Desde que comenzó octubre son dos las fechas que ocupan la preocupación de las autoridades: el aniversario del estallido social y el plebiscito; y ayer, el 18 de octubre ya fue tachado en el calendario de Carabineros y La Moneda.

Se esperaba una alta concentración de manifestantes, además de desmanes, y así ocurrió, siendo los hechos más violentos de la jornada la quema de dos iglesias y el masivo ataque a una comisaría en Puente Alto. Hasta las 18.00 de ayer, Carabineros contabilizó a más de 25 mil personas reunidas en Plaza Baquedano, y una serie de desmanes en los alrededores de la llamada “zona cero”.

La primera protesta masiva la protagonizaron casi nueve mil ciclistas, quienes salieron desde Plaza Almagro, a las 11.30, rumbo a Plaza Baquedano, punto neurálgico de las manifestaciones, desde octubre del año pasado.

Media hora después, esa zona comenzaba ya a recibir a grandes grupos de personas. Banderas, comercio ambulante y protestas sin mayores incidentes, salvo los nuevos rayados que afectaron la estatua del general Manuel Baquedano, que solo duró un día reparada, luego de que el viernes fuera pintada de rojo.

Además, la estatua fue intervenida por manifestantes, quienes escalaron y armaron un ojo gigante que bordeaba el monumento que el Ejército ya ofreció trasladar hasta una dependencia militar.

Carabineros cifró en 25 mil los asistentes a la manifestación en Plaza Baquedano.

Hechos de violencia

Una interrogante que comenzó a surgir entre los manifestantes fue ¿dónde está Carabineros? La pregunta se repite desde las protestas del viernes, cuando los uniformados estrenaron una nueva estrategia: salir del radar masivo de las protestas y ubicarse en zonas más lejanas, para evitar enfrentamientos con encapuchados. Desde la institución aseguran que es la “primera línea” la que busca el choque con los policías.

La instrucción de repliegue y luego detener en situación de flagrancia la tenían clara los más de 12 mil efectivos que se repartieron por la Región Metropolitana, quienes, además, ayer recibieron la visita en terreno del genera director de la institución, Mario Rozas. El jefe policial recorrió durante toda la mañana las comisarías del sector norponiente de Santiago, partiendo a las 10.00 en la 28 Comisaría de Orden Público, donde el mensaje fue transmitirles apoyo y ánimo.

En las calles, la jornada avanzaba sin mayores incidentes, hasta que el reloj marcó las 15.30 horas. De ahí en adelante los hechos de violencia escalaron con el correr de las horas.

El primer evento grave ocurrió a esa hora en la Iglesia San Francisco de Borja. El inmueble pertenece a Carabineros y ya había sido atacado el 30 de enero de este año. Según reportes policiales, un grupo de encapuchados ingresó a saquear el lugar. Luego, prendieron una barricada al frente del recinto religioso, en calle Carabineros de Chile con Ramón Corvalán, para finalizar con la quema de una parte del inmueble. Anoche, el templo volvió a ser incendiado.

Interior de la iglesia institucional de Carabineros tras incendio. (Foto: Agencia UNO)

La Iglesia de Carabineros, desde que comenzaron las protestas, se ha transformado en un foco de ataque. Por lo mismo, la institución ya no guarda en ese lugar la totalidad de elementos que homenajean a los mártires.

Carabineros informó que tras el primer siniestro hubo detenidos. El fiscal Centro Norte, José Morales, acudió hasta la 19° Comisaría y constató que el único arrestado se trataba de un fotógrafo independiente que estaba desarrollando su trabajo en ese lugar. Tras esto, el investigador ordenó la liberación del profesional.

Por desórdenes en el exterior del templo fueron detenidas cuatro personas, una de ellas un cabo segundo de la Armada. La institución condenó el hecho e indicó que “se aplicarán las normativas y medidas disciplinarias institucionales”.

En paralelo, la “zona cero” comenzaba a transformarse también en una verdadera batalla campal, protagonizada, esta vez, por las barras bravas de Colo Colo y Universidad de Chile. La Garra Blanca y Los de Abajo, respectivamente, rompían así una “tregua” pactada durante el estallido social. Botellazos, piedrazos y enfrentamientos cuerpo a cuerpo fueron parte del incidente, que se extendió por casi 40 minutos. Según datos de la Posta Central, hasta el recinto llegaron 20 personas con diversas lesiones a propósito de esta masiva riña.

Hinchas de Colo Colo y la U se enfrentaron en Plaza Baquedano.

Horas más tarde, pasadas las 19 horas, ocurriría el evento más grave. Encapuchados ingresaron hasta la Parroquia de la Asunción, ubicada en Vicuña Mackenna #69, y le prendieron fuego. El recinto religioso, construido en 1876, fue incendiado casi en la totalidad de su estructura, incluyendo el derrumbe del campanario, daños en el frontis y en la capilla donde se realizan las misas.

La caída de la cúpula fue seguida por un grupo de encapuchados quienes festejaron una vez la estructura se desmoronó. La Fiscalía decretó diligencias.

Finalizando la manifestación en Plaza Baquedano, ocurrieron saqueos en locales del centro capitalino: supermercados, multitiendas y farmacias, entre otros, sufrieron los embates de encapuchados.

Puente Alto y Metro

Pero no todos los hechos de violencia ocurrieron en Plaza Baquedano: Melipilla, San Bernardo y Puente Alto también fueron escenario de desmanes.

Uno de estos hechos ocurrió en la 20° Comisaría de Puente Alto, donde a las 18.15, un grupo de 300 personas apedreó la unidad policial, lanzó bombas molotov e incluso, una turba intentó ingresar a la unidad policial, pero fueron repelidos por personal de la PDI. Un ataque similar ocurrió en Melipilla, donde 20 encapuchados atacaron con piedras la subcomisaría del sector. Al menos cinco recintos policiales habían sido atacados en la capital y 22 carabineros habían sido trasladados por lesiones de diversa consideración al hospital institucional.

Otro foco de preocupación para las autoridades era el Metro. A las 18 horas, un grupo de 100 personas encendió barricadas en la salida de la Estación Protectora de la Infancia, en Puente Alto.

Esta situación motivó que se tomaran algunos resguardos. Pasadas las 20.00, Metro informó el cierre de 32 estaciones, algunas totales y otras parciales, por motivos de seguridad, para prevenir ataques al servicio de transportes.