La ONU y las ONG han acumulado en la zona norte de Egipto unas 3.000 toneladas de suministros que están ya a la espera de la apertura del paso de Rafah, el único punto fronterizo de la Franja de Gaza que no está controlado por Israel y punto vital de entrada para la ayuda humanitaria ante la actual escalada del conflicto.
El Gobierno israelí accedió el miércoles a permitir la entrada de dicha ayuda, dejando claro que no abriría los pasos bajo su control y que cualquier envío debía realizarse a través de Rafah. Las autoridades de Egipto también han dado su visto bueno, si bien no se han tomado medidas concretas y persisten los bombardeos en distintos puntos de la Franja.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha reclamado una pausa humanitaria “inmediata”, antes de viajar a Egipto para tratar en persona la actual situación con el presidente Abdelfatá al Sisi. A Egipto están llegando también la ayuda fletada por distintos gobiernos extranjeros, igualmente a la espera de que la frontera con Gaza pueda abrirse.
“Israel no obstaculizará los suministros procedentes de Egipto mientras se trate únicamente de alimentos, agua y medicinas para la población civil situada en el sur de la Franja de Gaza”, afirmó el miércoles el Gobierno de Benjamin Netanyahu, tras un acuerdo anunciado también por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El Ejecutivo israelí ha sugerido que tomará medidas en caso de que los suministros terminen en manos de Hamas, que controla la Franja de Gaza, y ha dejado claro que no contempla abrir los pasos de Erez o Kerem Shalom. El bloqueo “completo” impuesto por Israel sobre el territorio costero como respuesta a los ataques de Hamas del 7 de octubre se ha traducido en el corte de suministros básicos.