En medio de interminables hileras de viñedos y de un sol rebosante que no alcanzaba a apaciguar el frío del invierno, Ford presentaba para la región el segundo facelift de la actual Ranger. La Mendoza profunda -esa que desde el lado opuesto y bien de cerca mira a la cordillera imponente- era el escenario escogido por la firma del óvalo para introducir la última actualización a la cuarta generación de su conocida pick-up, una tarea que sus ejecutivos, aseguran, está madurada, reposada y servida a la mesa después de 15 mil horas de ensayos. Como un buen vino.

Ford apuesta alto con esta Ranger que, a simple vista, mantiene casi inalterable su envase, pero que en el contenido suma aditivos importantes a la fórmula. Es que detrás de esta puesta al día y afilamiento para su camioneta mediana que compite en el cono sur contra rivales de reconocida trayectoria, se asoma una estrategia local, regional e, incluso, global.

Como hizo Ford hace una década, cuando se centró en unificar arquitecturas, reduciendo a un tercio las plataformas -y con ello eliminando modelos como el furgón Econoline, que se hizo famoso, por ejemplo, en Scooby-Doo-, ahora a la firma de Michigan tampoco le tiembla la mano para dar otro giro si es que ello se traduce en crédito futuro.

¿Valieron la pena los esfuerzos en el pasado? La aplicación a rajatabla de aquella filosofía encabezada en su minuto por el expresidente Alan Mulally permitió a Ford ser la única de las tres gigantes americanas que no clamó por el rescate del gobierno en los oscuros años 2008 y 2009 de la industria automotriz de Estados Unidos.

Ahora la compañía de Michigan también parece muy dispuesta a dar pasos sin titubeos, intentando interpretar los movimientos con que avanzará el mercado automotor. "Estamos saliendo del segmento de los vehículos de pasajeros, porque estamos decididos a jugar nuestros partidos donde nos sintamos con toda la potencia y la fuerza para hacerlo. Y eso no es una cuestión regional, sino a una escala mayor", señalaba entremedio de los paisajes viñateros el propio Hernán Xanthopoulos, gerente de Ford Chile.

El ejecutivo utiliza esta simple analogía futbolera para explicar algo que hasta hace unos años hubiera parecido un despropósito en el plano local: despotenciarse en un área otrora clave, con la salida de dos de los modelos más reconocidos de la marca, el Focus -que recibió la estocada final casi fortuitamente tras el plan inicial de Ford de ensamblarlo en México, y el posterior e impensado triunfo de Donald Trump- y, por otro lado, el Fiesta, que termina su producción dentro de unos meses en Sao Paulo junto con el cierre de la planta de Sao Bernardo do Campos, que operaba desde 1967. La bajada de telón del complejo brasileño también significa el cese del ensamblaje de camiones, un nicho en el que fuera de EE.UU. Ford persistía únicamente en este lado del mundo.

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El éxito sin igual de la Serie F en Norteamérica -donde Ford entregó un millón de camionetas el año pasado y la gama 'Built Tough' lidera en todos los segmentos desde hace 45 años- eclipsa otra realidad más amplia: si en 2010 se vendieron en total en Estados Unidos 5,5 millones de autos y 5,2 millones de vehículos comerciales, las cosas cambiaron drásticamente en menos de una década. En 2018, los autos se quedaron estancados en 5,5 millones, mientras que los 'light trucks' -representados por camionetas y SUV- pusieron 11,8 millones de unidades. Así, poco sorprende que la Ranger haya redebutado en su país a fines del año pasado, después de estar fuera desde 2011, ni tampoco que el 83% de los 650 mil vehículos que Ford comercializó el segundo trimestre de 2019 sean otra vez familiares y pick-ups. Es una realidad palpable.

Para Europa, Ford ya anunció que dejará de producir el Mondeo, Ka y C-Max, y se centrará en los vehículos tipo crossover -como el recién estrenado Puma- y en los SUV. De hecho, la sexta generación del Explorer llegará al Viejo Mundo este cuatrimestre, aunque lo hará exclusivamente con una versión híbrida. Se unirá al Edge y al EcoSport.

"Si tengo que sintetizar este nuevo periodo, lo llamaría 'play to win'. Es jugar para ganar en las camionetas y SUV, donde tenemos todo el conocimiento para ser líderes y referentes de los segmentos. Esto está orientado en función de lo que está pasando en el mercado desde el punto de vista de la demanda. No estamos haciendo nada diferente de lo que el mercado dicta. Afortunadamente, esta nueva tendencia del público se da precisamente en los segmentos donde nosotros somos fuertes por historia", dice Xanthopoulos, quien no duda en subir al podio de los modelos relevantes al Explorer.

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Por eso es que en Ford recalcan los cambios que hacen de la nueva Ranger un mejor producto. Y esa preocupación se nota: ante la prensa de la región, los ingenieros se tomaron varios minutos de la presentación para contar sobre el trabajo en la suspensión y las pruebas de resistencia a bajas y altas temperaturas a las que fue sometida la camioneta fabricada en la planta de Pacheco, en Argentina. Asimismo, mostraban uno a uno los puntos del chasis donde ahora la pick-up lleva protecciones inferiores para que ni la roca más filuda la deje fuera de combate. Estos refuerzos cubren el radiador, el cárter, la caja de cambios y el estanque de combustible.

"Lamentablemente, son cambios que no saltan a la vista, pero que están directamente relacionados con el confort y el manejo. También estamos aplicando el sistema de frenado de emergencia autónomo, algo que resulta totalmente inédito para el segmento de las pick-ups medianas en Chile. Estamos trayendo un producto de altísima gama, porque lo que queremos es competir cubriendo el 100% de las necesidades. Tenemos un producto espectacular, porque sabemos que el nicho es hipercompetitivo. Tenemos que jugar para ganar, es la fórmula y la manera de hacerlo", enfatiza el máximo ejecutivo de Ford en nuestro país.

Para nutrir el portafolio y seguir navegando en esos océanos azules que Ford dice conocer como un viejo marinero, la marca anunció también la incorporación del Territory, su primer SUV de origen chino. Llegará a mediados de 2020 y será el segundo familiar de los próximos que se unan después del arribo de la sexta generación del Explorer, pactado para antes de que acabe 2019.

El Territory ya se dejó ver en la edición 2018 del Salón de Sao Paulo. El modelo concitó buena parte de la atención y después de una serie de análisis de variables, se tomó la decisión de comercializarlo en Argentina, Brasil y Chile. "La confirmación ocurre en un marco de un intenso proceso de renovación de la oferta de productos de la marca y eso es también resultado de la transformación en una empresa realmente centrada en el consumidor. Pensamos en una nueva generación de clientes, con nuevas demandas y nuevas necesidades. El Territory va a democratizar tecnologías y el confort que probablemente se encuentre en vehículos de mayor gama", detalla el directivo.

Sobre si el origen es cuestión relevante o puede ser una mochila para este nuevo integrante de la marca del óvalo, Xanthopoulos cree que el mercado chileno está ya maduro con los productos 'made in China'. "Hoy ese origen representa más de un 15% del sector. De todos modos, estamos hablando de un SUV Ford con todas las características que la marca tiene patentadas en ese segmento. Hay un liderazgo que cuidar", subraya.

Así es la estrategia hoy del gigante Ford. El giro brusco ya se llevó algunas víctimas en la pasada y ahora es el momento de empezar a cosechar los beneficios. Ford dice saber eso que la gente dice querer. MT