Aquilino Morelle, asesor y redactor de los discursos del presidente francés, François Hollande, dimitió hoy después de que un medio de comunicación digital revelara que trabajó para la industria farmacéutica cuando era inspector general de Sanidad.

Hijo de una pareja de españoles que emigraron a Francia, considerado uno de los hombres más influyentes y cercanos al presidente galo, Morelle envió un comunicado para asegurar que no había cometido ningún delito de incompatibilidad de cargo público pero que prefería dimitir para poder defenderse mejor de las acusaciones contra él y para no perjudicar al Gobierno socialista. 

Morelle está en el centro de una gran polémica después de que ayer la web de investigación Mediapart publicara que trabajó para la industria farmacéutica al tiempo que elaboraba informes para la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS).

Desde entonces se habían multiplicado las voces que habían pedido su salida del palacio del Elíseo, incluidas las procedentes del Partido Socialista (PS).

El principal responsable de esta formación, Jean-Christophe Cambadélis, aseguró que difícilmente podía seguir en su puesto si se demostraban las acusaciones vertidas por Mediapart.

A través de una red social, Morelle había asegurado que tenía un permiso especial del IGAS para compatibilizar sus funciones en este organismo público de control con tareas de asesoramiento en el ámbito privado.

Pero el IGAS emitió hoy una nota en la que aseguraba que en sus archivos no había rastros de ese permiso.

A partir de ese momento, la continuidad del asesor político de Hollande parecía insostenible.

Según Mediapart, que dedica un largo perfil a la figura de Morelle, incurrió en un claro delito de conflicto de intereses al asesorar a la farmacéutica danesa Lundbeck al mismo tiempo que trabajaba en el IGAS. 

Además, la web de investigación asegura que Morelle "hizo todo lo posible para ocultar" esa doble función, ya que creó una sociedad pantalla, gestionada por su hermano, para cobrar los emolumentos que le pagaba el laboratorio.

Como inspector del IGAS, Morelle elaboró informes en los que cuestionaba las relaciones entre la industria farmacéutica y la política, al tiempo que reclamaba transparencia en estos contactos, según Mediapart.

Morelle, nacido en París en 1962, es descrito en ese perfil como una persona de gustos caros. 

En particular, Mediapart relata que utilizaba chóferes de la Presidencia para asuntos personales, que cada semana acudía al Elíseo una persona para abrillantar sus zapatos y que abría caras botellas de vino de la bodega presidencial para simples almuerzos de trabajo. 

Revelaciones que se produjeron un día después de que el Gobierno anunciara recortes por valor de 50.000 millones de euros, con una congelación de las pensiones, de los salarios de los funcionarios y una bajada de los servicios sociales, en particular los sanitarios.

Morelle trabajó como asesor del primer ministro socialista Lionel Jospin, que estuvo al frente del Gobierno entre 1997 y 2002 y a quien también redactaba los discursos. 

Posteriormente, fue jefe de campaña del actual ministro de Economía, Arnaud Montebourg, durante el periodo para elegir al candidato socialista a las presidenciales de 2012, en las que fue la sensación al acabar tercero con más del 17 % de los votos de los simpatizantes socialistas.

Con la victoria de Hollande, pasó a ser uno de sus más cercanos consejeros políticos y el encargado de escribirle los discursos.

Es, además, allegado del actual primer ministro, Manuel Valls, con quien se reunió poco antes de anunciar su dimisión.