Obligados a una segunda línea -y, algunos apuestan, a jubilaciones forzadas-, la semana pasada los dos mayores partidos del oficialismo vivieron horas inciertas. Desde la sorpresiva derrota de Joaquín Lavín, a la primera cita con el ganador Sebastián Sichel. De la confianza en sus estructuras para ganar la primaria, a la inevitable concesión de poder al estar en un segundo plano en una campaña que dirige un independiente. Y de fondo, con la negociación parlamentaria abierta, que pondrá a prueba la capacidad de renovación de ambas tiendas.
26 jul 2021 01:53 PM