Elecciones legislativas, presidenciales y plebiscitos son parte del calendario democrático que la pandemia por coronavirus ha puesto en jaque. La mayoría de los países que tenían elecciones en marzo, abril y mayo, tuvieron que posponer sus comicios justo cuando el virus se propagaba sin control. Este es el caso de Chile, por ejemplo, con el plebiscito para una nueva Constitución que fue postergado de abril a octubre. Pero esta no ha sido la única estrategia escogida por las naciones en medio de la crisis sanitaria.

Corea del Sur celebró elecciones legislativas el 15 de abril y, paradójicamente, fue el evento electoral con la mayor participación en 28 años: 66,2%. Contrario a los pronósticos, Surcorea sorteó con éxito el desafío en tiempos de pandemia. Según el think tank estadounidense, Wilson Center, “las elecciones se llevaron a cabo con instrucciones y precauciones claras y organizadas para el personal de votación y para los 44 millones de votantes, incluidos aquellos en cuarentena y en recuperación de Covid-19. El protocolo era estricto y los colegios electorales estaban bien equipados”.

Se exigió a los votantes mascarillas y que mantuvieran al menos un metro de distancia, y algunas mesas electorales marcaron las distancias con cinta adhesiva. Se tomó la temperatura de cada votante y aquellos con temperaturas superiores a 37,5C fueron enviados a un área separada. Cada mesa electoral tenía guantes de plástico y desinfectante y los funcionarios a cargo desinfectaban cada mesa electoral a intervalos regulares.

Lo llamativo fue que el gobierno se las ingenió para no privar a quienes estaban en cuarentena o con Covid-19 de su derecho a voto. Los que estaban en esa situación podían votar al aire libre, en mesas instaladas temporalmente, y para los pacientes con Covid-19 hubo procedimientos de votación específicos: los pacientes que fueron hospitalizados y se recuperaron en su hogar tenían derecho a votar mediante papeletas. Los pacientes que se recuperaron de síntomas leves fueron elegibles para votar en un centro de votación especial establecido en centros de atención días antes.

Una semana entera de votación tuvo Rusia para los comicios sobre las enmiendas a la Constitución que resultó favorable para las intenciones del Presidente Vladimir Putin de mantenerse en el poder por dos periodo más. El referéndum estaba inicialmente previsto para el 22 de abril, pero la pandemia no lo permitió.

Así, el 25 de junio comenzó el proceso electoral que finalizó el pasado 1 de julio, cuando el país sumaba 650.000 casos de Covid-19. Los siete días de votación fue una medida que se utilizó por primera vez en el país para aumentar la participación con distanciamiento social, pero evitando las multitudes. Eso sí, algunos críticos del Kremlin denunciaron que se trató de una herramienta para manipular el resultado, puesto que las papeletas se mantuvieron en los colegios electorales sin observadores durante las noches, según comentaron algunos monitores.

También estuvo permitido el voto desde las casas o lugares de trabajo, mientras que en Moscú y San Petersburgo se alentó la votación en línea. En los centros electorales, a los votantes se les realizó un chequeo de temperatura y se les dio mascarillas, guantes y lápices individuales para marcar las papeletas. Las urnas fueron desinfectadas cada ciertas horas.

Francia alcanzó a realizar la primera vuelta de sus elecciones municipales el 15 de marzo, pero la segunda vuelta -fechada para una semana después- tuvo que ser postergada por tres meses, hasta el pasado 28 de junio. El uso de mascarillas fue obligatorio al igual que el respeto por el distanciamiento social que estaba demarcado en el suelo con una X. Asimismo, los vocales de mesa estaban protegidos con una mica transparente y portaban protectores faciales.

Con similares medidas Polonia realizó elecciones parlamentarias ese mismo día. Las urnas fueron eran sanitizadas regularmente.

Presidenciales, primarias y bloqueos

El domingo pasado el turno fue de República Dominicana, que escogió nada más y nada menos que a su Presidente. Las elecciones habían sido pospuestas desde el 17 de mayo hasta el 5 de julio, justo el día en que el país registró una cifra récord de casos diarios con 1.241. Las medidas fueron la obligación de portar mascarilla, higienización de manos a la entrada de los recintos electorales, distanciamiento de dos metros marcado en el piso, y la desinfección de las superficies y los lápices.

Estados Unidos sigue celebrando primarias de cara a las elecciones del 3 de noviembre. El voto por correo ha sido la prioridad en la mayoría de los estados durante la pandemia, aunque en algunos condados se establecieron barreras de plexiglás para proteger a los trabajadores electorales. También, en algunas partes se proporcionó a los votantes guantes con dedos de látex para usar en cabinas de votación con pantalla táctil.

Un caso más particular sucedió en Croacia, que tuvo elecciones legislativas el domingo. En un intento por evitar las preocupaciones por la pandemia, la autoridad electoral prohibió brevemente la participación de pacientes confirmados con Covid-19. Sin embargo, el Tribunal Constitucional revocó la prohibición, permitiendo a los pacientes poder votar.