La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, se pronunció hoy por la creación de un impuesto global sobre las transacciones financieras, y más en concreto sobre las de divisas, que son susceptibles de ser objeto de control.
Lagarde, en una conferencia de prensa sobre las prioridades de la presidencia francesa del G20, confirmó su apuesta por tasar las operaciones con divisas porque se pueden "trazar" mejor que otras transacciones financieras, y además permitirían una base imponible muy amplia con un tipo muy bajo.
"Para que (un impuesto sobre las transacciones financieras) sea eficaz necesita que tenga una base imponible muy amplia y un tipo muy bajo", además de que pueda obtenerse una traza de las operaciones que se pretenden fiscalizar, argumentó.
Recordó que ésa será una de las propuestas que Francia llevará al G20, aunque dijo que "estaremos abiertos" a otras iniciativas.
El objetivo, subrayó, es dotarse de mecanismos que permitan movilizar los US$100.000 millones que el mundo desarrollado se comprometió, en la Cumbre de Copenhague, a poner a partir de 2020 para remediar los efectos del cambio climático.
Preguntada sobre la posibilidad de que algunos países pongan en marcha ese tipo de impuestos sobre los flujos financieros sin lograr el consenso global, no lo descartó, aunque reconoció que "hay que evitar la trampa del ejemplo sueco", donde se produjo una huida de los intercambios financieros a otros mercados.
En cuanto a la posibilidad de crear una nueva lista de paraísos fiscales durante la presidencia francesa del G20, Lagarde contestó que "preferiría que la Ocde no tuviera que publicar ninguna lista negra o ninguna lista gris".
Pero recordó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) se ha lanzado a un proceso de análisis de jurisdicciones fiscales, que deberían ser una cuarentena para la cumbre del G20 de noviembre y que ya ha publicado "una lista gris" de algunas que no se ajustan a los estándares internacionales en el intercambio de información fiscal.