"Las tradiciones se respetan y se cumplen", dijo anoche Rafael Araneda, mientras junto a Carolina De Moras -usando un diseño de Rodrigo Valenzuela- daba la bienvenida a la segunda noche del Festival de Viña del Mar. Si el domingo faltó el tradicional beso entre animadores, anoche los anfitriones de la Quinta Vergara cumplieron con lo encomendado por el público...luego que De Moras se agachara para quedar a la altura de su compañero.
Ayer no hubo espectáculo de obertura, ya que el montaje del primer artista de la noche, Ricardo Arjona, estaba instalado desde temprano, lo que impedía llevar otros recursos a escena. A las 22:15 el guatemalteco, en medio de un griterío feroz, apareció por séptima vez en el Festival, entonando El problema. La escenografía simulaba una estación de trenes y el show de luces le sacaba provecho a las enormes pantallas LED que debutaron en Viña y que envuelven a la platea. La Quinta Vergara, cómo no, se rindió de inmediato ante Arjona y terminó entregándole la Gaviota de plata y de oro.
La audiencia televisiva fue más compleja de ganar en un principio; según información de Mega, en varios momentos la teleserie Fatmagul superó en rating al comienzo de la presentación del cantante, aunque Arjona se quedó finalmente, en promedio, con el liderazgo absoluto (ver recuadro). Arjona se paseó por su discografía y su tonelada de hits. Te quiero, Acompáñame a estar solo, Dime que no o Cuándo, fueron entregadas sin tregua al coro de la Quinta.
Uno de los momentos más llamativos de la noche fue cuando el cantante subió hasta el escenario a Marcela Peña, la presidenta de su club de fanáticas (ver nota de la página 40), quien aprovechó la serenata de su ídolo -Señora de las cuatro décadas-, para sacarse una selfie en el escenario. Arjona también cantó a dueto Fuiste tú, junto a su ahijada musical Gaby Moreno.
Sacarlo del escenario fue tarea difícil; la primera vez que los animadores trataron de intervenir, se devolvieron. Hasta que llegó el minuto de las gaviotas. Arjona se despidió, finalmente,con su clásico Mujeres. El público gritaba por el premio que no llegaría: la Gaviota de platino.
Desde su arribo al país, el cantautor se quiso mantener lejano a toda la euforia festivalera y casi no se dejó ver. De hecho, estuvo siempre en Santiago: aterrizó en la noche del domingo y partió directo al hotel W, alojándose en el piso 21. Ahí, con parte de su staff, estuvo cenando y probando algunos vinos chilenos hasta cerca de las cuatro de la madrugada. Luego, a descansar.
Durante la tarde de ayer, sólo durmió y, en las horas previas a su nuevo paso por la Quinta Vergara, comenzó un fuerte operativo para su traslado. Arribó cerca de las 21 horas a la Ciudad Jardín.
El número que siguió a Arjona tuvo un comienzo difícil, entre el éxodo masivo desde la galería y las pifias. Pero Centella, el humorista de Magallanes, se terminó ganando al monstruo. Hubo tácticas para relajar el ambiente: los animadores recalcaron que se trataba de un artista chileno y que había que tratarlo con respeto. Por su cuenta, el cómico partió aludiendo al caso Dávalos, ganándose la ovación rápida.
Una vez que surgieron las carcajadas, el comediante más relajado confesó que estaba nervioso al subir al escenario y el público irrumpió en aplausos. La prueba estaba superada, el monstruo se distendió y disfrutó del humor sencillo, a ratos pícaro, y muy chileno del sureño y luego de media hora, le otorgó la Gaviota de plata y la de oro. Todo quedó en el olvido, incluyendo las confusiones en sus chistes y los tropezones detonados por los nervios.
Finalmente, cerca de las dos de la madrugada se subió al escenario el trío mexicano Reik, que supo imponer su trayectoria y su romanticismo, enamorando al público más joven en la Quinta Vergara y recibiendo la tan anhelada Gaviota de Oro, galardón que no les fue entregado en 2010, cuando se presentaron por primera vez.