Folclor imaginario: historia oral del disco en que Gepe conectó con Margot Loyola

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Subtitulado "Canciones recopiladas por Margot Loyola Palacios y algunas otras que vienen desde ahí", el séptimo trabajo del músico sanmiguelino fue publicado en la víspera del centenario de la folclorista y estrenado en vivo en el Teatro Municipal de Santiago.


Un mes antes, Folclor imaginario tuvo una primera escucha en Providencia, en una cita en donde el mismo Gepe explicó los entresijos de un disco de pulcritud primorosa y silencios inéditos entre una discografía de canciones como “TKM” y “Fruta y té”. Y lo hizo acompañado de Osvaldo Cádiz, folclorista y Director de la Academia Nacional de Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios.

Gepe: Yo creo que la mayoría de nosotros escuchamos hablar de Margot Loyola a través de Violeta Parra. Escuché o leí que eran comadres, que se invitaban a entrevistas, que eran amigas. Al ver algún disco por ahí (de Margot Loyola), lo compré, lo escuché y me encantó, pero no lo entendí. Digo, lo disfruté desde la periferia. Esa fue mi primera aproximación, más o menos en 2008. Luego tocamos en el festival de Olmué el 2013 y yo le mandé un saludo a Margot, a Violeta (Parra) y a Gabriela (Pizarro), que para mí son el triunvirato esencial, la sinergia total del poder del folclor chileno. "Gracias por el saludo, te espero en la casa", me escribió o me dijo, ya no recuerdo, Osvaldo (Cádiz, entonces esposo de la folclorista). Y aquí estamos.

Osvaldo Cádiz: Lo que más le llamó la atención a Margot, cuando conoció a Gepe, fue que "este muchacho va a llegar lejos". "¿Por qué?", le pregunté. "Por dos cosas", me dijo: "Tiene la modestia de los grandes y tiene los pies bien puestos sobre la tierra". Yo, que lo he estado observando, le agregaría que tiene una gran generosidad. En el disco, él destaca a los músicos que lo acompañan. Da la posibilidad de que surjan otras voces que están cantando a Chile. ¡¿Qué artista hace eso?! ¡Son contados con los dedos de la mano!

Gepe: (Loyola y Cádiz) fueron personas muy cálidas y pude ver en ellos la parte artística que a mí me faltaba. Yo tenía la información del folclor que se recuperó y se grabó en discos, pero conocer a las personas me hizo completar el círculo. Luego de eso, falleció Margot en 2015, pero "murió para vivir", como se dice cuando la gente ha sido importante.

Osvaldo Cádiz: En este disco está el sonido de América, el sonido del pueblo de América. Pero el sonido del pueblo de América con raíz chilena. Eso es lo impresionante.

Gepe: De manera inconsciente me quise meter en el folclor, quise dejar de estar en la periferia. Eso de que: "Ah, Gepe es pop con folclor porque escuchó a la Violeta y al Víctor Jara", no más. Grabé con María Esther Zamora, que es otra grande, y gracias a ella conocí a todo el mundo que habitaba el folclor. Conocí a Miguel Molina, a Claudio Constanzo y a Claudia Mena, que son gente que estudió con Margot Loyola y que la admiró.

Osvaldo Cádiz: A una querida amiga, Cristina Álvarez Adasme, ex directora del Conservatorio Nacional de Música de la U. de Chile, le hice escuchar los temas que me habían entregado y esta dama se puso a llorar. Me dijo: "¿De dónde salieron estos músicos? ¡Quiero conocerlos! Yo sé las versiones de Margot, pero la voz de este muchacho es tan convincente, tiene tanta energía, que es único este trabajo".

Gepe: No quisimos repetir las canciones o imitarlas, sino que internalizarlas, robarlas, apropiarnos.

Osvaldo Cádiz: Estudiadas por Margot en el oasis de Pica, hay tres cuecas en este disco: "Hasta cuándo vida mía", "Las hojas de los naranjos", que nos hizo llorar a todos, y "La niña que está bailando", que es una cueca chingana con mucha fuerza.

