El costo final de organizar los Juegos olímpicos de Tokio 2020 podría dispararse hasta el cuádruple del presupuesto inicial por al aumento de los precios de la construcción y otros factores, según advirtió hoy un panel de expertos designado por el Gobierno local.
El comité de organización de la cita olímpica estimó un presupuesto inicial de unos 700.000 millones de yenes (6.153 millones de euros), pero su coste final podría ascender a 3 billones de yenes (26.373 millones de euros), según el informe presentado hoy por el panel al Gobierno del Área Metropolitana de la capital.
Este incremento se debería a los costes de construcción, seguridad y mantenimiento de las instalaciones, a partir del cálculo realizado por los expertos.
El informe ha sido redactado por un panel designado a comienzos de mes por la nueva gobernadora del Área Metropolitana de Tokio, Yuriko Koike, quien ha situado entre sus prioridades políticas la reducción de costes para la organización de la cita olímpica.
El documento también incluye propuestas para revisar el plan original con vistas a rebajar los costes, entre ellas la utilización de instalaciones ya existentes o el traslado a ubicaciones fuera de la capital nipona de algunas de las competiciones deportivas.
Entre otras medidas, se sugiere remodelar un centro de natación en lugar de construir uno nuevo, o trasladar a Miyagi (noreste de Japón) las competiciones de canoa y remo que el proyecto original sitúa en un nuevo complejo en la Bahía de Tokio, cuyo coste ascenderá a 50.000 millones de yenes (436 millones de euros).
El plan de revisión de sedes será estudiado ahora por el Gobierno de la capital nipona, que podría apoyar algunas de las propuestas que supondrían una nueva modificación de los planes originales.
Hasta ahora los organizadores han decidido modificar aproximadamente un tercio de las sedes de las competiciones deportivas respecto al programa original, con el objetivo de ahorrar dinero.
Muchos de estos cambios suponen el traslado de pruebas que se iban a celebrar en nuevas sedes en la bahía de la capital hasta instalaciones ya existentes ubicadas en las afueras de Tokio, una variación de peso para la candidatura nipona, que destacaba por la cercanía entre sus sedes y en torno a la Villa Olímpica.