Columna de sismología: La alerta naranja del Nevados de Chillán

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Hace menos de una semana el Sernageomin aumentó la alerta técnica volcánica del Nevados de Chillán a naranja, después de más de dos años estando en amarilla. Esto plantea escenarios más peligrosos que pueden darse tan cerca como días o semanas.


El Nevados de Chillán pasó a Alerta Naranja. Técnicamente hablando, eso significa que un evento bastante explosivo podría darse tan pronto como en días o semanas. Notemos el "podría", ya que los volcanes son siempre complejos, y no siempre se comportan como pensamos.

¿Qué pasó para que el Nevados pasara de Alerta Amarilla a Naranja? Dos cosas fundamentalmente: la sismicidad comenzó a tener una mayor energía, y el domo de lava ha crecido lo suficiente como para llegar al borde del cráter Nicanor, que lo aloja. Hay una medida, llamada desplazamiento reducido, que nos permite ver qué tan grandes han sido los sismos relacionados con el movimiento de fluidos en el Nevados de Chillán. En la última quincena, hubo un sismo con desplazamiento reducido muy grande, ligado al ascenso del magma a la superficie, que generó una explosión bastante notoria. Este ascenso también ha generado el domo de lava de las noticias. Como nota curiosa, el domo tiene nombre: Gil-Cruz, en honor de Fernando Gil, uno de los especialistas del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur, que desde hace bastante tiempo recomendó investigar con mayor detalle al Nevados de Chillán. Pero volvamos a lo nuestro: lo fundamental de haber decretado la alerta naranja es que ahora un colapso del domo se ve muy probable, y por lo mismo la población cercana al complejo volcánico debe estar constantemente alerta a la evolución de su dinámica, y tener listo un plan de emergencia en caso de que sea necesario.

Como ya les conté en una columna anterior, la actividad del Nevados de Chillán en los últimos dos años ha estado ligada al ascenso de un cuerpo de magma (roca fundida más gases y cristales sólidos en la mezcla), que fue dándole energía al sistema hidrotermal del volcán. Este sistema hidrotermal es el causante de las famosas termas de Chillán, tan queridas por los turistas. Al ir tomando energía el agua, comenzó a producir grandes cantidades de vapor, que llegaron explosivamente a la superficie. Esto ocurrió durante muchos meses, generando el cráter Nicanor. A veces incluso el agua interactuó físicamente con el magma, generando explosiones llamadas freatomagmáticas. En diciembre del año pasado se encontró una fisura en el fondo del cráter activo, y el magma comenzó a ascender por allí. Este magma, que salió a la superficie en forma de lava muy viscosa, se comenzó a acumular, formando el domo del que tanto se ha hablado.

En un principio el domo fue más bien elíptico, pero mientras fue creciendo fue tomando una forma más circular. Nicolás Luengo, de la Universidad de Concepción, ha estado investigando bastante al Nevados de Chillán, estableciendo la naturaleza de sus explosiones. Él ha visitado regularmente al volcán, y ha conseguido grabar las exhalaciones de gas del domo. Suena como un jet.

https://www.youtube.com/watch?v=WTVghE8sq-w

Además, Luengo ha podido armar un modelo en 3D del domo, lo que da pie a increíbles imágenes donde podemos apreciar que realmente se trata de una gran "costra" de lava tremendamente viscosa, y no tan pequeña: mide aproximadamente 100 metros de largo y 80 metros de ancho. La altura es difícil de estimar, ya que hay que conocer la forma del fondo del cráter, que actualmente no se puede ver, pero sobresale seis metros por encima de la línea del cráter que lo aloja. La semana pasada uno de los bordes del domo llegó a estar tan cerca como a siete metros del borde de este cráter, lo que encendió la alarma.

Como el domo es poroso, hay espacios por los cuales los gases volcánicos van saliendo a la superficie. Esto se ha visto en los videos de los sobrevuelos del Sernageomin, indicando que si bien un domo ayuda a "taponear" el camino de subida del magma -ayudando así a aumentar la presión interna- existen vías de despresurización. Otro detalle importante es que no se ha reportado una deformación significativamente grande en el volcán, lo que plantea que no existe un gran volumen de magma cerca de la superficie ahora mismo. Por lo mismo, en este momento no tenemos una situación crítica, como la del Monte Santa Helena en 1980.

https://www.youtube.com/watch?v=ufjoag4yzyg

¿Qué puede pasar ahora? El Sernageomin plantea tres grandes escenarios: que todo siga igual como va hasta ahora, que el volcán "se calme", o un colapso del domo. Ninguna es una certeza inmediata, por lo que aunque el sistema parezca calmarse durante las próximas semanas, aún puede haber una inyección de magma fresco que desestabilice todo. En cuanto al colapso del domo, éste puede pasar por la gravedad (es decir, que el domo "se caiga" por una ladera) o de forma explosiva (debido a que la presión de gas sería demasiado para lo que puede resistir esta gran costra de lava). En el primer caso habría flujos piroclásticos que seguramente irían hacia el flanco norteste del Volcán Nuevo, mientras que si es explosivo veríamos columnas de ceniza volcánica del orden de 5 a 10 km de altura, muy probablemente acompañada por flujos piroclásticos más grandes. El problema de estos flujos no es sólo su alcance (que debería ser menor a 3-4 kilómetros), sino que también pueden tapar la salida de algunos de los esteros que nacen en el Nevados de Chillán, generando lahares no muy grandes. Es por ello que el último mapa de peligros volcánicos incluye la posibilidad de lahares. Un detalle muy importante, si es que hay una cobertura de nieve muy grande, los flujos piroclásticos podrían generar lahares más grandes, que bajarían por los ríos locales. Por lo mismo, el mapa de peligros puede cambiar a medida que la situación del volcán evoluciona, pero ahora mismo es la mejor referencia que tenemos.

¿Qué hay que hacer ahora? Para los que viven en una zona cercana al volcán, el consejo es sencillo: estar atentos a la información entregada por el Sernageomin, la Onemi, y las autoridades. Además, deben tener un plan de emergencias listo, que puedan ejecutar fácilmente si es que la situación pasa a mayores. Para los que no viven cerca, es importante no ir a visitar irresponsablemente zonas de alto riesgo. Si bien puede que el Nevados de Chillán esté en la misma situación durante un tiempo largo (hasta años, indican en el Sernageomin), ya estamos en una situación donde el peor escenario es plausible. Por lo mismo, también debemos todos ser responsables al momento de entregar y compartir información. Los rumores nunca nos ayudarán de nada.

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