valores socialcristianos y hay una derecha económica que defiende sus valores y que poco a poco se ha dado cuenta de la importancia de tener conciencia social. Eso es bueno. Es positivo. Me gusta esta derecha social. Esta ha sido la derecha que yo he representado en toda mi carrera política y por eso creo que me ha ido bien. Me alegra que toda la derecha ahora esté con una mezcla más balanceada de valores. Así es electoralmente más atractiva y efectiva. Eso es bueno para la derecha y es bueno para Chile, porque una sociedad que privilegia las libertades individuales y tiene una mirada social les hace bien a todos.

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