Por estos días, el Hospital Clínico San Borja Arriarán prepara su reconversión. Tras el incendio que forzó su cierre, a fines de enero, hace dos semanas comenzó a recibir pacientes en áreas reacondicionadas por la emergencia. Y ahora se sumará a la estrategia de combate de la pandemia como uno de los recintos que solo atenderán a pacientes con Covid-19.
Si bien tras el siniestro el plan era recuperar las unidades más urgentes en tres meses, la labor se hizo en 60 días. Y es que, según relata la enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Patricia Pastén a La Tercera, numerosos funcionarios dedicaron parte de su tiempo libre para ordenar y acondicionar las unidades donde se podrían emplazar las camas que se perdieron en el incendio.
El director del San Borja, Jorge Willhem, destaca que hay completa seguridad en la apertura del hospital, pues se revisaron las redes de oxígeno y se separó el circuito del área afectada, además de una mantención “preventiva y correctiva” de los tableros eléctricos.
Según las cifras de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, y hasta el cierre de esta edición, en el San Borja ya se habían habilitado 60 camas UCI en las unidades que originalmente se destinaban a pacientes quemados o pediátricos. A ellos se suman otras 35 camas UTI y 59 camas medias, en un total de seis pisos. Otros dos, en cambio, permanecen bloqueados por la cantidad de escombros y los daños que no han sido reparados.
“El trabajo, el compromiso y la vocación de todos los funcionarios y funcionarias han sido fundamentales para lograr la reapertura antes del plazo estipulado”, destaca el subsecretario Alberto Dougnac.
Jorge Cordero, un paciente que fue trasladado desde el Hospital El Carmen de Maipú, hoy se recupera en una de las camas medias, tras pasar su fase aguda de la enfermedad. “Yo desperté acá tras la intubación. Acá me trajeron de vuelta. Estuve cerca de ocho días intubado”, cuenta.