El Espacio de la Imaginación, de Ian McEwan (Anagrama)

En 1945, vestido con el uniforme del ejército británico, George Orwell se sentó en una mesa de Les Deux Magots, en Saint-Germain-des-Prés. Esperaba a otro escritor, pero este no llegó: Albert Camus se encontraba muy enfermo para acudir a la cita. “Antiestalinistas, antitotalitarios, antirrusos, Orwell y Camus se habían colocado fuera de la corriente general de la ortodoxia de la izquierda. Y sobre todo, Camus, igual que Orwell, pasó su vida de escritor meditando su relación entre su pensamiento político y su narrativa”, escribe Ian McEwan en este certero ensayo. A partir de En el vientre de la ballena de Orwell, el novelista británico reflexiona sobra la idea de compromiso político (¿es compatible con el arte?) y lo vincula con Camus, quien creía que los únicos límites que acepta el arte venían del arte mismo, si bien no desconocía la demandas de la sociedad de su época: “El arte más libre y el más rebelde será, por tanto, el más clásico”, dijo. Concebido originalmente como una conferencia, este breve y asertivo libro se pregunta por la forma de conciliar el arte narrativo y los problemas de nuestro tiempo.

Evocaciones, de Juan Rivano (Tácitas)

Filósofo excepcional y maestro legendario, Juan Rivano murió en Lund en 2015. Entre 1999 y 2009 escribió estas evocaciones que se publican en edición póstuma. Un libro monumental compuesto de fragmentos, escenas y observaciones siempre lúcidas, inteligentes, a veces conmovedoras, narradas con libertad, desparpajo y humor. De la infancia en Cauquenes a la universidad, la prisión y el exilio, Rivano enlaza momentos y reflexiones, yendo y viniendo en el tiempo. Recuerda, por ejemplo, “el poroteo”, un ejercicio que conoció en Tres Álamos y que cultivaba la Dina: llevaban a un detenido a su barrio y “al que se detenía a saludarlo, lo cogían sin más y ¡a la parrilla!”. Del dolor a la risa y la emoción, en estas páginas aparecen Heidegger, Montaigne y Diógenes, Humberto Giannini e Iván Jaksic, poemas y canciones, y la silueta amada de Ilse, su esposa, a quien cuidó mientras perdía la memoria y por quien lloró desconsoladamente en un hotel de Santiago a inicios de los años 2000. Un libro enorme e iluminador y un trabajo de edición admirable.

Punto Ciego, de Paula Hawkins (Planeta)

“Desde que Edie tenía uso de memoria, los tres habían sido inseparables: Jake, Ryan y Edie”, escribe Paula Hawkins. Se conocieron con 12 años y desde entonces nunca más se separaron. Edie se casó con Jake y se fueron a vivir juntos a una casa junto a un acantilado, donde solía visitarlos su amigo Ryan. Ahora Jake está muerto y quien lo encontró fue Ryan, a quien la policía considera como principal sospechoso. “Y entonces quedó solo ella”, en una casa aislada, y con la sensación de estar siendo vigilada. La autora de La chica del tren escribió este libro breve y compacto para una campaña de lectura en el Reino Unido. Hábil en el manejo del suspenso y de los hilos del llamado domestic noir, la autora entrega un relato ágil, con diálogos vivaces y cargado de tensión.

Cuentos de Insomnio, de Lorena Rodríguez. Cómic de Matías Jaque (Zig-Zag)

La tormenta se desató sobre la pequeña casa en la montaña. Orieta se durmió en medio de una noche muy oscura; estaba sola, su marido había salido con los animales. De pronto un ruido extraño la despertó. Sintió una presencia extraña. Fue a lavarse la cara frente al espejo y entonces, de reojo, creyó ver una silueta. La lluvia había cesado y la luz de la luna aclaró el entorno. Orieta se tranquilizó. Volvió a mirarse al espejo y entonces distinguió una sombra tenebrosos a sus espaldas que sonreía. La mujer salió corriendo a mitad de la noche. El espejo es una de las 11 historias reunidas en esta edición dirigida a lectores jóvenes, que combina cómic y narración. Cuentos orales basados en leyendas o mitos urbanos, el libro trae relatos en torno a la Noche de San Juan, casas embrujadas y pactos con el Mandinga.