El año pasado, el Abierto del Club San Cristóbal tuvo un amargo sabor de subcampeonato para Casa Silva. Y, para colmo, los blanquinegros también cayeron en la final del Abierto de Chile en 2016. Pero este año los vinícolas están letales: tras ganar el Hándicap de Chile, esta vez se llevaron el Abierto del Club tras superar a Lo de Lobo-Teka por 10-5 y se sacaron sus espinas clavadas.

La final comenzó abierta y con bastantes opciones para ambos lados. El blanquinegro Tomás Beresford (5) incluso cayó de su caballo en la intensidad del inicio y el primer chukker concluyó 2-2.

A partir del segundo parcial, ambos equipos continuaron galopando a toda máquina. Y aunque las anotaciones se hicieron más escasas, el partido continuó impredecible: cuando Casa Silva abrió 4-2 y parecía que extendería su ventaja, el participativo hándicap 5 de los lobos, Pablo Villela, achicó la ventaja a 4-3 en el tercer parcial y Beresford sacó un gol en la línea.

Pero Matías Vial (6) estaba en un día inspirado y, con dos goles suyos, los viñateros salieron 6-3 adelante y finalmente abrieron una ventaja que nunca más perdieron. De hecho, se apoderaron del partido y, con un total de cinco goles de Vial, sacramentaron la conquista.

Después de un 2016 marcado por los subcampeonatos, Casa Silva logró dar la vuelta con clase. Y este año puede ser perfecto si gana el Abierto de Chile, que se disputará del día 19 al 23 de este mes, el último torneo de la Triple Corona.

Mario Silva (3) destacó que esta sería la primera vez que el cuadro logra esa hazaña. "Nunca antes habíamos ganado el Hándicap, que obtuvimos este año", comentó.