La Asamblea de Laicos de Talca enviará este viernes una carta al Vaticano con la intención de que ésta sea leída por el Pontífice antes de su reunión con los obispos. En la misiva se hace un diagnóstico de la situación de la diócesis de Talca, encabezada por el obispo Horacio Valenzuela.
Además de describir el contexto en la región, la carta señala una serie de propuestas, donde destaca la solicitud de renuncia de Valenzuela, para restablecer "la vida comunitaria de la Iglesia" y salir de la eventual crisis.
"Nosotros entregamos una mirada, desde varias comunidades de Talca, de lo que ha sido el devenir de nuestra diócesis en los últimos 20 años. Es decir, desde que llegó el obispo Horacio Valenzuela vemos que hemos retrocedido, pues no estamos en la línea de lo que dice el Concilio Vaticano II. Por ejemplo, no hemos progresado en darle mayor participación a la mujer. Al contrario, es una iglesia muy autoritaria, con cada vez menos participación, en la que no se permite la formación" , explicó el vocero de la Asamblea de laicos de Talca, Gustavo Madrid.
A modo de ejemplo, agregó que ellos llevaron al teólogo argentino, Ariel Álvarez Valdés, pese al rechazo de Valenzuela. "Cuando lo comentamos con Don Horacio, él nos dijo que no, porque a la gente no hay que darle para masticar, como diciendo que no es necesario que la gente aprenda o profundice algunas cosas. Nosotros somos seres pensantes. Queremos aprender y entender", agregó el vocero.
"Don Horacio ha hecho retroceder a la Iglesia en términos de participación; él no está de acuerdo con que la mujer pueda ejercer la liturgia, cuando dos tercios de los servidores de la Iglesia son mujeres; ha cuestionado a teólogos y sacerdotes, que finalmente se han ido de la diócesis. Entonces, hay que restablecer la vida comunitaria de la Iglesia", enfatizó.
"Queremos que nuestro hermano, Horacio Valenzuela, siga en nuestra diócesis, pero no dirigiéndola, porque él ha sido mal formado por Fernando Karadima".
Finalmente, sugieren al Pontífice añadir la elección de prelados. "Pedimos elecciones democráticas de los obispos, como era en las primeras comunidades cristianas, porque así se escucharía a la gente".