A KTM se le conoce como fabricante de motos. Sin embargo, en 2008 se atrevió a dar el paso a las cuatro ruedas con el X-Bow, el cual evolucionó a través de varias versiones hasta que en 2020 se presentó el X-Bow GT2.
Dicho modelo se anunció entonces como un auténtico superdeportivo de circuito capaz de medirse en las competiciones de GT más altas. Pues bien, tras dos años hoy la firma austríaca descubre el KTM X-Bow GT-XR, básicamente la versión homologada para calle.
KTM lo denomina “el superdeportivo más implacable para la calle”, y se trata de la culminación de la gama X-Bow, nacida hace más de una década.
Construido sobre un chasis monocasco de fibra de carbono, el GT-XR mide 4,62 metros de largo y pesa solamente 1.250 kilogramos, con lo que promete unas prestaciones de primer nivel.
Su corazón es el espectacular motor 2.5 TFSI turboalimentado de origen Audi, que en este caso alcanza 500 Hp de potencia, así como un par motor máximo de 581 Nm a 5.500 vueltas.
La transmisión, también heredada del Grupo Volkswagen, es una automática DSG de doble embrague y siete velocidades, que envía toda la fuerza del propulsor a las ruedas traseras, a través de un diferencial autoblocante.
Así el fabricante anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y una velocidad máxima de 280 km/h, además de una autonomía de hasta 1.000 kilómetros, nada menos, gracias a un gigantesco depósito de combustible de 96 litros.
La suspensión recurre a amortiguadores Sachs de altura ajustable en ambos ejes, y según KTM el coche consigue un reparto de pesos de 44:56. Las llantas son OZ Racing, de 19 pulgadas delante y 20 detrás, y van calzadas con neumáticos en medidas 235/35 R19 y 295/35 R20 respectivamente.
Respecto al resto, el KTM X-Bow GT-XR recurre a un concepto de cabina cerrada sin puertas y cuya cúpula se abate hacia delante para permitir el acceso de los ocupantes, a través de un mecanismo de accionamiento eléctrico.
El puesto de conducción es tan radical como el de sus hermanos, incluyendo un volante extraíble de fibra de carbono con una pantalla digital, pedales ajustables, unos buenos asientos báquet con tapicería en alcántara y arneses de competición y mucha fibra de carbono rodeando el habitáculo.
Y todo ello acompañado también por otros detalles a nivel de confort como una cámara de visión trasera, un equipo de sonido con conectividad Bluetooth, iluminación LED o climatizador.
El KTM X-Bow GT-XR será una versión de la que solo se harán 100 unidades anualmente con un precio que partirá desde los 284.900 euros.