La explosión de un coche bomba el domingo dejó al menos 37 muertos y 141 heridos en un vecindario de mayoría chií en Karachi, en el sur de Pakistán, informó la policía.
Este es el tercer ataque masivo contra la minoría chií en lo que va del año en el país.
Karachi, centro económico de Pakistán, es escenario de enfrentamientos violentos entre sectores políticos, religiosos y étnicos desde hace años. Nadie asumió la responsabilidad por el atentado, pero los musulmanes chiíes han sufrido últimamente numerosos ataques por parte de milicias suníes.
La bomba explotó frente a una mezquita chií cuando la gente salía tras las oraciones del atardecer.
El funcionario gubernamental Taha Farooqi dijo que se confirmó la cifra de 37 muertos y 141 heridos.
Según los informes iniciales, la bomba estaba sujeta a una moto, pero el oficial de policía Shabbir Sheikh dijo que había unos 100 kilos (220 libras) de explosivos en un auto.
El coronel Pervez Ahmad, oficial de una fuerza paramilitar paquistaní, dijo que una sustancia química utilizada en la explosión se incendió y generó destrucción más allá del sitio de la explosión. Varios edificios aledaños estaban en llamas.
Hombres y mujeres gritaban, y las ambulancias se apresuraban a la escena donde residentes intentaban encontrar víctimas enterradas bajo los escombros del edificio colapsado. La explosión dejó un cráter de dos metros de ancho y más de un metro de profundidad.
Las milicias suníes han incrementado los ataques durante el año pasado en contra de los musulmanes chiíes que representan un 20% de la población de Pakistán.