El sueño de los Juegos Olímpicos de Tokio se esfumó para la selección chilena masculina. La Sub 23 de Bernardo Redín no pudo vencer a Colombia y se quedó con las ganas de meterse en la máxima cita del deporte mundial. Solo la diferencia de goles fue la luz de ventaja para los anfitriones.

El único resultado que le servía a la Roja para seguir en carrera era la victoria. Y para jugar esta final, Redín apostó por alguien que había sido relegado en los partidos anteriores: Diego Valencia. El delantero de Universidad Católica no había tenido actividad en los tres juegos previos, en los cuales se había privilegiado a Iván Morales y a Nicolás Guerra, ninguno de los cuales se había ganado el puesto.

Si los primeros 45 minutos terminaban con la ventaja nacional, nadie se podía haber extrañado. Quizás era por la necesidad de una victoria, pero Chile apretó y tomó el control, concentrando a los colombianos en su terreno. El pero fue que esos acercamientos no fueron con la suficiente profundidad.

La arma predilecta era el remate de distancia, apuntando también al nerviosismo que irradiaba el dubitativo golero Esteban Ruiz. La sensación era que el partido estaba al alcance, con un esfuerzo adicional. El pecado fue el finiquito, el nunca bien ponderado finiquito.

La dupla creativa Araos-Aránguiz mostró solo chispazos. Luego de una hora de partido, el volante de la U fue sustituido por Iván Morales, para hacerle compañía a Valencia. Mientras eso sucedía, era Camilo Moya quien trataba de tejer con pelotazos largos hacia los laterales. ¿Y Colombia? Poco. A la larga, el empate le servía. No tenían mucho apuro.

Los contragolpes le caían como anillo al dedo al anfitrión, porque así sacaban al equipo de atrás, no obstante la defensa chilena estuvo atenta para frenar esos ataques. Precisamente, algunos de los nombres más interesantes que mostró Chile durante el certamen fueron Nicolás Ramírez, Nicolás Díaz y Sebastián Cabrera.

El paso de los minutos apresuraban la necesidad de un gol para la Roja, uno que estaba tan cerca y tan lejos a la vez. Colombia no defendía bien, pero no hubo precisión. A dos del final, un zurdazo del ingresado Ibacache pasó muy cerca de un poste. En los descuentos se le anuló un gol a Valencia, por fuera de juego. La sensación es contradictoria, porque el equipo nacional no hizo un mal partido y sí estuvo cerca de la victoria.

¿Se le puede cuestionar algo al plantel de Redín? No. Llegaron a Colombia sin mucha expectativa y con una preparación escasa, tras la finalización anticipada del torneo 2019, más la no ida a un torneo amistoso en España, y lucharon hasta el último minuto la clasificación. Veinte años después de la histórica clasificación en Londrina, Chile se queda con las ganas de repetir la hazaña.

El grupo A fue liderado por Argentina, que en el juego preliminar goleó 4-1 a Venezuela y finalizó la primera fase con 100 por ciento de rendimiento. El cuadrangular final parte este lunes

Ficha del partido

Colombia: E. Ruiz; E. Herrera, W. Ditta, E. Segura, G. Fuentes; J. Alvarado, A. Balanta; N. Benedetti (76', I. Angulo), J. Carrascal, E. Cetré (60', L. Sandoval); R. Márquez (46', J. Carbonero). DT: A. Reyes.

Chile: O. Carabalí; R. Rebolledo, N. Ramírez, N. Díaz, S. Cabrera (73', A. Ibacache); A. Cuadra, T. Alarcón, C. Moya (69', G. Suazo); A. Araos, P. Aránguiz (60', I. Morales); D. Valencia. DT: B. Redín.

Goles: No hubo.

Árbitro: E. Aquino (PAR). Amonestó a Balanta (C); Cabrera, Alarcón, Moya, Araos, Ibacache (CH).

Estadio Hernán Ramírez Villegas, Pereira. Asistieron 30 mil personas, aprox.