Leche natural, quesillo y yogur sin azúcar. Estas fueron las líneas de productos que sortearon sin problemas la revisión de nutrientes críticos que hizo el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta) de la Universidad de Chile, sobre 440 comestibles envasados, que están a la venta en el comercio. Las restantes categorías, como cereales, cecinas y aderezos, entre otros, resultaron objetadas, pues de consumirse en exceso, podrían resultar dañinas para la salud de las personas.
Se trata de un estudio que encargó el Ministerio de Salud para establecer los criterios técnicos de la ley de etiquetado de alimentos, que obligará a rotular los productos como "altos" en sodio, calorías, grasas saturadas y azúcares, cuando su composición exceda los límites de contenido nutricional.
"Para la puesta en marcha de este proyecto, el Minsal le pidió al Instituto de Nutrición que hiciera una propuesta de criterios y recomendaciones de límites para nutrientes críticos. Así, se hizo una metodología, una fórmula, que permite determinar esos límites, pero que finalmente deben ser fijados por la Autoridad Sanitaria", dijo Isabel Zacarías, nutricionista del Inta y coautora del estudio.
NIVELES MAXIMOS
El trabajo del Inta propone límites generales y específicos para los alimentos que, de ser igualados o superados, entrarían en la categoría de "altos" y deberían rotular una advertencia en su envase, para informar al consumidor que el producto es poco saludable. Para el análisis, los productos se midieron a partir de porciones, frecuencias de consumo, requerimientos tecnológicos de su composición y sobre la base de una dieta promedio de 2.000 kilocalorías.
Así, el límite -por porción- quedaría en 200 kilocalorías para energía, 300 mg para sodio, 18 gramos para azúcares simples, 8 g para azúcar agregado, 3 g para grasas saturadas y 0,3 para grasas trans.
También se aplicaron límites específicos para algunos productos como snaks -donde la normativa se propone más restrictiva-, pastas -debido al tipo de dieta de los chilenos y cecinas, a raíz de los requerimientos de su elaboración. "La idea es que la mayoría de los alimentos se rija por el límite general, excepto algunos productos donde naturalmente un nutriente crítico está presente en más alta concentración", dijo Zacarías.
Al aplicar la metodología propuesta, algunas leches con sabor quedan "altas" en sodio y azúcares totales. Lo mismo ocurre con los quesos, que aparecen como "altos" en grasas saturadas y sodio. Las cecinas y hamburguesas resultan con elevada presencia de sodio y grasas saturadas, y otras, como el salame y el paté, se declaran "altas" en calorías.
Margarinas y mantequillas sobrepasan la barrera de energía y nutrientes críticos. Esto también pasa con aderezos como mostaza y mayonesa, productos de pastelería y snacks dulces y salados.
También, en el caso de cereales para el desayuno, casi la mitad resulta elevado en azúcares y otros quedan "altos" en sodio y grasas trans.
La pediatra y especialista en nutrición de la Liga Ciudadana de Consumidores, Cecilia Castillo, criticó la metodología del estudio, "pues toma como referencia una dieta de 2.000 calorías, correspondiente a un adulto. y no considera a niños y jóvenes, que tienen un consumo menor de calorías".