“Pongamos punto final a la confrontación”. Con esas palabras, dirigidas al Congreso, Martín Vizcarra asumió la Presidencia de Perú el 23 de marzo de 2018. Llegaba así a poner paños fríos a la crisis política desatada por la destitución de Pedro Pablo Kuczynski ese mismo mes. “Llegó el momento de decir basta” a este período de “zozobra institucional. Lo que ha sucedido debe marcar el punto final de una política de odio y confrontación, y debemos señalar objetivos claros para el Perú”, dijo cuando juró en el Congreso.

Cuando han pasado más de dos años desde su llegada al Palacio Pizarro, el mandatario ha chocado frecuentemente con el Congreso y ahora se encuentra a un paso de la destitución, luego que se presentara anoche una moción de vacancia, que necesita 52 votos para pasar a debate e iniciar el proceso formal de destitución y votación en cuatro días. Sin embargo la votación podría realizarse hoy mismo si la oposición reúne 104 votos, de un total de 130 congresistas, lo que no es seguro. El Congreso necesita 87 votos para destituir a Vizcarra, que carece de partido y bancada.

Lo que gatilló la crisis fue la difusión de unos audios sobre su relación con un excolaborador indagado por contratos irregulares, el cantante Richard Cisneros, más conocido como “Richard Swing”. Ante este panorama, Vizcarra afirmó anoche que se trata de “una patraña que busca desestabilizar la democracia”.

Foto: Agencia Andina

En las grabaciones, dadas a conocer por el congresista Edgard Alarcón (Unión por el Perú), participan Karem Roca Luque, exasistente administrativa del Despacho Presidencial; y Mirian Morales Córdova, secretaria general de la Presidencia junto al mandatario. En los audios se muestra que estas asesoras le mencionan a Vizcarra los ingresos al Palacio presidencial de “Swing”, a quien el gobierno contrató como conferencista y animador.

El caso estalló en mayo, cuando la prensa descubrió que el ministerio de Cultura le había ofrecido contratos presuntamente irregulares por US$ 50.000 a Cisneros, un artista poco conocido del medio local en plena pandemia.

Otros conflictos con el Congreso

Los choques entre el gobierno y el Legislativo se produjeron desde las elecciones generales de 2016, cuando el partido fujimorista Fuerza Popular logró la mayoría parlamentaria. Vizcarra llevaba apenas poco más de tres meses en el poder cuando se revela una red de corrupción en la judicatura tras la difusión de una serie de audios.

Ante esto, el 28 de julio, el mandatario presentó ante el Congreso seis proyectos de ley para luchar contra la corrupción en el Poder Judicial, el Legislativo y en los partidos políticos. Esto, porque la sombra del caso de Odebrecht ha salpicado a todos los sectores de la política peruana.

El Presidente Martín Vizcarra acompañado del ministro de Defensa, Jorge Chávez, inspeccionan planta de para la atención de pacientes con oxígeno y Hospital Temporal destinado coronavirus, en Cajamarca. Foto: Agencia Andina

En diciembre de ese año, los peruanos aprobaron en un referendo estos tres proyectos planteados por Vizcarra y rechazan otro a pedido del mismo mandatario.

En julio de 2019, Vizcarra propuso adelantar las elecciones a la presidencia y el Congreso para así terminar la crisis política entre ambos poderes. Sin embargo, el Congreso no consideró la propuesta. Eso sí, dos meses después, el Ejecutivo presentó una moción de confianza vinculada al proceso de elección de los miembros del Tribunal Constitucional. El 30 de septiembre de ese año, Vizcarra disolvió el Congreso, al considerar que le habían negado este pedido de confianza después de que el Congreso iniciara la elección de los miembros del Tribunal Constitucional que el mismo Ejecutivo pedía detener.

El Congreso respondió con una suspensión contra el mandatario por 12 meses, mientras que la vicepresidenta, Mercedes Aráoz, fue nombrada por el Legislativo como presidenta interina, pero declinó asumir y presentó su renuncia. Con ello le quitó fuerza a la oposición que buscaba la salida de Vizcarra. El mandatario contaba, además, con el respaldo de los responsables de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional quienes se reunieron con el mandatario.

Fue así como se convocaron elecciones parlamentarias para el 26 de enero. Los resultados mostraron un Congreso fragmentado, en el que el partido de centro-derecha Acción Popular es la primera fuerza y el fujimorista Fuerza Popular, que había sido la mayoría opositora, la sexta. Se espera que las próximas elecciones se realicen en abril próximo, que es cuando se termina el período legislativo.

Este panorama le dio una cierta tranquilidad para gobernar a Vizcarra. Sin embargo, a comienzos de agosto tuvo un nuevo choque, cuando el Congreso no aprobó su gabinete que se encontraba liderado por Pedro Cateriano, quien se había desempeñado como primer ministro en 2015, durante la Presidencia de Ollanta Humala (2011-2016). Esto llevó a la renuncia de todos los ministros y el nombramiento de otro gabinete, cuyo presidente es Walter Martos, que ejercía como ministro de Defensa. Se desató así una nueva crisis política justo en medio de la pandemia por el coronavirus.