Desde su irrupción en aquel mítico Colo Colo 2006 que Matías Fernández ha debido convivir con las altas expectativas que se han generado en torno a él. Desde ese mismo período, eso sí, que viene siendo incapaz de responder cabalmente a las mismas.

Es que, como es sabido, la trayectoria del Mejor Jugador de América 2006 ha estado llena de altibajos. Tras una excepcional participación con los albos, partió al Villarreal español para dar el que debía ser el primer paso de una carrera sin techo visible. Prometía y bastante.

Sin embargo, las cosas nunca salieron del todo bien. Presencias más, presencias menos, quien parecía destinado a ser el líder futbolístico de la generación dorada nunca logró consolidarse en el Viejo Continente (tampoco en la Selección) y, tras una extensa, pero irregular estadía de 11 temporadas, inició el viaje de retorno rumbo a América Latina.En agosto pasado, el Necaxa anunciaba sorpresivamente su fichaje. Así le decía adiós a Europa.

En Aguascalientes, a pesar de arribar con el cartel de refuerzo bombástico, después de dos meses sigue luchando con la irregularidad, intentando consolidarse al fin de manera definitiva en un equipo.

Desde su llegada, el mediocampista de 31 años ha disputado siete de 10 encuentros posibles. Suma, hasta ahora, 459 minutos en cancha, tiempo en el que ha dado dos asistencias y no ha marcado goles. Su registro individual es de dos triunfos, tres empates y dos derrotas.

Lo que sí es seguro es que en Necaxa por ahora prefieren cuidarlo y hasta evitan opinar de él. Santiago Tinajero, director general del club, se excusa en un viaje fuera de México para no hablar más largamente con La Tercera. Sin embargo, asegura escuetamente que "las expectativas se han ido cumpliendo lentamente". La impresión que tienen de su fichaje estrella es, "en general, muy buena. Está acoplándose", añade el directivo. "Estamos contentos con lo que ha aportado hasta ahora y tenemos mucha ilusión de cara al futuro", cierra.

Lo mismo ocurre en el plantel. La integración ha sido la adecuada con el apoyo de Lichnovsky, Iturra, Gallegos y Dávila, los otros chilenos del equipo, fieles escuderos del volante. Pero en la interna del camarín también evitan hablar de él. El delantero paraguayo Carlos González, por ejemplo, se pregunta: "¿Quién soy yo para opinar de Matías? Le han pegado duro, sobre todo en Chile. Yo no puedo opinar de un jugador como él", se justifica.

La crítica especializada sí tiene reparos: "Lo ha hecho bien, pero no tanto. Ha quedado un poco en deuda respecto de lo que se esperaba de él", acota Daniel Blumrosen, periodista del diario mexicano El Universal. "Le ha costado ganarse un espacio, aunque a estas alturas es considerado titular. No ha estado al nivel de lo que se pensaba, porque es un jugador de mucho renombre y se esperaba que marcara muchas más diferencias, como han hecho otros jugadores que han llegado a México desde Europa", agrega el profesional, que como todos los hinchas de Necaxa, sigue esperando la mejor versión de Matías.