“Es un peligro para la sociedad”: fiscal revela las duras penas que arriesga el Ardilla tras ser detenido por la ley de violencia en los estadios

Alejandro Ñanco fue condenado a diez años de prisión por el homicidio de Francisco Figueroa Muñoz, ocurrido en 2012.
Alejandro Ñanco fue condenado a diez años de prisión por el homicidio de Francisco Figueroa Muñoz, ocurrido en 2012. Foto: AgenciaUNO

Desde 540 días hasta tres años de cárcel arriesga Alejandro Ariel Ñanco por los delitos que se le acusan. En conversación con El Deportivo, el fiscal Jorge Martínez explica la determinación de pasarlo a prisión preventiva. "Este sujeto presenta un prontuario policial bastante nutrido, por lo tanto los riesgos de reiteración son relevantes, con un peligro de fuga asociado", señala.



Alejandro Ñanco Carrasco está en la cárcel. El Ardilla, como es conocido, fue detenido en Colina y este jueves pasó a prisión preventiva. “Se solicitó debido a que las otras medidas cautelares que habían impuestas sobre este sujeto no resultaban eficaces, dado sus múltiples incumplimientos. La idea fue acogida por el tribunal y se decretó. Todo fundado en los hechos acontecidos el 19 de abril”, señalaba en primera instancia el Fiscal de Alta Complejidad Oriente, Jorge Martínez.

El barrista cayó cuando le prestaba apoyo a los hinchas de Boca Juniors que habían cruzado la cordillera para alentar a la escuadra de Jorge Almirón. En diálogo con El Deportivo, el fiscal Martínez explica los hechos. “Funcionarios de Carabineros le realizaron un control de identidad. En ese marco se materializa la detención y se pone al sujeto en disposición de tribunales. Se encontraba con una orden de detención que había sido gestionada por la Fiscalía Oriente, en atención a los hechos ocurridos el 19 de abril, en el marco del partido de Colo Colo. Tenía esa orden vigente”, dice.

Ñanco era buscado por la policía desde hace varias semanas. Hasta este miércoles, se había escabullido con éxito. “Solicitamos la prisión preventiva por la ineficacia de las medidas cautelares que ya le habían sido impuestas. Esa es una vertiente. Adicionalmente, este sujeto presenta un prontuario policial bastante nutrido, por lo tanto los riesgos de reiteración son relevantes, con un peligro de fuga asociado. Para nosotros, lo relevante es el peligro para la sociedad que presenta este sujeto con sus conductas, particularmente, en los estadios. Las personas se ponen en peligro con su comportamiento”, señala el fiscal.

Alejandro Ñanco, El Ardilla, junto a Francisco Muñoz, Pancho Malo.
Alejandro Ñanco, El Ardilla, era uno de los socios más cercanos a Francisco Muñoz, Pancho Malo, cuando este último lideraba la Garra Blanca. Foto: Pedro Cerda/AgenciaUNO

En esa línea, Martínez explica las penas que le pueden caer al Ardilla. “Está acusado de dos delitos. El de incitación a la violencia, que tiene un castigo de presidio menor en su grado medio, o sea, desde 541 días a tres años de cárcel, y por el incumplimiento de las medidas cautelares personales que impone la Ley de Violencia en los Estadios. Eso está contemplado en el artículo 12. Allí puede caer una pena de presidio menor en su grado mínimo, es decir de 61 a 540 días. En los tramos máximos, él está arriesgando entre 540 días, hasta los tres años de cárcel”, sostiene.

La captura

Alejandro Ariel Ñanco tenía que presentarse a audiencia en la jornada del miércoles, ante el 13º Juzgado de Garantía de Santiago, frente a la magistrado Claudia Godoy, tal como se estableció después de su detención. Sin embargo, no apareció por los tribunales. Justificó su ausencia a través de una licencia médica.

No obstante, durante el mediodía del 3 de mayo, por el paso Los Libertadores comenzaban a acercarse los buses que transportaban a los hinchas de Boca Juniors que asistirían al encuentro entre Colo Colo y Boca Juniors. Una fracción reducida de La 12, la barrabrava del cuadro argentino, traía todos los elementos de animación posibles para hacerse sentir en el estadio Monumental. Pero, debido a la prohibición de estos elementos, se vieron en la necesidad de resguardarlos.

Luego de algunas coordinaciones que involucran a los hinchas xeneizes, a Ñanco y otros tres acompañantes, el Ardilla, como copiloto de un vehículo rojo, llegó a la comisaría para retirar los implementos y guardarlos hasta que los transandinos los buscaran, al instante de emprender el retorno a Buenos Aires. Fue en ese momento en que detectaron la presencia de Ñanco, le realizaron un control de identidad y se cercioraron de que tenía órdenes de detención pendientes.

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