El belga Philippe Gilbert (BMC) lució sus condiciones de clasicómano para imponerse bajo la lluvia en la duodécima etapa del Giro de Italia, disputada entre Imola y el Monte Berico, en Vicenza, de 190 kilómetros, en la que Alberto Contador (Tinkoff) reforzó su condición de líder.
Una vez superadas las lesiones de principios de temporada, Gilbert acudió a la cita que le señalaba como favorito, y se impuso merced a un postrero ataque en la rampa final, que conducía a la cima de Monte Berico, donde levantó los brazos por primera vez en la temporada, con un tiempo de 4 horas 22 minutos y 50 segundos.
Tres segundos después cruzó Contador, ambicioso por la bonificación y crecido al ver que Fabio Aru no digería el muro final. El madrileño no perdonó la ocasión y metió 14 segundos al italiano -ocho en la etapa más seis de bonificación -, que poco a poco ve cómo se aleja en la general el ciclista español, al que ya tiene a 17 segundos.
El arreón final de Contador abrió un pequeño hueco con el grupo en el que iban Jon Izagirre, Mikel Landa, el australiano Richie Porte y el colombiano Rigoberto Urán. Solo faltó Aru, quien resoplaba en meta bajo el diluvio.
"Un día durísimo y rápido, pero hoy tuve buenas piernas. Pensé en la general y he terminado muy contento", señaló Contador, quien ve la vida color de rosa. Su principal rival se desmorona, y Mikel Landa ya está a 55 segundos.
Una jornada con 130 kilómetros planos y los últimos 60 sin descanso, con cuatro subidas, hasta desembocar en Monte Berico, con un repecho final de 1.200 metros con rampas del 11 por ciento que auguraban batalla.
Esta vez la escapada del día tardó mucho en formarse. El pelotón no dio permiso hasta el kilómetro 70 para se marcharan a la aventura cinco corredores: Gretsch (Ag2r), Appollonio (Androni), Barbin (Bardiani), Elissonde (Francaise) y Van der Lijke (LottoNL).
Aún se encontraba la etapa dentro de los primeros 130 kilómetros llanos, pero lejos de las cotas que debían decidir la etapa. La aventura no fue lejos. La proximidad de las cotas no permitieron alegrías y, a 57 de meta, ya estaba el pelotón rodando compacto.
Hubo quien lo intentó, como el belga Vervaeke, pero enseguida el Tinkoff de Contador se encargó de reducirle, momentos antes de afrontar el Crosara, un puerto de tercera con rampas de hasta el 18 por ciento que fue otro bando de pruebas para Contador, quien tensó en el ascenso.
El Astana de Aru se puso en guardia para evitar sustos y preparar un descenso peligroso por sus curvas y por el asfalto mojado. Bajando quedó eliminado el australiano Simon Gerrans (Orica), por una caída que le retrasó de manera definitiva. El pelotón quedó dividido en varios grupos.
Delante iban los favoritos de la general dentro de un grupo de 25 hombres, con mayoría del Tinkoff, Astana y Movistar. Entre ellos Beñat Intxausti, que aseguró la "maglia azzurra" de la montaña al coronar el puerto en cabeza.
El BMC quería la etapa para Gilbert y trabajó para poner al ciclista valón en la lanzadera, cosa que consiguió. En el último repecho de 1.200 metros con rampas del 11 por ciento la escuadra del excampeón mundial echó el guante al italiano Pellizoti y al estonio Kangert, que habían abierto grupo.
Con la pancarta a 400 metros atacó Gilbert, con instinto de un clasicómano que tiene en su palmarés los títulos de la Amstel, Flecha Valona y Lieja. Sabía lo que hacía el ciclista de Verviers, de 32 años. Un ataque en el momento justo para anotarse su segunda victoria en el Giro, la que estrenaba su casillero en 2015.
Este viernes, se disputa la decimotercera etapa entre Montecchio Maggiore y Jesolo, de 153 kilómetros.