Si bien durante los últimos años han proliferado los memes y las bromas sobre el desdén de Alan Moore hacia las adaptaciones y continuaciones de su trabajo, Leah Moore quiere que tengan claro que la molestia del famoso escritor no es injustificada.

Recientemente la hija del co-creador de Watchmen utilizó su cuenta de Twitter para abordar la molestia de su padre con la industria del entretenimiento. Todo a propósito de un artículo de The Hollywood Reporter respecto al complicado panorama del pago a los creadores de cómics por la adaptación de su trabajo en las películas y series de Marvel y DC.

“¿Veo gente compartiendo el artículo de Hollywood Reporter y preguntándose cómo eso es una noticia? Es por eso que papá se fue, por qué ha estado enojado durante más de 30 años”, señaló Leah Moore. “Por qué no quiere charlar sobre películas o televisión. Era el mejor, y se lo hicieron a él, y cada entrevistador actuaba como que él era un loco”.

El artículo de The Hollywood Reporter al que se refiere Leah Moore toma como punto de partida al caso de Ed Brubaker y Winter Soldier en las producciones de Marvel Studios para explicar cómo diversos creadores de cómics han tenido que luchar para recibir compensaciones adecuadas por la utilización de los personajes y tramas que crearon en las millonarias películas y series que son tan populares actualmente.

Así, además de recordar temas como lo que sucedió con Jim Starlin y Thanos, el artículo revela que, por ejemplo, Len Wein habría recibido más dinero por la aparición de Lucius Fox en las películas de Batman comandadas por Christopher Nolan que por el papel de Wolverine, el personaje que co-creó, en las cintas de los X-Men.

En ese sentido, lo que se pone sobre la mesa es que los acuerdos que firman los creadores para realizar cómics para Marvel o DC dejan en una especie de desamparo a lo que sucede cuando ese trabajo es adaptado y, lo poco que contemplan, no parece muy justo a la luz de las millonarias ganancias que perciben aquellas producciones. Algo que evidentemente resulta molesto y termina por desincentivar a los creativos.