El canciller ucraniano Dmytro Kuleba declaró este lunes que su país desea que haya una reunión cumbre para poner fin a la guerra, pero no prevé que Rusia participe, una declaración que dificulta vislumbrar el fin de la devastadora invasión.
Kuleba dijo que su gobierno quiere una cumbre de “paz” en el transcurso de los próximos dos meses en las Naciones Unidas, con el secretario general António Guterres en el papel de mediador.
La ONU dio una respuesta muy cauta.
“Tal como el secretario general ha dicho muchas veces en el pasado, sólo puede mediar si todas las partes quieren que medie”, manifestó la portavoz adjunta de la ONU. Florencia Soto Nino-Martínez.
Kuleba dijo que Rusia debe enfrentar un tribunal de crímenes de guerra antes de que su país hable directamente con Moscú. Sin embargo, hizo notar que otras naciones deben sentirse libres de poder contactar a los rusos, como ocurrió antes de que el Kremlin y el gobierno turco llegaran a un acuerdo sobre comercio de granos.
También manifestó que está “totalmente satisfecho” con los resultados de la visita del presidente Volodimir Zelensky a Washington la semana pasada, y reveló que Estados Unidos tiene un plan especial para que la batería de misiles Patriot esté operacional en su país en menos de seis meses. Usualmente, el entrenamiento se lleva hasta un año.
El canciller ucranianoseveró que Kiev hará todo lo que esté a su alcance para ganar la guerra en 2023.
“Toda guerra concluye por la vía diplomática”, declaró. “Toda guerra concluye como resultado de las acciones tomadas en el campo de batalla y en la mesa de negociaciones”.
En comentarios sobre la propuesta de Kuleba, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov declaró a la agencia noticiosa RIA Novosti que Rusia “nunca se ha atenido a las condiciones que otros establecen. Sólo a las nuestras y al sentido común”.
Un portavoz del Kremlin dijo la semana pasada que ningún plan de paz ucraniano puede fructificar sin tomar en cuenta “las realidades de hoy que no pueden ignorarse”, una referencia a la exigencia de Moscú de que Ucrania reconozca la soberanía de Rusia sobre la península de Crimea, que se anexó en 2014, al igual que otras conquistas territoriales.
Kuleba dijo que al gobierno ucraniano le gustaría que la cumbre de paz se llevara a cabo a fines de febrero.
“Las Naciones Unidas podrían ser el mejor lugar para realizar esta cumbre, porque no se trata de hacerle un favor a un país en particular”, señaló. “Realmente se trata de lograr que todos participen”.
En la cumbre del Grupo de los 20 efectuada en Bali en noviembre, Zelensky hizo una presentación a larga distancia de una propuesta de paz de 10 puntos que incluye la restauración de la integridad territorial de Ucrania, el retiro de los soldados rusos, la liberación de todos los prisioneros, un tribunal para los responsables de la agresión y garantías de seguridad para Ucrania.
Al preguntársele si Kiev invitaría al Kremlin a dicha cumbre, aseveró que primero Moscú tendría que ser procesado por crímenes de guerra en un tribunal internacional.
Guterres: “Mediador eficaz”
“Ellos sólo podrán ser invitados a este paso de esta manera”, declaró.
Sobre el papel de Guterres, Kuleba indicó que el secretario general “ha probado ser un mediador eficaz y un negociador eficiente y, lo que es más importante, un hombre de principios e integridad. Así que estaríamos complacidos con su participación activa”.
Otros líderes mundiales también se han ofrecido a mediar, como los de Turquía y Arabia Saudí.
El canciller nuevamente desestimó los comentarios de las autoridades rusas de que están dispuestas a conversar.
“Ellos (los rusos) suelen decir que están abiertos a negociaciones, lo cual es falso, porque todo lo que hacen en el campo de batalla muestra lo contrario”, expresó el ministro ucraniano.
El presidente ruso Vladimir Putin dijo hace algunos días que su país está dispuesto a sostener negociaciones encaminadas a poner fin a la guerra en Ucrania, pero insinuó que los ucranianos son los que se niegan a dar ese paso. A pesar de los comentarios de Putin, las fuerzas de Moscú han seguido atacando a Ucrania, un indicio de que la paz no es inminente.