Ya en los primeros días de marzo de 2017, poco antes de su último recital en solitario en Santiago, Caetano Veloso estaba preocupado. "No veo con simpatía lo que pasó", decía entonces a Culto, tras la destitución de Dilma Rousseff de la presidencia de su país y la llegada al poder de Michel Temer. "Se parece a un golpe de estado pero en cámara lenta", comentaba el músico brasileño, que en el último año, ya con Jair Bolsonaro al frente de su país, pasó de la preocupación a la acción.

Convertido en uno de los líderes de la oposición artística a las políticas de estado del líder del PSL, el último año ha sido de permanente resistencia para el fundador del Tropicalismo, quien se ha plegado a campañas como #MoroMentiu ("Moro mintió"), a partir de las últimas revelaciones periodísticas contra el ministro de justicia que impulsó la investigación del caso Lava Jato, y ha aparecido vistiendo de rosado para cuestionar las ideas de Damares Alves, la ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos en Brasil.

"Ya me obligaron a vivir en el exilio una vez. No volverá a pasar. Quiero que mi música y mi presencia sean una resistencia permanente ante cualquier rasgo antidemocrático", explicaba Veloso a The New York Times el año pasado, luego de estrenar Ofertório, el espectáculo que lo tuvo de gira en 2018 por su país y en el que repasa su extenso catálogo junto a tres de sus hijos, Moreno, Zeca y Tom Veloso. El mismo que dio pie a un disco y DVD en vivo y que presentaron en el Parque O'Higgins en marzo pasado, convirtiendo el recóndito escenario Lotus del Lollapalooza chileno en un oasis en medio de las guitarras eléctricas y la euforia adolescente.

Tras una serie de aclamadas presentaciones en Norteamérica y Europa, el cuarteto regresa a Santiago el próximo 26 de septiembre, esta vez con un show en el Teatro Coliseo de carácter más íntimo y personalizado, cuyas entradas saldrán a la venta este miércoles 26 vía Puntoticket -y sin recargo en boleterías del teatro- desde los $25.000.

Un espectáculo que recorre la icónica obra del cantautor junto a algunas piezas inéditas compuestas colectiva o individualmente por los cuatro músicos, que se desdoblan entre guitarras acústicas, bajo, panderos y platos. Y aunque el autor de "Reconvexo" lo ideó como un homenaje a su madre y a las madres de sus hijos -además de "un truco para mantener a la familia cerca", según dijo bromeando a Folha de Sao Paulo-, tras su espíritu familiar y festivo subyacen ciertas consignas de resistencia.

Así se explica la presencia de algunos temas emblemáticos del bahiano como "Alegria, alegria" (1967), himno a la libertad que medio siglo después se sigue coreando en marchas y concentraciones de su país; y también "O seu amor" (1976), el clásico que Veloso lanzó con el grupo Os Doces Bárbaros -junto a Gal Costa, Gilberto Gil y Maria Bethânia- como respuesta a un slogan de la dictadura brasileña de la época.