Los primeros medicamentos en base a marihuana: ¿Hacia dónde vamos?




En Chile, la distribución de todos los medicamentos dentro del territorio nacional está controlada por el Ministerio de Salud, a través del Instituto de Salud Pública (ISP). En consecuencia, la aprobación para producir, importar y comercializar un nuevo medicamento debe pasar necesariamente por el ojo crítico del ISP. De esta forma, el gobierno asegura que la población accederá a medicamentos con antecedentes serios de eficacia (que realmente tienen un efecto terapéutico) y de seguridad (que no producen daño en la forma aprobada de uso).

La señal que entrega el gobierno, al permitir la venta de fármacos en base a cannabis, es positiva porque ofrece nuevas alternativas a los pacientes que padecen dolor. Sin embargo, esta no debiera interpretarse en modo alguno como una luz verde al uso medicinal de la marihuana sin supervisión médica. Muy por el contrario.

Estos nuevos productos han pasado las exigencias del ISP a través de un régimen provisional, especial y diferente de la mayoría de los productos farmacéuticos, en el sentido que no tienen aún un registro sanitario y sólo podrán ingresar un número pequeño de unidades.  En consecuencia,  ahora es necesario observarlos por un tiempo para verificar en la práctica su eficacia y seguridad.

Esto se conoce como Fase de Farmacovigilancia, que se realiza para todos los medicamentos, con mayor razón para los psicotrópicos. Es en esta etapa cuando muchos fármacos son retirados de circulación por sus efectos adversos. De hecho, así ocurre en Chile y en otros países del mundo. Hay que recordar que los estudios clínicos (en personas) presentados al ISP para solicitar una autorización de ingreso suelen ser realizados en el extranjero, con personas de otras etnias, con perfiles genéticos y en diferentes condiciones ambientales.

El ingreso de estos nuevos fármacos en base a cannabis se ha fundado en que no existían en Chile otros medicamentos derivados de cannabis para el tratamiento del dolor. Esto quiere decir que solo deberían ser prescritos por un profesional calificado y solamente para esa indicación. Sin embargo, en la práctica de la medicina, se dan las llamadas "Off-Lable Prescriptions", que son los usos de medicamentos en edades, dosis o patologías no aprobadas oficialmente.  Esto es prácticamente imposible de controlar.

Algo que no sabemos aún es si estos nuevos medicamentos en base a canabinoides serán más efectivos o más seguros que otros medicamentos para el dolor. Como en todos los temas de salud, tendremos que ser muy cautos y vigilar cuidadosamente la seguridad de nuevos estos fitofármacos. En especial, porque han ingresado a Chile en una condición especial y provisional, la cual no genera un permiso indefinido de uso, sino que es por un periodo corto y para un número reducido de unidades del producto. Es decir, que aún no poseen un "registro sanitario", el cual es requerido para todos los medicamentos que son comercializados a gran escala en Chile. Como es el caso del medicamento "Sativex", que también es en base a derivados de Cannabis, pero que fue aprobado en Chile por el ISP para casos de espasticidad, y sí tiene un registro sanitario.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.