Gepe: Partió siendo un disco de cueca, las canciones que juntamos tienen que ver con la cueca, pero terminaron siendo otra cosa aunque siempre respetando su esencia.

Osvaldo Cádiz: También tiene habaneras. La habanera es ese ritmo que nació en La Habana y se va a Europa y lo toma Madrid y lo lanza al mundo con un avance que recorre todos los países. Y que se cantó en todos los salones pueblerinos de Chile y América. Una es "El volcán", que la madre de Margot ya la cantaba. Y otra habanera es "Olvídame".

Gepe: Fue un logro bastante lindo que no sea un disco tributo a Margot Loyola, porque ella por sí misma es un portal por donde pasa un montón de gente, un montón de culturas.

Osvaldo Cádiz: Son músicos de excelencia. Hay canciones rescatando a grandes compositores que la Margot conoció, como la Nené Aguirre, la dramaturga que hizo La pérgola de las flores y escribió "La vertiente".

Gepe: En total, el disco tiene diez canciones recopiladas por Margot y tres que son originales, que escribimos con Miguel (Molina, guitarrista), Claudio (Constanzo, arpista) y Gonzalo (Gómez, contrabajista), más una que improvisamos algo con Gianluca ("Amoríos pasajeros") y otra que hace Claudita Mena con una décima encima, que se llama "Verte y no verte", y otra que compuse sobre la marcha, mientras grabamos el disco, que se llama "Joane" y que pueden ponerle atención a la letra.

Una noche en el teatro

Invitado al icónico programa Sesiones Zero, Gepe mostró la noche del lunes once temas de Folclor imaginario.

Junto a la misma banda que arropará su música en su debut en el Teatro Municipal, el show de Radio Zero arrancó con "Hasta cuándo vida mía", una canción de letra desgarrada y contrabajo con mucho aire, a cargo Gonzalo Gómez, sobre un bombo legüero de Marcelo Cornejo, otro de los músicos invitados.

Nunca hubo tantos silencios en la música del sanmiguelino como en este repertorio, que continúa con la movida "Cacharpaya", con Cornejo ahora en el charango, y "El volcán", que Gepe reconoció inspirada en el danzón mexicano y las guitarras de "Un amor violento" de Los Tres, y que cuenta con el notable trabajo del arpista Claudio Constanzo.

La investigadora y cantante Claudia Mena, otra de las invitadas de Gepe, introduce "Verte y no verte", uno de los breves temas inéditos del nuevo álbum, que es seguida por "Hablar de ti", con Gepe cantando desde el sillín de la batería.

"Para mí es la canción más importante del disco", dijo Gepe a The Clinic sobre "La vertiente", una pieza que, según contó en Mori: "Nené le cantó la canción a capela y Margot le puso la guitarra encima".

"A continuación, la canción cuyo nombre da nombre a esta agrupación de amigos o a este chat. Se llama 'Cuculí'", cuenta Gepe sobre el octavo track de Folclor imaginario, un tema que canta con los ojos cerrados acompañado de Mena y antes de hacer "Tu nombre", ese sentido bolero de pérdida en donde regresa el arpa de Constanzo y destaca el trabajo en cuerdas del guitarrista Miguel Molina.

Gómez, el contrabajista, se apodera de "Las hojas de los naranjos", una cueca que fueron desarmando a la manera de los instrumentos a leña. Constanzo y Mena fueron estudiantes de Margot Loyola y algo de aquello sobrevive en "Joane" y las nuevas versiones de la habanera "Olvídame" y la cueca "La niña que está bailando".

Con apenas un guiño sobre las canciones conocidas de su repertorio, la noche ya es suya cuando vuelve para hacer un breve bis con "Bomba chaya". Gepe, digámoslo con todas sus letras, se reinventó en Folclor imaginario sin la presión de tener que hacerlo, y firmó esa transgresión con uno de los buenos títulos del pop chileno facturado en 2018.

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