Una sesión especial se llevó a cabo hoy en el Senado a raíz de la petición de algunos parlamentarios que denuncian “graves irregularidades” en el proceso de licitación de Corfo de US$ 193 millones -el monto más alto destinado a ciencias-, donde el organismo escogió a la corporación AUI para construir un Instituto de Tecnologías Limpias (ITL).

La corporación escogida está formada por nueve universidades extranjeras -entre ellas Yale, Oxford, Harvard, Princeton y el MIT, las que no forman parte del proyecto-, de las cuales están participando la Universidad de Ohio y la Escuela de Minas de Colorado. Además están incluidas en la iniciativa instituciones nacionales como la UDD, U. San Sebastián, U. Autónoma y U. de Atacama.

La decisión generó malestar entre universidades como la Universidad Católica, Universidad de Chile, Universidad de Concepción y Universidad Santa María.

De hecho, una vez conocida la licitación, el senador Guido Girardi anunció: “Nosotros vamos a llegar hasta las últimas consecuencias. Estamos evaluando y lo vamos a hacer en los próximos días una denuncia penal por las graves irregularidades, negociación incompatible y eventual prevaricación”.

Con estos antecedentes, en la sesión especial de hoy, los parlamentarios discutieron cómo se llevó a cabo este proceso. Girardi, el primero en tomar la palabra, cuestionó la legalidad del proceso.

“Lo que creo es que este es un proceso orquestado y premeditado de irregularidades. Estas bases no van a la contraloría”, dijo, y agregó: “La Corfo intentó hacer un traje a la medida y fue modificando en el proceso de adjudicación las bases”. Sobre esto último aseguró que las bases de la licitación se modificaron el 16 de diciembre de 2019, el 16 de marzo de 2020 y el 17 diciembre de 2020.

Por su parte, el senador Carlos Montes (PS) cuestionó la evaluación que realizó Corfo para otorgar la licitación al consorcio AUI. “Insistimos en la necesidad de que el Presidente revierta esta decisión y se entre a hacer una evaluación mucho más rigurosa, seria y precisa”.

A su turno, el vicepresidente de Corfo, Pablo Terrazas, defendió la licitación y señaló que el proceso se realizó “por escrito para después poder constar su fidedigna historia y poder hacerlo lo más transparente posible. Las propuestas se exigieron que fueran por escrito, de manera de ir construyendo un debido proceso que después pueda ser revisado por algún órgano como la Contraloría. Siempre es muy sano que en la democracia que se estén revisando todos los actos de la administración del Estado”.

Además, Terrazas manifestó que es “una aberración e impresentable” que a esta altura se plantee un debate “que se pudo haber tenido legítimamente, pero con anterioridad al proceso”.

“Yo estoy sumamente tranquilo porque he revisado el proceso que ha hecho la Corfo”, afirmó con énfasis.

Por otro lado, Francisco Chahuán (RN) dijo que “cuando estamos hablando de que Chile está proyectado como la capital mundial de las energías renovables no convencionales, una decisión de esta naturaleza, de generar un instituto de tecnologías limpias, es de vital importancia para generar desarrollo en el país. Y por tanto no puede haber duda alguna de cuáles son las condiciones en las cuales fueron evaluados los competidores en una licitación de esta envergadura”.

Además, a la sesión asistió como invitado el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quien acentuó en la importancia de las energías renovables, que según dijo, “será la principal fuente de dinamismo futuro de la economía (...). Este desarrollo tecnológico y energético de Chile incidirá decisivamente en nuestro crecimiento, calidad de empleo y relevancia de las exportaciones. Esto será determinante en la forma como se insertará Chile en el mundo, es decir, si seremos reconocidos, como un actor clave en las estrategias para enfrentar problemas como el calentamiento global”.

Por otro lado, la presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, María Cecilia Hidalgo, fue categórica en señalar que “para la comunidad científica nacional esta decisión representa casi un insulto, un desconocimiento de las capacidades de los científicos de nuestro país para generar conocimiento”.