Everton

C. Toselli; D. Zúñiga, C. Suárez, F. Venegas, M. Ibacache (68', D. Orellana); C. Rodríguez, I. Ochoa, A. Madrid (80', G. Alucema); J. Cuevas (76', S. Leyton), P. Rubio, A. Ramos.

DT: Javier Torrente

U. de Concepción

C. Muñoz; G. Pacheco, S. Vittor, G. Mencia, R. De la Fuente; A. Camargo, F. Manríquez (79', J. Huentelaf); W. Ponce (60' L. Riveros), H. Droguett,  J. Benítez (68', S. Pino) ; J. P. Pineda.

DT: Francisco Bozán

Goles: 1-0, 59', Madrid, define con la derecha después de controlar una asistencia de Cuevas;

Estadio: Sausalito, de Viña del Mar. Asistieron 5.668 espectadores.

Dirigió Eduardo Gamboa. Amonestó a Rubio y Rodríguez en Everton y a Droguett y Riveros en Universidad de Concepción.

Everton se desahoga. Álvaro Madrid anota en los 59', después de una gran habilitación de Juan Cuevas y lo grita con todo. El triunfo le ha sido esquivo a los viñamarinos durante todo el torneo, lo que se traduce en una urgencia de puntos. Desde marzo que no celebraban una victoria en el Campeonato Nacional. Seis meses y ocho días pasaron para la nueva alegría. Las tres unidades que consiguieron frente a Universidad de Concepción ni siquiera les alcanzan para abandonar el último puesto de la tabla. Apenas les bastan para acercarse al grupo que pelea por evitar el descenso. Aunque lo más importante es que el equipo de la Quinta Región logra una dosis de confianza clave para pelear por la permanecia.

Torrente ganó el partido en la pizarra. Lo hizo disponiendo un mediocampo que jamás dejó que los penquistas tuvieran espacios ni comodidad para generar el juego que les acomoda. La dinámica en el sector central de la cancha que aportaron Ochoa y Madrid se sumó al buen trabajo por las franjas. Particularmente por la derecha, donde Dilan Zúñiga y Camilo Rodríguez aportaron volumen para acompañar a Patricio Rubio y Álvaro Ramos. Aún así, las llegadas al arco de Muñoz no fueron tan claras, al menos en la primera etapa.

El Campanil, en tanto, no podía desplegar el plan inicial, que era explotar las bandas para llegar con superioridad numérica a apoyar a Jean Paul Pineda, el único atacante nominal. Con Droguett neutralizado,  y después con el gol de Álvaro Madrid, previo brillante pase de Juan Cuevas, como nuevo obstáculo, los penquistas tuvieron que variar la fórmula en los últimos minutos y apostar por el poderío aéreo de Stefan Pino, uno de los refuerzos, para intentar inquietar a Toselli. Tampoco consiguieron el objetivo.

Everton, en cambio, se mantuvo fiel a su propuesta y, aún con el marcador a favor, no se replegó y buscó en la presión permanente el argumento para neutralizar a los sureños. No volvió a inquietar mayormente a Muñoz, pero la tarea ya estaba casi hecha. Sufrió al final, cuando Toselli evitó de gran forma que el cabezazo de Camargo llegara a la red. El triunfo ya era un hecho. El desahogo, en la Ciudad Jardín, fue total.